Relatos de Eros.

¿Quién es Eros?

¿Quién es Eros? -Suena un eco al fondo- ¿Quién es Eros? Un Dios sin rostro, que busca el amor persiguiendo con su corazón como si fuese un perro en plena guardia, respirando aire frío, sinimportar un corazón caliente de una víctima. ¿Perros? ¿Víctimas? Un mundo en el que todos somos corazones fríos, y va Eros sin cabeza, olfateando con su corazón como si fuese un perro buscando la presa perfecta y devorar su alma complaciendo con el amor. Digo yo... ¿Quién es? ¿Un monstruo? ¿Un hombre sin rostro? ¿Un arquero sin flecha desertora? ¿Un sumiso? ¿Un amante lascivo? ¿Un incorpóreo? ¿Si es un Dios, que seré yo? Pienso a veces que soy una tormenta muy salvaje, peor que un león cuando grita su rugido y que hace retumbar la tierra, chocando contra el cielo.

O espera... ¿Será él el león y yo el dios? Los leones braman su valentía en una guerra. Los dioses braman su valentía en el Olimpo con una canción que resuena en las tormentas. ¿Canciones y tormentas? Una canción muy valiente, muy brava, muy salvaje. El mar gruñe al caer el sol... ¿Eso supone el fin del día? ¿O el fin del mundo? Se muere el sol, y nace la luna, más hermosa que el sol...Más sensual que un plato blanco... Más erótica que una vagina limpia. -Miro el cielo- ¿Por qué hay tantas estrellas? ¿Tan pequeñas y apenas se ven? La que representa la noche es la luna, no sus damas de honor, las estrellas. El universo parece ser más tonto que el humano, aunque no tropiece dos veces en una misma piedra...Pero decora fatal su propia constelación, sin saber lo que hace falta una noche...Y lo que no hace falta. Las estrellas no hacen falta para Eros, no es nada erótico. Solo faltarían más lunas, más estrellas fugaces para tener que pedir deseos eróticos contigo, querido Eros. Sin cara, aun así te quiero. Solo me importa tu intrépida flecha que me perfora profundamente en el alma, sin saber lo profundo que está. De hecho, no solo me penetras profundamente en el alma, sino en otros orificios más desconocidos...Incluso me rompes mis orejas de cristales, con tal de no oír tus gemidos que soplan desde tu corazón. Ni siquiera me dejas oír tu alma acercarse a la mía. Solo pido que me penetres lo más fuerte que puedas...Quiero que me rompas el alma, y todo lo que tengo... Quiero que veas como se rompe tu Venus de Milo, sin brazos...Sin rostro...Sin lágrimas...Sin boca para gritar... Sin nariz para respirar tu sudor...Sin ojos para ver cómo me rompo yo mismo. Sin manos para mantener el manto que me tapa mis partes íntimas. Me devorarás hasta que me quede en la nada. Dejarás que la esencia que tengo en mí, forme parte de la tormenta que se avecina mientras me haces el amor con la flecha puesta en mi corazón... De espalda a corazón. De extremo a extremo. Del cero al infinito. De izquierda a derecha. De polvo a tormenta. De gota a lluvia. Sigo sin saber quién es Eros.