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Los días pasaban tranquilos y felices para esta extraña pero adorable pareja. Kirishima estaba tan feliz porque tenía a alguien quien lo entendía y escuchaba cuando algo andaba mal.

Antes sólo hablaba de esas cosas que le atormentaban a Todoroki, pero había muchas otras veces en el que no hablaba con el bicolor y sólo se guardaba sus problemas para el.

Pero ahora que tenía a Bakugo era todo distinto, no podía dejar de sonreír al estar junto a él, no podía evitar sentir emoción al verlo esperarlo fuera de su casa para ir juntos a la Universidad, no podía evitar que su corazón se acelere al tenerlo cerca, o desearlo con todo su ser cuando lo hacían.

Nunca sintió algo como esto, pero en verdad le gustaba, no podía evitarlo, todo de Katsuki le gustaba.

__¡Kiri!__el pelirrojo pegó un saltito en su asiento, saliendo de su ensoñación al escuchar la molesta voz de su amigo.__

__Kaminari eres como un despertador...tan molesto...__dijo en voz baja, viendo como el rubio se hacía el ofendido.__

__¡Entonces para la próxima te dejo aquí sólo mientras yo me voy a casa!

__Entonces la próxima vez que me pidas ayuda para conseguir a un chico no te ayudare.__hablo tranquilo mientras guardaba sus cosas.__

__No lo necesito, ya tengo a mi pastelito.__dijo esta vez el rubio poniendo ojos de enamorado al recordar a su novio Iida.__

Kirishima sólo rodo los ojos sonriendo antes de tomar la mano del rubio eléctrico para luego salír de sus clases a buscar al novio de este.

Midoriya y Bakugo no habían venido el día de hoy a clases, el primero porque tenía que salír con su madre a algún lado, y el rubio no había venido porque dijo que tenía que cuidar de la herma menor de Uraraka.

Para ser exactos estas fueron sus palabras la noche de ayer cuando llamo "Tengo que cuidar a la tonta hermana menor de la otra perra regordeta que vive en mi casa, pero si tu me lo pides las mando a la mierda y vamos juntos a la Universidad." Obviamente el negó la propuesta de su novio.

Era gracioso imaginarse a un chico como Katsuki cuidar a alguien, por eso esta noche le llevaría algo de comer y lo acompañaría un rato, además de que sería bueno conocer a la hermana de Uraraka.

Sonrió al imaginarse al rubio sonriendole al verlo en su casa.

Se detuvo, sus pies ya no podían seguir corriendo más, ambas manos fueron a parar a sus rodillas mientras trataba de regular su muy agitada respiración

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Se detuvo, sus pies ya no podían seguir corriendo más, ambas manos fueron a parar a sus rodillas mientras trataba de regular su muy agitada respiración.

Y en ese momento un sollozo salió de sus labios, y lágrimas se mezclaron con el agua que caía del oscuro cielo.

Le dolía los pies, le dolia el cuerpo entero, hasta respirar se le hacía doloroso. Sentía que todo estaba mal, sentía que el mundo color rosa que había hecho con Katsuki estos meses, se volvía negro.

The Redhead From The Sex Shop ||𝙱𝚊𝚔𝚞𝚜𝚑𝚒𝚖𝚊||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora