~Naruto
Me despierto, no sé ni qué hora es, pero sé que algo huele delicioso. Abro mis ojos, miro alrededor en busca de pistas y pronto las encontré. Mi chico estaba aún durmiendo a mi lado, afuera el sol estaba en lo alto del cielo; busco mi teléfono y eran las 1. Fue entonces cuando recordé: anoche habíamos salido con los chicos y llegamos por la mañana a dormir. Estaba completamente perdido con las horas y qué día era.
Decido cambiarme de ropa causando el menor ruido posible, me lavo la cara y los dientes y voy a la cocina.
- Hasta que te despiertas – me dice Dei-. Tienes algunas cosas que contarme.
- No es nada lo que piensas – le digo mientras me siento-. Anoche salimos con sus amigos, los míos y sus novias, éramos 12, hermano.
- ¿Cuál fue el motivo de semejante número? –me dice sin creerme-.
- Como nuestros amigos saben que estamos juntos, pensaron que sería buena idea una juntada así para conocernos entre todos, y usaron de excusa que ya habíamos pasado la semana de examen. Así que fuimos al karaoke, después al centro de juegos y cuando salió el sol fuimos a desayunar juntos.
Dei no me contesta mientras le cuento
- Cuando terminamos de desayunar le dije a Sasuke si no quería venir a casa a dormir, y aceptó. Llegamos, le mandó mensaje a Itachi y nos dormimos casi de inmediato.
- Podrías haber mandado un mensaje también –me dice algo cortante-.
- No pensé que hiciera falta, después de todo era de noche y tú los sábados despiertas tarde.
- Sí, pero cuando no te levantaste por la mañana para desayunar, fui a tu cuarto y me encuentro con que no eras el único durmiendo allí.
- No pensé que te molestarías.
- No me molesta, solo quisiera que me avisaras. Cuando los vi, le mandé mensaje a Itachi para saber si él sabía dónde estaba Sasuke, me dijo que sí, que Sasuke le había avisado. Naruto, solo debías decirme, y yo al despertar ya iba a saber. Pensé que había pasado algo como para que esté durmiendo aquí y sin avisar.
- Está bien, lo siento Dei. Nunca fue nuestra intención ocultarlo y nunca quise asustarte.
- Bueno para la próxima ya sabes que no importa qué hora sea, me avisas, yo luego lo veré. Por lo pronto, despierta a tu chico, el almuerzo ya está listo, vengan a comer –me dice mientras se acerca a mí para despeinarme-.
Luego de ese pequeño regaño de mi hermano, fui a mi cuarto y desperté a mi chico, le di un beso en la frente de buenos días, que más que nada, eran de buenas tardes. Se despertó, me abrazó y me preguntó si algo pasaba. Le dije que todo estaba bien pero que ya pasaba una hora y media del mediodía, que Dei tenía el almuerzo listo, así que se cambie de ropa y se arregle para ir a comer.
Mientras se cambia y se va a lavar, yo lo espero sentado en mi cama; cuando vuelve nos tomamos unos minutos para abrazarnos y besarnos, hasta que, de repente, sentimos que alguien llega a casa. Sasuke me mira, esperando que le diga quién podía ser, y yo lo miro, diciendo “no tengo idea”.
Decidimos ir a la cocina y lo vemos: Itachi y Deidara estaban besándose en medio de la sala. Nosotros solo nos miramos y nos reímos, nos dimos la vuelta y mirábamos por la ventana.
- Hermanito, tiempo sin verte – le dice Itachi-.
- ¿Ya terminaron sus cosas? Así podemos dejar de mirar la ventana – le contesta Sasuke riéndose-.
- No te hagas el inocente – le contesta su hermano- como si ustedes no tuvieran los mismos detalles-.
- Nunca delante de ustedes, al menos no aún – le dice mientras le hace la contra y nos giramos a verlos-.
- Bueno, qué les parece esta sorpresa – nos dice Dei-. Pensé que sería buena idea un almuerzo entre parejas, hermanos, cuñados, compañeros de vida.
- Es el almuerzo más complicado en el que he estado – le digo mientras me río y me acerco un poco más a Sasuke-.
- Claramente son muchas cosas para cuatro personas, pero es la verdad – agrega Itachi-.
Mientras seguíamos hablando, ayudamos a mi hermano a llevar las cosas a la mesa y tuvimos un almuerzo muy divertido. Nos contamos todo, no tenemos secretos, excepto algunas cosas que pasan entre ellos en privado, que ni Sasuke ni yo queremos saber; ellos hacen con su intimidad lo que quieran y se nota que les va bien, ya que tienen algunos comentarios picantes que, queramos o no, Sasuke y yo entendemos a medias.
Terminamos la comida y seguíamos charlando en la mesa, nos sentíamos a gusto, libres y felices de poder expresar el amor que teníamos por nuestros novios tan fácilmente. No sé si era porque justo éramos hermanos, o por las edades que teníamos, quizás por la confianza que hay entre hermanos, o la confianza entre las parejas, pero se siente genial.
Luego de una hora decidimos levantarnos, Dei e Itachi decidieron ver películas juntos en la sala, mientras Sasuke y yo limpiamos lo que se había usado para luego ir a mi cuarto.
Siempre nos decimos lo afortunados que somos, nunca pensamos que todo esto pasaría, pero ahora no lo cambiaríamos por nada. Nuestra relación, la de nuestros hermanos, las de mis amigos, inesperadamente en poco más de un año pasaron tantas cosas que involucran a tanta gente, y todos supimos resolverlo de la mejor manera posible para ser felices; claramente estamos recorriendo el camino correcto.
Cerca de las 7 de la tarde, sentimos los pasos de mi hermano y mi cuñado, dirigiéndose al cuarto de Dei. Con Sasuke solo nos miramos y nos reímos, nosotros mientras tanto seguíamos acostados, hablando y dándonos suaves caricias. No pasó ni media hora que comenzamos a sentir ruidos del cuarto de mi hermano, pero no eran los ruidos que esperábamos escuchar, eran ronquidos.
No pudimos soportarlo y nos reímos, nos levantamos y fuimos al cuarto de mi hermano, abrimos un poco la puerta y ahí estaban ellos, recostados uno encima del otro, de manera diagonal, desacomodados, un completo lío; no sé ni cómo se pudieron dormir así.
Les sacamos una foto con mi teléfono y nos volvimos a mi cuarto, nos acomodamos, nos abrazamos y sin darnos cuenta, seguimos los pasos de ellos, y nos dormimos a los minutos.
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Giro Inesperado
RomanceNaruto y Sasuke tienen la misma edad, ellos iniciaron en caminos muy alejados que terminaron juntándose definitivamente luego de unos giros que la vida les proponía mientras transcurrían sus años de instituto. Ellos ni siquiera sospechaban lo que l...