Y ahí estaba Lilith, estaba esposada, caminando siendo agarrada por la oficial Romero y el oficial Taylor, estaba ahí por delitos menores, la habían encontrado haciendo un graffiti y la arrestaron por eso, no era algo muy grave pero igual era algo malo así que la tuvieron que esposar.
Dejaron a Lilith afuera de la oficina de Parrish mientras que él recién nombrado hablaba con Romero y Taylor, unos minutos después, Jordan salió para hablar con Lilith. ─¿Estas consciente de que lo que hiciste fue violar propiedad privada? ─Preguntó con una ceja arqueada.
─Sí, pero estaba aburrida, no es como que haya matado a alguien.─Se cruzó de brazos, pero, por alguna razón, no estaba tan molesta como lo estaba con Romero y Taylor.
─Puedes pasar en una celda 72 y horas y el propietario puede ponerte una demanda ¿estas consciente de eso?─Preguntó agachándose para poder quedar a su altura, además acercando un poco su rostro al de ella.
La chica sintió un escalofrío correr por su espina dorsal mientras que veía al oficial tan cerca de ella. ─Son solo 72 horas, además que se metan su demanda por donde les quepa. ─Le contestó al oficial haciendo una mueca.
─La cárcel no es lugar para una chica como tú.─Habló el oficial provocando que Lilith arqueara una ceja.
─¿Por qué querría coquetear con una delincuente?─Le cuestionó, aunque claramente eso era lo que estaba haciendo.
─No lo sé, usted dígame, es lo que está haciendo.─Le sonrió de forma coqueta como incitándolo a que siguiera haciéndolo, que siguiera coqueteando.
Parrish simplemente cambió el tema.—Acompáñame a que firmes unos papeles para que puedas irte.—Ella siguió al oficial para firmar esos papeles.
Pero antes de irse, preguntó.—¿Siempre que venga te voy a ver?
—Sí, aquí trabajo. —Le contestó.—Ya no te metas en problemas ¿de acuerdo? —Lilith simplemente asintió y se fue de ahí.
Parrish se quedó pensando en ella, era una chica muy bonita y estaba algo interesado en ella, pero mejor dejaría que las cosas fluyeran, no la iba a obligar a nada.
Al otro día, Lilith volvió a ir a la comisaría esta vez siendo escoltada solamente por la hermana de Hayden, la oficial Romero.
—¿Otra vez aquí? ¿ahora que hiciste?—Preguntó Jordan yendo hacia Lilith para poder hablar con ella y preguntarle eso.
—Me robé una paleta.—Sí, un crimen así de bobo y que podría ser acreditado por un niño de cinco años.
—¿Por qué?—Claramente Parrish se desconcertó bastante ya que ¿para qué querría ella robarse una paleta?
Pues claramente eso era simplemente una excusa, un pretexto para poder ir a ver a ese oficial de nariz respingada y ojos hermosos.
—Porque quería verte.—A diferencia de ayer, ahora no le hablaba de usted, sino de tú, contestó con honestidad.
—¿Para qué querías verme? —Parrish estaba más desconcertado aún.
—Porque me gustas y quería verte.—Dicho eso se acercó a abrazar al oficial, el cual separó el abrazo al instante.
—¿Qué haces? —
—Shh, cállate que tú también lo quieres.—Dicho eso, Parrish, en un movimiento rápido la metió a su oficina y cubrió las ventanas con las cortinas además de cerrar la puerta con llave.
Jordan no esperó mucho para poder empezar a besarla con pasión y algo de necesidad para ser honestos, Lilith no se negó en aceptar ese beso con la misma pasión mientras daba un brinco y enrollaba sus piernas en la cintura del oficial, dicho oficial posó sus manos en los glúteos de la chica mientras que bajaba sus besos hasta el cuello de la recientemente mencionada, ella solamente soltaba unos pequeños suspiros mientras que empezaba a desabotonar la camisa del uniforme de Jordan, él se dejó y sentó a la chica en el escritorio tirando por ahí los informes que yacían en este, Parrish le quitó la blusa que llevaba puesta empezando a besar su clavícula dejando unas marcas en este.
La chica le quitó la camisa del uniforme que recién y había desabotonado, puso sus manos en la espalda de Parrish las cuales quitó rápidamente por lo caliente que estaba, literalmente, no estaba prendido en fuego pero tampoco estaba en una temperatura normal, decidió ignorar eso y dejar que el sabueso siguiera su objetivo, después de un rato ya se encontraban los dos desnudos. El oficial preguntó.—¿Estás segura de que quieres hacer esto? —Arqueó una ceja.
—Sí, sí, ahora cállate y entra.—Abrió sus piernas y el de ojos verdes no se tardó en entrar en ella, al principio entró con tranquilidad, pero después empezó a ser un poco agresivo, se movía dentro de ella sin cuidado de lastimarla o no, ella gemía, aunque le dolía, el placer que tenía valía todo el dolor del mundo, ese sabueso del infierno parecía un ángel desde el ángulo de Lilith.
Él, empezó a besar nuevamente el cuello, pecho y clavícula de la menor mientras se movía aún adentro, con estocadas que ya ni siquiera eran delicadas o cuidadosas, eran agresivas y fuertes, no pasó mucho para que Lilith se corriera, dos minutos después se corrió Jordan, esos dos minutos fueron de placer para Parrish pero a ella ya le dolía más que antes, los dos terminaron recostados en el suelo ya que el escritorio era muy grande para dos personas, ahí fue cuando Parrish habló nuevamente.
—¿Me das tu número? Te llamaré y saldremos.—Propuso mientras la veía de reojo, ella solamente asintió.
Intercambiaron números, vaya que había sido una muy buena razón para robarse una paleta después de todo.
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