Especial: Día de la Madre

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Oye a tu padre, a aquel que te engendró;
Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
Compra la verdad, y no la vendas;
La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.
Mucho se alegrará el padre del justo, y el que engendra sabio se gozará con él.
Alégrense tu padre y tu madre,
Y gócese la que te dio a luz.

Proverbios 23:22-25

😇😇😇😇😇😇😇😇😇😇

No soy partidario del supuesto "amor a primera vista", sin embargo, estoy seguro de que aquel día en que llegué a este mundo sufriste aquello.

Te enamoraste a primera vista de mí, y yo a la primera sensación de afecto cuando pusiste mi delicado cuerpo sobre tu pecho.

Con el paso del tiempo, tú y papá, me empezaron a cuidar y enseñar todo lo necesario para un pequeño infante que poco a poco se volvía grande fuerte. Gracias a ustedes.

Gracias a ustedes dije mi primera palabra, y por ironía, dije "papá" cuando te quedaste conmigo.

Gracias a ustedes di mis primeros pasos, a pesar de que casi volteo una cacerola llena de chocolate.

Pronto, llegué a los cinco años, la edad en donde comenzaba mi vida estudiantil. Ese día sólo recuerdo el cielo despejado y el como ambos me abrazaban llenos de amor, parecía que estaban a punto de llorar. En cambio yo, sólo repetía las palabras: "estaré bien, estaré bien, llegaré tarde."

Cuando dicen que el primer día de clases lo sufren más los padres que los hijos... Realmente puedo dar fe de ello.

Empecé a aprender más cosas y me relacioné con gente de mi edad. Los años pasaban y llegué a la época que muchos padres dicen que es la peor: la pubertad y adolescencia.

Sin embargo, a diferencia de mis pares, en mi caso fue una época tranquila y muy pocas veces les saqué canas verdes a mis padres. Cada vez que oían las noticias sobre jóvenes de mi edad asaltando yo sólo decía: "Agradezcan a Dios por su maravilloso y tranquilo hijo".

Lo único malo de esa etapa fueron los problemas de granos y problemas hormonales... Ah, y los cambios de humor. Pero ustedes estuvieron ayudándome.

Pronto la etapa acabó y oficialmente era todo un adolescente que estaba en busca de lograr cumplir su sueño: volverse profesor. Todo por mi alegría de recibir conocimiento y traspasarlo a alguien más.

Puedo nombrar varias cosas que pasaron durante esas épocas, pero esta nota sería muy larga y no quiero aburrirlos con eso. Sólo quiero decir que, ahora siendo todo un adulto y en último año en pedagogía, les quiero decir: gracias.

Gracias por ayudarme en todo y volverme, junto a Dios, la persona que soy ahora.

Pero sobretodo a ti madre, que me mantuviste 9 meses en tu vientre. Me diste consejos.  Me cuidaste cuando enfermaba...

Y ahora, yo te cuidaré. Por todo esto de la pandemia te envío esto, sé que estás delicada de salud y no quiero arriesgarme.

Ya llegará el día en que todo termine y porfin pueda abrazarte junto con papá.

Feliz día de la madre. Y agradezco a Dios por que eres la mía.

La mujer sonrió con ternura al terminar de leer la carta, la estrechó contra su pecho.

-Gracias Dios, por el hijo que me has dado.-dejó a un lado la carta y miró la caja de chocolates que venía con ella. Era el tipo de chocolates favoritos.

-¿Me dejarás uno, verdad?-preguntó su marido sentándose a su lado.

-Claro que sí.-Y ambos empezaron a comer, sintiéndose orgullosos de aquel joven que llamaban hijo.

😇😇😇😇😇😇😇😇😇😇

Hoy es el día para celebrar a la mujer que Dios a escogido para darnos vida o criarnos como si fuéramos sus verdaderos hijos , ¿Qué tal va su día? ¿La han regaloneado cómo se merece?

A pesar de tener unos cuántos problemas con mi cuerpo (sobretodo la vista :'v) he decidido escribir este pequeño relato en honor a las mamás y a las personas que podríamos considerarlas de esa manera.

También avisarles de que, así como vamos, puede que Historias Cristianas finalmente termine y la declare como completa, pero bueno, sólo Dios sabe...

Sin más que decir.

Sayonara~
∞Kamira_Walker∞

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