No pienso quitarme la ropa

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Capítulo 8.

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-Sabes a lo que me refiero. Eres guapa, pero desde el punto de vista fraternal. Vi a Chaerin y a ti, dejar de ser niñas y convertirse en mujeres. Ninguna de las dos es fea, ni gorda. Creo que te juzgas con demasiada dureza-. Lo había dicho tan a la ligera, que lo comprendí. YoonGi no me veía como una mujer guapa, sino más bien como una irritante hermana pequeña que había acabo siendo atractiva. La diferencia era enorme, y tuve que esforzarme para no sentirme dolida-. Pero bien, te daré oportunidad por el hecho de que no quieras comer cadáveres. No le pondré carne.
-Gracias-. Sonreí.
-¿Te importa abrir una botella de vino? Hay una enfriándose en el refrigerador.
Descorché la botella de chardonnay y observé a YoonGi mientras él la probaba. Percibí el olor amaderado y afrutado del vino. Me debatí durante unos instantes, pero renuncié. Solo es una copa. Después de todo, me la merecía. Me serví una copa y bebí un sorbo. El líquido se deslizó por mi garganta. Era un poco seco, pero suave al gusto. Tuve que contener un gemido de placer. Me lamí los labios mientras cerraba los ojos y dejaba que el sabor del vino me inundara.

YOONGI.
Estaba a punto de decir algo, pero me quedé mucho. Verla beberse el vino y disfrutar de su sabor me dejó paralizado. La sangre comenzó a latirme en las venas y me empalmé al instante.  se lamía los labios con tanta delicadeza que deseé verla lamer otra cosa que no fuera vino. Me pregunté si también gemía de esa forma cuando tenía a un hombre enterrado en los muslos, enterrado en su cuerpo húmedo. Me pregunté si dicho cuerpo sería tan ardiente como sus labios y si se cerraría en torno a mi como si fuera un puño de seda, exigiéndome que le diera todo y obligándome a darle todavía más. Los pantalones que llevaba se le ajustaban en la diminuta cintura y esa pequeña blusa, dejaba a la vista un trozo de piel desnuda. Era evidente que se había quitado el sujetador, ya que no me veía como un hombre de la deseara, sino más bien como a un hermano mayor sin deseos masculinos.
Deseé mandarla al cuerpo por su capacidad de complicar las cosas. Terminé de servir y colocar los cubiertos.
-Deja de beberte el vino así. No estás en una película p****.
soltó un grito ahogado.
-¡Oye! ¡No seas gruñón! Yo no tengo la culpa de que tu empresa sea más importante para ti que un matrimonio verdadero.
-Sí, pero si no mal recuerdo, tú estabas muy dispuesta a aprovechar la oportunidad. Así que estamos empatados en esto.
se sentó frente a mí. Al parecer le había valido un pepino lo que había dicho anteriormente, pues se sirvió un plato con arroz.
-¿Quién eres tú para criticarme? Siempre te lo han dado todo. Te regalaron un Mitsubishi Eclipse cuando tuviste la edad de sacar el carnet. Yo me tuve que comprar un Chevette.
El recuerdo me hizo tensar.
-Tú tenías una familia. Yo tenía una mierda.
_______ guardó silencio, durante el cual se metió un pan relleno de azúcar a la boca.
-Tenías a Chaerin.
-Lo sé.
-¿Qué pasó con ustedes? Era muy unidos.
Me encogí de hombros.
-Cambió cuando entró a la preparatoria. Dejó de hablarme de repente. Ya no me dejaba entrar a su dormitorio a charlar, y al final, acabó alejándose de mí por completo. Así que yo seguí con mi vida. En aquella época tú también perdiste contacto con ella ¿no?
-Sí. Siempre he pensado que le pasó algo, pero jamás habla del tema. De todas formas, mi familia pasó una mala racha durante un tiempo, así que no fuiste el único.
-Pero ahora son una bella familia feliz de televisión.
se echó a reír antes de llevarte los palillos a la boca.
-Mi padre tiene que compensarnos muchas cosas, pero creo que hemos logrado completar bien el ciclo.
-¿Qué ciclo?
-El del karma. Cuando alguien la fastidia y hace mucho daño. Nuestro primer instinto es devolvérsela o negarnos a perdonar.
-Es razonable
-Ah, pero de esa manera, el ciclo del dolor y de vejaciones continúa. Cuando mi padre volvió, decidí que solo tenía un padre y que debía aceptar lo que él estuviera dispuesto a ofrecerme. Al final, dejó el alcohol e intentó compensarnos
Resoplé.
-Se largó cuando eran pequeños y abandonó a su familia para poder embriagarse a gusto. Abandonó a las gemelas siento bebés. Y ¿después volvió pidiendo perdón? No es suficiente ¿Por qué lo aceptaron de nuevo?
dejó los palillos a medio camino de sus labios.
-Tomé mi decisión. Jamás olvidaré lo que pasó, pero si mi madre aprendió a perdonarlo ¿cómo iba a negarme yo a hacerlo? Las familias deben estar juntas, pase lo que pase.
Semejante facilidad para perdonas me dejó asombrado y aturdido. Me serví más vino.
-Es mejor marcharse con la cabeza alta y el orgullo intacto. Es mejor dejar que ellos sufran por el daño causado.
 pareció analizar mis palabras.
-Estuve a punto de hacerlo. Pero me di cuenta de que, además de ser mi padre, es un ser humano que cometió un error. Si hubiera elegido mi orgullo, me habría quedado sin padre. Cuando tomé la decisión, rompí el ciclo. Mi padre acabó rehabilitado y reconstruimos nuestra relación ¿Has pensado alguna vez en ponerte en contacto con tu padre?
Las emociones me abrumaron de repente. Luché contra mi antigua amargura y conseguí solo encogerme de hombros
-Ese hombre ya no existe para mí. Esa fue la decisión que yo tomé.
Me preparé para recibir su lástima, pero se limitó a demostrarle una compasión que me alivió. ¿Cuántas veces había ansiando una paliza o un castigo? ¿O bien, un mísero reconocimiento por algo que hice? Fue muy negligente, y en cierto modo que me negaba a aceptar, su desapego me había herido.
-¿Y tu madre?
Clavé la mirada en el plato.
-Liada con otro actor. Le gustan los hombres que se dedican al mundo del espectáculo. Así se siente importante.
-¿La ves a menudo?
-El hecho de tener hijos adultos la hace recordar su verdadera edad. Así que le gusta hacer como que no existimos.
-Lo siento.
Unas palabras sencillas, pero sinceras, procedentes del corazón. Alcé la mirada del plato. Por un segundo el aire entre nosotros se cargó de energía, fruto de la comprensión y el deseo. Pero no tardó en desvanecerse, como si jamás hubiera existido. Esbocé una media sonrisa con la que pretendía ridiculizar la confesión que acababa de hacer.
-Sí, fui un pobre niño rico. Pero tienes razón en una cosa. El Mitsubishi era hermoso.
se echó a reír, y cambió el tema de conversación.
-Háblame del acuerdo en el que estás trabajando. Debe de ser algo muy bueno para aceptar un año de celibato.
No mordí el anzuelo, pero sí le lancé una mirada de advertencia.
-Quiero que BigHit Industries participe en una licitación para construir la nueva zona del río Han.
Ella enarcó una ceja.
-He oído que quieren construir un spa y unos cuentos restaurantes. Todo el mundo está hablando de ese asunto, y eso que antes la gente no quería ni acercase al río por la inseguridad.
Me incliné hacia delante, ansioso por hablar del tema.
-Pero ahora está cambiando. Han aumentado la seguridad y los pocos bares del alrededor van muy bien. Eso hará que la zona resulte atractiva tanto para los que viven cerca como para los que no. ¿Te imaginas todo aquello cubierto con senderos iluminados? Esas pobres luces ya nadie les presta atención. Yo te hablo de un spa con aire libre donde puedes contemplar todo. Ese es el futuro.
-También he oído que solo les interesan que participen en la licitación los grandes estudios. Dicen que será algo hecho por una expresa extranjera.
Me tensé, como si el tema fuera realmente una necesidad física. Tenía un sueño al alcance de mi mano y no permitiría que nada se interpusiera en mi camino. Pronuncié las siguientes palabras como si de mi mantra se tratara:
-Voy a conseguir el trato.
Ella parpadeó y después asintió despacio con la cabeza, como si mi convicción la hubiera persuadido.
-¿BigHit Indrustries tiene la capacidad de afrontar ese tipo de proyecto?
Bebí un sorbo de vino.
-El consejo de administración cree que es demasiado ambicioso, pero voy a demostrarles que se equivocan. Si lo consigo, BigHit Industries subirá a lo más alto.
-¿Lo importante es el dinero?
Negué con la cabeza.
-El dinero me da igual. Quiero dejar huella y sé cómo conseguirlo. Mi proyecto no es demasiado urbano, no quiero que compita con la belleza del río, al contrario. Quiero una estructura que se rinda a la naturaleza y se integre en ella.
-Me la impresión que llevas mucho tiempo reflexionando al respecto.
Llevé arroz a mi boca.
-Sabía que la ciudad no demoraría mucho en tomar la decisión, y quería estar preparado. Llevo años pensando en distintos diseños. Estoy listo.
-¿Cómo lo vas a conseguir?

Llevó su vista al plato. Era curioso saber que mentía. Siempre tuve esa habilidad con él.
-Ya cuento con el apoyo de los miembros implicados en el proyecto. Kim NamJoon es el encargado de la construcción del spa y compartimos la misma visión. Celebra una cena el próximo sábado a la que asistirán los otros dos miembros a los que necesito convencer. Así que espero causar buena impresión-. No añadió de qué manera quería que yo colaborara, pero a suponer de la forma que me observó, parecía que yo jugaría un papel importante para sellar el acuerdo. En cuestión de nada. Ya no había comida sobre la mesa-. Aprecio que solo hayas decidido comer vegetales-. Se burló-. ¿Querrás postre?
Bufé
-Qué gracioso-.No tardamos mucho en recogerlo todo y en meter los platos en el lavavajillas, tras lo cual, decidí acostarme en el sofá color arena del salón- ¿Vas a trabajar esta noche?
-No, es tarde ¿tú?
-Qué va, estoy cansada-. Se produjo un breve silencio-. Bueno, ¿qué quieres hacer?

YOONGI.
Vi que se le había subido un poco esa camiseta. La piel morena y tersa de su abdomen hizo trizas mi concentración. Se me ocurrieron un par de cosas sobre lo que podíamos hacer. Algo que implicaba subirle lentamente la blusa para lamerle despacio los pezones hasta que estuvieran bien duros bajo mi lengua. El resto consistía en bajarle esos pantalones de pijama y comprobar en cuánto tiempo era capaz de ponerla a doscientos. Puesto que era imposible, me encogí de hombros.
-No lo sé. ¿Vemos la tele? ¿Alguna película?
Ella negó con la cabeza.
-Póquer.
- ¿Cómo dices?
Los ojos se  parecían haberse iluminado.
-Póquer. Tengo una baraja en mi maleta.
- ¿Llevas tu propia bajara encima?
-Nunca se sabe cuándo vas a necesitarla.
- ¿Qué apostamos?
se levantó de un brinco del sofá y se encaminó hasta la escalera.
-Dinero, por supuesto. A menos que seas un cobarde.
-Pero usaremos mis cartas.
-Genial.
Usé el mando a distancia y la voz grave de TOP resonó en el salón. Rellené las copas y me acomodé frente a la mesa auxiliar. se sentó a mi lado, con las piernas cruzadas. Le acerqué el maso de cartas que guardaba en el cajón de la sala. La vi barajar con destreza, con la rapidez de una experta. De repente, me la imaginé arreglada y con un gran vestido de escote mientras repartía cartas en un salón sentada en el regazo de alguien. Quité esa imagen de mi cabeza y me concentré en las cartas.
-Habla el que reparte. Jugamos fivecardstuc. Se apuesta primero.
Fruncí el ceño.
- ¿Qué apostamos?
-Ya te he dicho que dinero.
- ¿Debería abrir la caja fuerte? ¿O acaso quieres ir por las joyas de la familia?
-Qué gracioso. ¿No tienes dinero suelto por ahí?
Esbocé una sonrisa.
-Lo siento. Solo llevo billetes de diez mil wons.
-Ah...
Su rostro se mostró tan desilusionado que acabé riéndome
- ¿Qué te parece si nos apostamos algo más interesante?
-No pienso quitarme la ropa
-Me refería a favores.
La vi morderse el labio inferior. El gesto me provocó una oleada de placer.
- ¿Qué tipo de favores?
-El primero que gane tres manos seguidas consigue un favor del otro. Se puede usar en cualquier momento, como si fuera un vale de compra.
Me miró con interés.
-¿Se podrá utilizar para cualquier cosa? ¿Sin restricciones?
-No habrá restricciones.


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⏰ Última actualización: May 10, 2020 ⏰

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