Capítulo 16

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Aporreo con su mano sana, la puerta de la residencia que se encontraba en la zona más transitada de Londres y espero paciente a que lo atendieran.

Un hombre mayor, de pelo cano le atendió.

-buenas tarde, en que puedo servirle

-buenas tardes, soy el duque de Stranfol, vengo a visitar a Sra. Caroline, la prima de mi esposa

-claro, adelante por favor, espere un momento aquí, veré si ella se encuentra disponible para atenderlo-anuncio antes de hacer una perfecta salutación y alejarse por los pasillos de la residencia

Miro a su alrededor y se recordó como si hubiera sido el día anterior, la vez que había llevado a Annabell a aquel lugar, la primera vez que se vieron, cuando lo único que sabía de ella era su nombre, cuando todo lo que hacía era sonreírle.

-su excelencia-escucho entonces la voz de la mujer que era prima de Anna y a la cual había conocido durante su casamiento, la miro y saludo con una pequeña inclinación besando su mano enguantadas, como dictaban las reglas de la sociedad.

-Sra. Caroline, es un placer volver a verla, aunque no son las circunstancias en las que esperaba encontrarme con la familia de mi esposa-saludo serio, pero sin la menor intención de ser mal educado, aunque, en realidad no se encontrara con gana de ser cortes

-la verdad es que esperaba su visita desde hace una semana- comento ella, mientras lo hacía pasar a una pequeña sala – traigan para tomar el té- le pidió a su empleado amablemente –por favor tome asiento-lo invito

-si esperaba mi visita, es porque sabe exactamente porque me encuentro aquí y que no es precisamente por cortesía-afirmo David

-Annabell siempre fue una niña impulsiva, cuando se enteró que yo estaba de parto, ni siquiera me pregunto si podía venir, simplemente se dirigió hasta aquí, cuando llego la carta anunciándole que si no se casaba lo perdería todo decidió de sopetón aceptar su propuesta de matrimonio, no me extraña que al verse amenazada allá tomado aquella decisión.

-pues yo no contaba con que mi esposa saliera huyendo como ladronzuela en la noche luego de haber leído una nota del barón de Dubley

-ese despreciable hombre-siseo Caroline.

David levanto sus cejas al escuchar el ultimo comentario, vio como dejaban el té y acepto con un asentimiento de cabeza cuando la dama le ofreció una taza.

-veo que a usted tampoco le cae en gracia

-la verdad es que no, no soy nadie para andar revelando los secretos de mi prima, pero déjeme decirle que ese hombre la hizo sufrir mucho-comento con enfado

-y por lo que veo su prima guarda muchos secretos-el tono triste de David no paso desapercibido

-así es, pero hay secretos que son mejores guardados que saliendo a la luz, créame-declaro la dama-se a que ha venido, pero por mucho que mi familia y yo creemos enemistad con usted, déjeme decirle que le debo la lealtad a mi prima y no puedo contarle a donde se dirigió

- ¿entonces lo sabe, usted sabe dónde se encuentra ella?

-me temo que sí, pero como le he dicho antes, no puedo yo decirle nada, lo prometí y ella no me lo perdonaría-la mujer se sintió mal al ver la cara de desilusión del duque 

-¿tan malo es aquello que mi esposa esconde?

-ella estaba segura que después de haberse ido, usted se negaría a llamarla esposa y pensé que ya sabía todo lo que tenía que saber, pero veo que no se ha comunicado aun con el barón

-y no tengo planes de hacerlo-confeso el entonces, tomando por sorpresa a la dama-quiero saber lo que tenga que saber de boca de Annabell

-me temo que ella se escapó porque no tenía la valentía de contárselo-contesto la dama- pero si llegase a hablar con ella, por favor escúchela antes de juzgarla, esa niña ya a sufrido mucho con lo que le a tocado vivir en la vida como para seguir sufriendo de esa manera

-bueno, veo que ya somos dos, este segura que mi intención no es menos que escucharla e intentar comprenderle, aseguro-entonces viendo que no voy a recibir respuesta del paradero de mi esposa, creo que no tengo nada mas que hacer aquí- dijo poniéndose de pie y saludando con una reverencia a la dama

-sabe, creo que Anna lo subestimo, espero que el destino los vuelva a cruzar, después de todo usted es más bondadoso y noble de lo que parece y creo que podría entender la situación y no juzgarla

-antes tengo que ocuparme de algunos asuntos, y de encontrarla, solo tenga presente lo que me acaba de decir, por fortuna o por desgracia amo a su prima y no creo que haya algo que cambie ese sentimiento, con su permiso- dijo antes de retirarse

-Anna querida, ¿qué has hecho? -dijo la mujer a su espalda antes de dirigirse a la habitación donde se encontraba su bebe siendo cuidado por su nana

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Salió de mal humor de aquel lugar, pero sabiendo que había plantado una semilla de duda en la cabeza de la dama que se encontrara dentro de la casa y esperando que el deseo de que Annabell fuera feliz le ganara a su lealtad y pronto pudiera saber el paradero de su joven esposa.

Se encamino entonces al recinto donde se encontraría con el hombre al que Marcus había contactado para hablar sobre la investigación que este estaba llevando a cabo.

Paseo por las calles de Londres y a medida que se acercaba al lugar que tenía que asistir los pasillos se volvían más angostos, oscuros, y porque no, mas tenebrosos

Doblo a la derecha dos veces luego una a la izquierda y llego al establecimiento que le había nombrado Marcus mientras le hablaba del tema.

Cuando se adentró allí, tuvo el placer de encontrarse, no solo con el detective, sino también con Marcus, su amigo Edric, dos de los hermanos Beile y a Arthur, Duque de Devon

-me temo que no he podido librarme de la compania-comento Marcus un poco avergonzado por meter a personas ajenas al problema que tenia su cuñado

-mientras mas sean lo testigos mejor-contesto David disculpándolo- señores- saludo entonces a todos los caballeros que se encontraban allí esa noche.

Si No Es Demasiado Tarde Para Pedir Perdón #2.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora