Compromiso Espectral(Primera Versión)

Espíritu#3: Primera Reunión

Sus primeros días de escuela no fue tan malo como creía que seria, nunca había asistido a una escuela ya que como la mayoría de exorcistas fue educado en casa. Pero el resto del día fue en realidad bueno.

Su hermano ingresaría a mitad del ciclo escolar debido que aún tenía que encargarse de algunos asuntos del clan, aunque él bien no necesitaba ingresar a la escuela eso no lo impidió de acompañarlo.

Tsukasa aún no confiaba en Teru en caso que algo le fuese a pasar, aunque este último apenas le dirigiera la palabra.

Por lo que sabía el alfa es el presidente del consejo escolar de la escuela y era querido por todos los estudiantes, incluso había escuchado de algunas compañeras que ocupaba el primer lugar de popularidad.

Incluso si sus compañeros lo describían como una persona atractiva, inteligente y sorprendente amable con todos, él tuvo que aprender que no era completamente cierto.

-Todos tenemos un lado que no queremos mostrar-Susurro el omega sin prestar atención a la clase de matemáticas, su mirada se encontraba en su mano izquierda que estaba envuelta en vendajes, la sangre se filtraba entre el vendaje.

Tenía que buscar una excusa para ocultar la verdadera razón de su lesión. No quería decirle a su hermano que el alfa que tanto odiaba ya había hecho lo que temía.

Habían peleado a la hora del descanso cuando este había intentado ayudar al espíritu de una niña a cumplir sus remordimientos para que cruzara al otro mundo.

Y lo estaba consiguiendo hasta que el rubio se interpuso en su camino.

Todo paso tan rápido que cuando se dio cuenta, la pobre niña se encontraba dentro de una prisión de rayos negros.

La fantasma no tuvo ni siquiera la oportunidad de defenderse cuando una espada le fue atravesada por la espalda junto con un choque de electricidad al alma del espíritu.

Amane solo veía como la pobre chica gritaba en lo era exorcizada de una manera cruel. La misma chica que no hace ni unos minutos se reía con él.

Tenía que ayudarla, aunque sea un poco

- ¡Hitoda—! -Antes de que pudiera terminar la oración, el chico observó con horror cómo su Hitodama se estrelló contra la nada.

El sonido de un rayo crepitante llenó sus oídos. Sus ojos miraron hacia arriba, notando la cúpula translúcida que los rodeaba a los tres. El rubio había prevenido su participación en la hora de salvar a la chica.

Mirando hacia Teru, encontró al mayor sonriendo calmadamente. -No te dejaré convocar a tu Tsueshiro, Yugi-san-

El omega solo se quedó estático viendo como todo había terminado, él que era el exorcista de mayor rango de su clan, no pudo salvar a una chica cuyo único arrepentimiento fue no haberse despedido de su madre.

El mayor de los Minamoto deshizo de la jaula de rayos que mantenía a su alrededor.

Aun con la espada en mano esquivo el golpe que era dirigido hacia él, había pasado tiempo con otros exorcistas del clan Yugi para saber cómo sería la reacción del otro.

Aunque el otro estaba acostumbrado a peleas de corto alcance, fue su ira quien no dejo que se concentrara en su entorno.

Un par de manos la empujaron a un lado y luego la punta de la espada se clavó en una mano pálida, los espasmos en los dedos ensangrentados se apreciaban

Teru observó con ojos apagados al omega que se encontraba debajo suyo, era parecido al jefe de clan de los Yugi entonces el rumor que son gemelos era cierto, pero había ciertas rasgos que los diferenciaban seguramente debido a sus dinámicas.

El pequeño exorcista se encontraba en un manojo de emociones que iban al miedo a la furia. Teru solo le acaricio la mejilla con un toque tierno como si no hubiese exorcizado a un espíritu brutalmente.

-Muy pronto serás un Minamoto-Dijo Teru al omega- Tendrás que acostumbrarte a mi manera de hacer las cosas-

Sin nada más que decir el alfa se retiró del omega quitando la espada.

Amane rápidamente se alejó de él.

Tal vez su hermano tenía razón con este matrimonio.

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Curiosidad que mata#4

Soy un asco en romance, este capítulo iba a ser un acercamiento sobre sus sentimientos y a cambio lo convertí en uno de angustia.