Por años ha habido dos clanes de Exorcistas que han tenido el deber de erradicar y proteger a las personas de los espectros que acechan la costa cercana.
Pero una disputa hizo que ambos clanes se separaran, el clan Minamoto pensaba que lo mejor era...
En el horizonte se veía claramente el sol anunciando un día más de vida para todos los habitantes de Japón.
Al ser entre semana varias personas salían de sus hogares para dirigirse a sus trabajos o sus respectivos colegios.
Para dos personas este día era un día importante que cambiaría toda su vida.
En el pasillo de una mansión se encontraban tres personas enfrente de una puerta, los tres omegas consistían de Mitsuba, Yashiro y Sakura ya con la edad de 18 y 20 años. Todos tenían una expresión de determinación en sus rostros.
Y sin previo aviso ingresaron a la habitación, al momento en ingresaron un grito resonó en todo el lugar.
- ¡Cállate crazy knife o no terminaremos jamás! – Grito el omega peli rosa en lo que desvestía al susodicho con ayuda de la daikon.
- Solo tenemos cuatro horas para prepararte Amane-san – Dijo Sakura acercándose a unas cajas que traían el kimono para la ceremonia.
La mayor de los cuatro ignoraba todos los gritos para concentrarse en acomodar el shiromuku para la novia y buscar el wataboshi sin olvidarse de sacar el maquillaje.
Mientras que la peliverde organizaba todo para una fácil disposición, los otros omegas encargados de ayudarla ya habían llevado al pelinegro a bañarse para poder empezar con los preparativos para la boda.
Una vez que terminara de bañarse fue dejado con la albina para aplicarse algo de crema en su piel. Los dos aprovecharon para hablar un poco antes de la ceremonia.
- ¿Estas nervioso Amane-chan? – Pregunto suavemente la albina. A pesar que su relación con el Minamoto había mejorado significa mente estos tres años quería calmarlo ya que estaría dando un gran paso en su vida.
- si soy sincero lo estoy un poco – Respondió Amane terminando de aplicarse la crema corporal. – Pero creo cualquiera lo estaría si tuvieran a alguien como Tsukasa –
Aunque lo último era un chiste para aligerar el estado de ánimo, termino siendo una preocupación al darse cuenta que su hermano intentaría matar a Teru por las circunstancias.
- Uhm... creo que tienes razón – Le dio la razón al pelinegro. Después de todo hablaban de Tsukasa quien tenía el síndrome del hermano sobreprotector con su gemelo. – Lo mejor nos apresuramos en vestirte, aún nos falta arreglarnos para luego ir al santuario -
Sin tenerlo que decirlo dos veces salieron para terminar de una vez.
Se tardaron una hora en averiguar cómo iba el shiromuku pero al final lograron ponerlo correctamente.
Mitsuba fue el encargado de aplicarle el maquillaje y peinarle para colocar el wataboshi.
- Ahora que está listo yo me voy a arreglarme – Dijo Mitsuba retirándose para poder alistarse.
Amane se quedó sentado cerca del tocador observando su aspecto, se parecía a las típicas novias japonesas que salían en los mangas que leía Yashiro cuando iban en la escuela.
Muy pronto sería una ama de casa mientras que su pronto marido terminaría su carrera, pero siguiendo su trabajo de exorcista.
Unos golpes en su puerta alertaron al joven solo para visualizar a su hermano en la puerta ya vestido para la ceremonia.
Lo impactante era que no se había lanzado a abrazarlo como suele hacerlo, en cambio este lo miraba con melancolía a su persona. Sin saber que responder se mantuvo en silencio, un silencio que fue interrumpido por su gemelo.
- Ya es hora de irnos – Dijo Tsukasa a su hermano mayor, por mucho que se negara en entregarlo a Teru no podía negar que Amane ya había desarrollado sentimientos por el alfa.
Era así como se sentían los padres cuando veían a sus hijas en esas ropas. Porque no podía ver lógica por su visión, en ese momento su hermano no parecía un joven de casi 19 años sino un niño de apenas 10 años que se había puesto el vestido de su madre.
- Vamos – Declaro el Amane pequeño dirigiéndose a su dirección. Sin aguantar más se lanzó a abrazarlo.
El omega no entendía completamente lo que pasaba, pero correspondió al abrazo algo en él le decía que su hermanito lo necesitaba.
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Al terminar sus juramentos a la sacerdotisa y sorber los tres tragos de sake, se encontraban oficialmente como casados.
El Minamoto vestía un montsuki tradicional de novio y Amane se había cambiado por un Kimono hōmongi para la recepción.
