La Perfumista del Lord (Saga Las Perfumistas Parte 2)

Capítulo 1

Celine

— ¡Madre mía! — Dijo Celine con los ojos llenos de asombro — ¡¿Porqué demonios no te queda el condon?! —

Él pobre chico recostado en su cama se puso más rojo que el cabello de su hermana, es un precioso hombre de piel morena y espléndido cabello café, de esos guapos actores de telenovela que tanto le gustan a su mamá, fue un milagro haberlo encontrado frente a su perfumeria, él vende flores y ella junto con su hermana, hacen los mejores perfumes, pero haberlo encontrado fue toda una odisea.

Quizá fue su sonrisa espléndida o que siempre iba a comprarle flores vestida con blusas que mostraban sus pechos, lo que fuera que haya sido, pero su belleza lo atrajo hasta la cama de su casa, semidesnudo y con el rostro avergonzado a punto de tener sexo. No puede decir que es su novio, en realidad nunca ha tenido novio, sólo amantes, muchos, tantos que ya no puede contarlos, pero esté lindo chico moreno y ella ya tienen historia, bueno, dos citas y un intentó de sexo fallido, pero ya es la relación más larga que ha tenido, así que debe formalizarla con sexo, mucho sexo.

— Nunca he usado condones — Él chico carraspeo nervioso, como si hablar de temas sexuales fuera muy penoso para él — Yo...bueno, lo..lo tengo muy grande —

¡Madre mía!

Celine se mordió el labio y tomó asiento sobre el chico dejando sus senos desnudos muy cerca de su rostro, de seguro se ve esplendida y sensual, por eso es una dominadora en la cama 

— A ver quítate los calzoncillos, quiero ver lo que tienes ahí — Celine se aprovechó de la pena de ese hombre y bajó sus manos cómo toda una experta, pasando sus dedos por la presilla del bóxer mientras los baja lentamente para liberar esa parte masculina que tanto le gusta — ¡Vamos no tengas vergüenza! Somos humanos y muy calientes, no te debe dar vergüenza estar desnudo, es algo normal, además, me ha tocado ver cada cosa con los hombres... ¡Ay dios mío! —

— Te dije que era grande —

¡Es deliciosamente grande!

Es grande, ancho y vigoroso así como a ella le gustan, claro que disfrutaría más del sexo si el chico fuera más ¿Dominante? Pero para pasar la noche esta bien. Celine sonrió llena de pasión, tiene todo para pasar una excelente noche, tiene una casa sola, una cama bastante cómoda y aunque solo dormirá unas horas, mañana por la mañana llegará más temprano que la pelirroja de su hermana.

— No podemos tener sexo sin condón — Celine bajó los hombros mirando la caja de condones en su cajón del amor, miró él miembro e imagino el condón, así que terminó negando con la cabeza —No, definitivamente los condones que tengo no te quedarán —

Él chico la tomó de la cintura obligándola a acercarse mucho más.

— Tendré cuidado, lo prometo —

— No, ya no quiero, sin condón no hay juego y por atrás ni se te ocurra, ya una vez lo intenté y no pude caminar bien — Celine se bajó del chico y caminó por la habitación para buscar su celular — ¿Podríamos pedir que nos envíen condones más grandes? Creó que podrían traerlos a mi casa y la compra es anónima —

Escuchó la risa masculina de su amante, al parecer dijo algo muy gracioso para él.

— No me queda ningún condón —