Por años ha habido dos clanes de Exorcistas que han tenido el deber de erradicar y proteger a las personas de los espectros que acechan la costa cercana.
Pero una disputa hizo que ambos clanes se separaran, el clan Minamoto pensaba que lo mejor era...
Se que me ignoraran pero este capitulo es un +18, Disfruten!
El sonido de la regadera sonaba en la habitación de hospedaje, habían decidido pasar su luna de miel en una posada de aguas termales para parejas o recién casados.
Su prome- marido se estaba bañando en otra habitación mientras él se encontraba sobre la cama usando solamente un juban. Esta noche seria donde consumarían su matrimonio y Teru lo marcaria como suyo.
Un sonrojo se apodero de su rostro al recordar que de ahora en adelante seria Minamoto Amane ya no Yugi Amane.
Estando tan metido en sus pensamientos que no escucho como la regadera había parado y sonoros pasos se escuchaban en el corredor, abriendo la puerta corrediza se encontraba el alfa usando solamente una toalla para cubrir su desnudez.
Al ver a su ahora esposo esperándolo en la cama le hizo recordar que tenía que marcarlo. Lo cual haría con gusto.
Acercándose a la cama con pisadas fuertes para hacerle saber su llegada, se sentó a un lado de la cama. El omega observaba con detalle el cuerpo de su esposo y sin poder evitarlo se empezó a excitar en solo pensar lo que harían.
Armándose de valor, decidió tomar la delantera a su pareja se arrastró hasta quedar enfrente de él y besarlo. El beso empezaba a subir de tono a cada segundo que continuaba, Amane aprovecho eso para subirse al regazo del alfa y restregar su trasero a la entrepierna de este.
El gemido que soltaron ambos hizo que se separaran momentáneamente para recuperar aliento.
Ni flojo ni perezoso el rubio soltó el lazo del juban dejando expuesta el pecho de su omega a su disposición. El omega solo atino en sonrojarse ante la acción de su marido, pero no dijo nada para detenerlo permitiéndole en silencio continuar.
La mano izuierda del alfa se deslizo desde su cadera hasta su estómago, luego hasta su pecho, sostiene su seno en su mano, masajeándolo suavemente antes de pellizcar su pezón. Amane respira sobresaltado, una sacudida de placer la atraviesa. Su pezón comienza a endurecerse bajo el toque de su alfa y en silencio maldice el hecho de tener pezones tan sensibles.
El juego con sus pezones continuo por otro rato hasta que Teru se llevó uno a su boca para succionar aquel lindo botón. Amane no tardó en reaccionar ante esta nueva sensación de placer que experimentaba.
El mayor no se detuvo en seguir jugando con los pezones de Amane para dirigir su mano derecha a la entrada del menor. La entrada ya se encontraba mojada por los juegos previos, empezó a burlarse de él girando un dedo en su contorno.
Los gemidos del pelinegro solo le hacían querer seguir burlándose, en un momento pudo insertar un dedo provocando que el omega saltara de su regazo.
- ... ¿Duele? – pregunto deteniendo la succión de su pecho. Alzo su mirada al rostro de su amado.
- N-no solo se s-siente raro – Respondió Amane moviéndose ligeramente.
Viendo que no pasó nada malo el rubio siguió preparándolo, no paso mucho cuando el total de dedos se convirtiera en tres. Amane ya era un manojo de nervios, a pesar de que estaba lleno de los dedos de Teru quería algo más grande.
De pronto los dedos de retiraron de manera brusca.
-... ¿T-teru?... – Susurro el omega pero solo consiguió como respuesta un beso de su pareja.
Distrayéndolo con el beso sujeto la cintura de su amado, bajándolo lentamente hasta posicionar su cabeza en la entrada ya estirada. Con lentitud entro hasta que se tapara en su base.
Se separaron del beso dejando un hilo de saliva, el omega rodeo con los brazos a Teru en lo que apoyaba su cabeza en el hueco de su cuello.
Lo que empezó con movimientos lentos e inexpertos, en cuestión de minutos se volvió en embestidas rápidas y fuertes.
Amane no puede evitar la forma en que sus ojos vuelven a su cabeza mientras sus caderas se mueven hacia atrás para encontrarse con cada empujón de Teru porque solo ha sido cuestión de segundos que Teru haya puesto sus manos sobre Amane, pero el alfa ya está logrando golpear su punto dulce como si no fuera nada.
Teru siente que su clímax se acerca y acelera sus empujes, cerrando los ojos mientras el intenso placer lo abruma. Amane siente la polla de Teru temblar dentro de él, no falta mucho cuando se corre en los estómagos de ambos.
Teru solo da unas estocadas antes de retirarse para correrse fuera del omega y en lo que se corría, se acercó al cuello para marcarlo.
La sonora respiración de los dos se escuchaba por toda la habitación, la pareja se miró con amor para luego juntar sus frentes.
- Te amo –
- Yo igual te amo Amane – Dijo Teru acariciando su mejilla.
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Nota de la autora : Quiero disculparme ya que el Capitulo 17 se tuvo que haber subido el día 17 junto con las curiosidades restantes pero se me olvido publicarlo.
