One Shots |EDITANDO|

Calum Hood

~Where Are You~

Jade frunció el ceño mientras miraba la foto de recuerdo que se encontraba entre sus manos.

"¡Rayos, Calum!" suspiro mientras dejaba caer la fotografía, "te extraño" murmuro.

No había pasado más de dos años desde que peleó con su amigo, Calum Hood. Después de haberle declarado su amor, ella se separó de él. Según ella, entre sus expedientes se encontraba: "No me enamoró nunca".

La peor equivocación que pudo cometer; haber perdido al amor. Sonrió tristemente al recordar todo lo que vivieron. Siguió recorriendo el álbum y se encontró con su favorita: Una donde él la abraza fuertemente mientras besaba la parte frontal de su cabeza. Aún recordaba ese día como si fuese ayer.

"Te quiero tanto, Calum"

"Yo te quiero más. Tú sabes, todas las estrellas"

Una lágrima recorrió su mejilla. Soltó rápidamente el álbum de fotos y se apoyó en la punta de su cama. Varias lágrimas mojaban su mejilla hasta caer al piso. Ella no podía retroceder el tiempo atrás. Ya había pasado lo que no debía. Sollozo fuertemente y tomo nuevamente el álbum de fotos, recordando sus días favoritos:

Como el día que escribieron una canción juntos. El día de su cumpleaños. Cuando ella lo visitó a su casa para decirle que se quedaría a vivir en Australia. Cuando viajaron a Islas vírgenes. Aquellos momentos perfectos que no podía volver a vivirlos, sólo por su orgullo y tonta frase: "El amor no existe". Cuando sí existía.

"¿Qué haces?" susurro una voz cerca de su oído. Ella voltio y la abraza fuertemente.

"Lo extraño, Bell" sollozo en su hombro.

"¿A Calum?" pregunto mientras la miraba a los ojos.

"A mi Calum Hood" murmuro, "Fui una tonta" negó mientras lloraba.

"¿Entonces qué haces aquí llorando? El ya lucho por ti... y se cansó. Ahora hazlo tú. ¡Lucha por el!" exclamo su amiga.

Tomo un minuto y Jade sonríe.

"Tienes razón. ¡Iré a su casa!" grito con euforia y tomo rápidamente su chaqueta.

Subió a su bicicleta y pedaleo hasta a la casa de los Hood. Hacía años que no iba, al menos 3 años desde que se alejó de Hood.

Paro en seco y tiro su bicicleta en el césped. Tocó tres veces la puerta hasta que la señora Hood salió. Ella le sonrió a Jade, y está le devolvió el gesto.

"¡Jade que gusto verte!" dijo mientras la abrazaba fuertemente.

"Necesito hablar con Calum" susurro en el oído de la señora Hood. Ella se separó de Jade y negó.

"Me temo que no podrás." Hizo una mueca "Él se fue de gira con su banda"

"¿De gira? ¿Con su banda?" exclamo.

"Ha pasado tantas cosas desde que te alejaste de Calum, Jade." La morocha la miro esperando que continúe, "Él está apuntó de tomar a su vuelo a Londres" dijo al fin.

Jade niega con los ojos cristalizados. "Fui muy tonta" sollozo. Miro pasar un taxi y se subió rápidamente en él.

"Al aeropuerto" dijo mientras buscaba su billetera. Se golpeaba mentalmente por ser tan tonta, mientras tomaba su cara entre sus manos.

Fue tan estúpido el dejarlo ir, el pensar que todo sería igual sin él. Ahora lo está perdiendo, piensa.

El taxi paro en la entrada y Jade pago velozmente.

Miraba hacia todos lados. Suspirando mientras muerde su uña. "Idiota, Jade. Eres una idiota." pensaba mientras corría a la sala de abordar y allí lo vio. Tan perfecto como antes.

"¡Calum!" grito esperando que hiciera caso omiso. Calum volteó rápidamente y la vio. Jade corrió hacia él y lo abrazo, casi como una película, que más quisiera ella que fuera una película con su final feliz. Quién sabe.

"Perdón, Calum. Perdona, mis estupideces. Te extraño, Calum." susurro mientras lloraba en su pecho tan varonil. El sólo se mantenía perplejo. "Te amo, Calum" añadió con lágrimas por todo el rostro "Más que a mi vida" cerro. El negó mientras miraba a sus amigos que esperaban por él. Suspiro y bajo sus manos para abrazarla.

"Lo siento, bonita" dijo Calum tocando su mejilla. "He encontrado a una chica y tengo que abordar" suspiro mientras besaba cortamente su mejilla. "Has tardado" susurro mientras dejaba deslizar su mano "Te deseo lo mejor" finalizó y camino para abordar hacia su destino.

Y allí estaba ella, parada sin nada, viendo como perdía a la persona que amaba. Se miraron por última vez y él le sonrió. Ella sólo negó y dio media vuelta. Sollozo una, dos, tres veces y volvió a voltear. Ahora sólo veía la puerta cerrada. Y el reflejo de ella. Sólo ella sin Calum a su lado como solía ser....

"A veces creemos ser personas inmortales, que jamás se enamoraran. Estamos equivocados. Tarde o temprano llegara ese alguien que sea la razón de tú sonrisa, de tus risas, de tus sueños, hasta tal vez, de tus lágrimas. Y querrás que "ese alguien" este contigo para siempre. También deben tener presente que, siempre tienen que valorar a cada persona que este a su lado. Porque sí no lo hacen, cuando lo hagan será muy tarde, y ya lo habrán perdido. Las personas solemos ser tan tontas y creemos que las personas estarán siempre a disponibilidad para nosotros. Que siempre estarán a nuestro lado, pero no. En cuento menos te des cuenta esa persona ya no estará a nuestro lado y odiarías las idea de no haberlo apreciado. Entonces, jamás olviden apreciar y agradecer la compañía de las personas especiales que te rodeen y lo más importante; jamás rechaces el amor que un chico, una chica, una amiga o que tú familia te da. Las personas no son para siempre." Dice Jade hacia sus alumnos que la miraban y escuchaban atentamente. Contuvo sus lágrimas y suspiro.

"Más sin embargo, los sentimientos permanecerán" susurra para ella al recordar a Calum.

"Profesora" habla un niño de la segunda fila.

"Dime, Thomas" dice tiernamente mientras se acercó a él.

"El amigo de mi tío me contó una historia como la que usted contó y...." paro y se puso a pensar" Ah sí, y también me dijo: que sí la volviera a encontrar le diría lo mucho que la extraño. Que desde la última vez que la vio en el aeropuerto no dejó de pensar en ella. Algo así era" ríe divertido mientras mira a sus demás compañeros. Jade sonríe mientras una lágrima corre por su mejilla.

"¿Ah sí? ¿Cómo se llama el amigo de tú tío?- pregunta mientras tomaba asiento.

"Calum... Calum Hood."

Aunque... sí se nos cruza una segunda oportunidad: Nunca es tarde para retomar el camino y aprovecharla sin hacernos daño. Y sí no, sólo nos queda no volver a cometer el mismo error.