Emma Ross, una chica que nació con una enfermedad hermosa, pero el mundo no lo ve así, en sus anteriores escuelas sufría de tales abusos que les tocaba mudarse, ahora están en Forks, un pueblo donde lo sobre natural esta latente, pero claro, las per...
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Un café con una figura de cerdito esta en mi mesa, junto un panecillo y Jasper en frente de mi sin ningún tipo de comida, según el es por que tiene una dieta muy estricta, aunque no se si creerle, ni siquiera en el instituto lo veo consumiendo algún bocado de comida, además, odio que las personas me vean comer, y justo ahora me siento tan incómoda, desde que llegamos no hemos pronunciado palabra alguna, solo yo dije algunas cuando la camarera quiso pedir mi orden, él solo se limita a observarme fijamente, como si quisiera saber algo de mi, o como si algo de él no surgiera efecto en mí, ya harta de esta incomodidad, decido ser la primera en decir alguna palabra, para al menos aligerar o empeorar el ambiente...
-y bueno Jasper, ¿Qué me cuentas de tu vida? ¿Algún dato interesante por saber?, ¿ alguna anécdota divertida?- digo mientras en cada frase voy bajando la voz por su mirada, creo que debí quedarme callada.
-sólo tengo una pregunta, ¿tus ojos siempre fueron así, es de nacimiento o de algún accidente o algo?- dice mirándome fijamente.
-pues es una enfermedad con la que nací, heterocromía, es muy hermosa, aunque algunas personas les parezca raro, te hace ser único, ya no sólo están los típicos ojos azules, cafés, verdes o incluso dorados, en las historias ya no tienen que escribir ese cliché por que llego este nuevo color, una combinación de café anaranjado y verde, o de un verde y azul, o de negro y gris, aunque ese no es muy común, solo vi una persona con ese color y lo mostraba al mundo como toda una diva- creo que que me desvíe un poco del tema.
- ¿y mis ojos también son un cliché?- pregunta con una pequeña sonrisa, creo que pudimos romper el hielo, ¡yei!
-te digo la verdad, hasta ahora sólo veo una persona con ojos dorados, tu, te e puesto atención, a veces se tornan de un color oscuro, como un café fuerte, o se vuelven un color miel y al final, los ojos dorado brillante, al principio creí que era por que te drogabas, o usabas lentillas, aunque aportaba más a la primera- digo mientras meneo un poco mis hombros y hago algunas muecas.
