~Capitulo 22

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~Naruto

Me encuentro con Lee y corremos hasta muy tarde. Como estuvimos haciendo mucha actividad en el club de vacaciones, nuestra resistencia está por las nubes y no la queremos perder.

Aun así, ya era hora de volver, nos despedimos y cada uno encaminó hacia su casa, pero ahí volvió a ocurrir aquello que hace tiempo no experimentaba. La noche, la oscuridad, el frio, el dolor en el pecho, y la tristeza.

Tenía una gran mezcla de emociones. Pensaba en un constante ¿Ahora qué? Ahora que Sasuke es mi compañero, que está a mi lado, que conozco su nombre, que charlamos, que inesperadamente nuestros hermanos se conocen, ahora que lo tengo tan cerca ¿Por qué lo siento tan lejos? ¿Por qué siento este vacío?

¿Qué tengo que hacer? ¿En qué tengo que pensar? ¿Cómo debería actuar cuando estoy con él? ¿Debería decirle lo que siento? ¿Debería negarlo y mentir? ¿Debería conformarme con convertirme en su amigo? ¿Debería apuntar hacia algo más?

Todo era muy confuso.

Volví a casa, Itachi ya no estaba, entonces aproveché y hablé con mi hermano.

- ¿Tienes tiempo? – le pregunto mientras me siento-.

- Seguro, dime que te pasa –me dice mientras coloca un plato con comida delante de mí –. No pensabas que no te iba a guardar ¿o sí? – me dice mientras me despeina –.

- Gracias hermano – le digo – entonces ¿Itachi?

- Jaja, qué directo eres – me dice riéndose –.

- Lo siento – le digo mientras como –.

- ¿Y tú? – me dice mientras se sienta frente de mi-. ¿La razón de esa cara tan larga es Sasuke?

Está de más decir que me ahogué con la comida y necesité levantarme por agua.

- Eres un poco obvio – me dice –.

- O eres tú el que me conoce bien – le digo recomponiéndome – y sí, es por él, pero no es su culpa.

- ¿Me cuentas?

- Verás, me llamó la atención desde que se trasladó en mitad de año, dudé muchísimo al principio, pensé que tenía algo raro, pero poco a poco fui descubriendo la verdad. – le digo – Él me gustaba con solo verlo hermano, no sabía ni su nombre ni su voz.

- Jhmmm – suspira Deidara- ¿Y luego? No me ocultes detalles

- Cómo me conoces –digo armando una sonrisa débil – luego sin querer nos chocamos en el pasillo del Instituto, y un día nos encontramos en la cafetería. Pero cada uno estaba estudiando con su grupo, era para los exámenes finales. De cualquier manera, ahora está a mi lado y no sé qué hacer, a dónde apuntar, hasta donde decirle la verdad.

- Hermanito, hermanito –me dice despeinándome un poco más suave, como con una caricia – verás, el corazón elige, y en este caso tú no sabías nada de este chico, pero tus sentimientos no necesitaban saber nada de él para decidirse. Quizás ahora la confusión te cause dolor, pero es apenas el primer día, espera un poco más, conócelo, descúbrelo, y si llega a pasar, te enamorarás de nuevo de él. Te enamoró a primera vista, pero si cuando lo conoces te gusta aún más, te enamorarás de nuevo, por completo, y no habrá vuelta atrás. El amor, cuando es completo, es explosivo –me dice muy seguro de sus palabras-.

- Lo dices como si fuera fácil, pero no te puedo decir que no me alienta – sonrío y como un poco – entonces, ¿Itachi?

- Pensé que lo olvidarías – me dice-.

- No te creas, y no escapes. Cuéntamelo todo, así como yo a ti – sigo comiendo-.

- Te resumiré todo. Una noche, saliendo de la universidad, mis amigos querían ir a un bar, resulta que a uno de ellos la novia lo había dejado y él quería salir a desahogarse. – me dice agarrándose la frente -. Accedí y fuimos, y como te pasó a ti, lo vi, no me enamoré, pero si me llamó la atención y, por lo visto yo a él – me dice mientras actúa como una diva-.

- No te creas tanto hermano – le digo de manera apenas burlona-.

- Tú cállate y come –me dice – en fin, esa noche hablamos, me dijo que estaba celebrando la promoción de puesto de un amigo, yo le dije que estábamos acompañando a un amigo en su desahogo. Continuamos hablando, nos interesamos, nos gustamos e intercambiamos números.

- ¿Tan rápido? – le digo sumamente sorprendido –.

- ¡Por supuesto! ¿Qué esperabas? ¿Qué lo deje ir y no lo vuelva a ver? Ni loco – me dice muy serio –. Volviendo al tema, después de esa noche nos vimos un par de veces, mientras tú estabas con tus amigos, yo lo veía una vez o dos por semana, ambos estamos muy ocupados con nuestras carreras, además que él estudia y trabaja.

- Vaya hombre –le digo terminando mi comida-.

- ¿A que sí? – me dice orgullosamente – pero no pienso quedarme detrás, así que empecé a practicar muchos tipos de comida, para poder invitarlo de vez en cuando y poder recompensarlo por sus esfuerzos.

- Suenas como toda una ama de casa hermano – le digo casi en burla –.

- Cállate – me dice – así que por eso estaba aquí hoy.

- Vaya, es una extraña manera de conocer a alguien hermano, quién diría que nos fijaríamos en hombres de la misma familia –le digo rascándome nerviosamente la nuca -.

- Ciertamente – me dice – de cualquier manera, concéntrate en conocer más a Sasuke, con tiempo y confianza, además tienes de tu lado que lo puedes ver y hacerlas cosas con él. Descubre de a poco sus gustos, quizás te llevas una sorpresa como lo hice yo.

- Está bien, trataré de animarme y no perderé ante ti hermano – le digo levantándome -.

- No me desafíes, que por ahora voy mejor que tú –me dice señalándome con el dedo –.

- Ya veremos si no te gano, por ahora solo quiero ir a ducharme y dormir – le digo yendo a la ducha -.

- Está bien, buenas noches, Sasuke-kun – me dice burlándose desde la cocina-.

- Cállate, Itachi-san – le grito desde el baño-.

- Yo no tengo problema con eso – me responde riéndose -.

No le contesté, solo quería bañarme e irme a dormir. Esa noche estaba preciosa, pero tenía tanta confusión que decidí no mirar el cielo. Me giré dándole la espalda a la ventana, buscando evitar ese cielo que por tanto tiempo miré, pero la luz de la Luna aún se filtraba e iluminaba tenuemente mi habitación.

…Sasuke… lo nombré, llamándolo en medio de la soledad de mi habitación.

Qué pasaría si te dijera lo mucho que te pienso. Si te contara todo lo que provocaste sin siquiera saberlo. ¿Te molestará? ¿Me rechazarás? ¿Qué harías?

Sacudí mi cabeza y me tapé por completo, no quería pensar en nada. Me dormí a los minutos, producto de haber corrido tanto. “Menos mal” pensé, si no hubiese salido con Lee, esta noche seguro no dormía por pensar tanto.

Giro InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora