Capitulo 1: El Hazbin Hotel

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Una joven alma vagaba por las calles del infierno en busca del dichoso Happy Hotel, la propuesta de la princesa del infierno se le había hecho muy atractiva. De verdad deseaba redimirse, tal vez la idea fuera un poco tonta, por no decir imposible, pero de todas maneras estaba decidida a intentarlo.

Después de unas horas de búsqueda logro divisar un gran letrero con letras iluminadas que decía: "Hazbin Hotel", un poco confundida se acercó a lo que parecía ser el hotel que buscaba. La puerta era sumamente imponente, dudo en si tocar la puerta o no, pero termino por hacerlo y tan pronto lo hizo mil pensamientos inundaron su mente ¿y si esto no era una buena idea? ¿y si por más que se esfuerce no logra ir al cielo? ¿y si la redención es imposible? Sus pensamientos fueron interrumpidos rápidamente por el sonido de la puerta al abrirse, una chica rubia y de mejillas rosas estaba al otro lado de la puerta.

-¿Puedo ayudarte en algo?-pregunto de forma amable con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro.

-¿Este es el Happy hotel?- dijo la pequeña chica con voz nerviosa e intentando devolverle el gesto a la rubia de forma natural y aunque si llego a sonreír era más una nerviosa que otra cosa.

La rubia abrió mucho sus ya de por si grandes ojos, tanto que se veían como platos, su boca también estaba muy abierta y sus cejas estaban lo más alto que podían llegar, estaba claramente sorprendida –Si, si este es el Happy Hotel, ¿estas interesada en redimirte?- su sonrisa tan grade que casi no cavia en su rostro.

-s-si- Tartamudeo un poco al hablar, la reacción de la rubia la había asustado un poco, pero estaba contenta de ver que ella parecía era una persona, bueno, demonio agradable y esta vez sí pudo sonreír más relajada.

-Bueno, pasa- Dijo apartándose para dejarla entrar. Al pasar la chica miro el lugar con cierto asombro, el lugar era bastante elegante aunque parecía que no había estado habitado por un tiempo, pero eso lo hacía más interesante por lo menos a los ojos de la joven.

-Yo soy Charlie, ¿Cuál es tu nombre?- pregunto la rubia mirando a la chica aun con una sonrisa.

-Es un gusto, yo soy Mary- dijo volviendo su vista a Charlie y sonriéndole nuevamente.

-Bueno creo que lo correcto es que te presente con el resto- dijo emocionada –Bueno, sígueme-dijo haciendo un leve gesto con la mano para que la siguiera y empezó a caminar, era de paso rápido y ligero, era difícil seguirle el paso, pero no imposible. Mary la siguió unos pasos atrás a la alta y esbelta rubia. Mientras seguía a Charlie, Mary desvió la mirada a uno de los cuadros donde estaba una chica que parecía ser Charlie y los dos monarcas del infierno Lucifer y Liliht, los monarcas lucían muy imponentes al punto que ponían un poco nerviosa a la pequeña Mary. Un par de minutos después se encontraban en lo que parecía ser una sala de estar, en ella estaba una chica de cabello blanco y piel grisácea tumbada en un sofá, un demonio de aspecto arácnido en una silla viendo su teléfono, ninguno de los dos se percató de presencia de las chicas, hasta que Charlie se aclaró la garganta lo suficientemente alto para que ambos la escucharan. Los dos demonios voltearon hacia la dirección donde se encontraban Charlie y Mary.

-Chicos, ella es Mary, una nueva inquilina que vino a redimirse- dijo feliz y definitivamente emocionada, ¿Cómo puede caber tanta felicidad y emoción en un cuerpo tan delgado? ese pensamiento hizo que se dibujara una pequeña sonrisa en el rostro de Mary. Charlie que estaba mirando a la chica de pelo blanco con una sonrisa de oreja a oreja y con sus manos en los hombros de la más pequeña esperando impaciente una respuesta o reacción de parte de los dos demonios que estaban en la sala y eso se demostraba por la pequeña presión que estaba haciendo sus manos en los hombros de Mary.

La chica de pelo blanco al ver a la chica de cabello corto y rizado se sorprendió mucho aunque no tanto como había estado Charlie hace unos minutos, pero igual estaba bastante sorprendida de que alguien en todo el infierno quería redimirse de verdad, mientras tanto el otro demonio se limitó a decir "hola" junto a un gesto con la mano y una sonrisa que dejo ver su afilada dentadura.

-¿no es fantástico, Vaggie?- dijo la rubia soltando por fin los hombros de la chica y acercándose a la chica que al parecer se llama Vaggie, la cual ya se había levantado de su asiento, mirando a la rubia con una pequeña sonrisa de lo que parecía ser orgullo.

-si, es fantástico- dijo Vaggie con una voz suave y calida mientras veía a Charlie a los ojos con ternura y orgullo para después abrazarla. Ellas se veían felices, para Mary era un poco raro y no porque fueran mujeres sino que los demonios no se dan esas muestras de afecto tan "puras". Ellas eran diferentes a la mayoría de demonios con los que había tratado y eso era muy bueno.

-Oye Mary ¿qué te trajo a este lugar?- pregunto una voz particular, lo que hizo a Mary desviar la mirada de las chicas y vio que se trataba de aquel demonio de apariencia vistosa, el cual se había levantado para acercarse a ella y pudo notar que era muy alto, por no decir enorme, Charlie le llevaba media cabeza, pero él, él le llevaba por lo menos tres, era muy intimidante, pero su voz le transmitía cierta confianza

-Pues solo quiero redimirme e irme del infierno- se explicó alzando un poco la cabeza para verle la cara, sus facciones era muy atractivas- nunca me ha gustado este lugar- dijo para después volver a mirar a las chicas que ahora hablaban entre si sonriendo y no pudo evitar hacer lo mismo, era lindo verlas.

-No te culpo, este lugar no es para todos- dijo atrayendo nuevamente la atención de la chica- oye ¿quieres una paleta?- dijo apuntando con el pulgar un mini refrigerador que se encontraba atrás de él.

-Oh, claro- dijo la chica sonriendo, a lo cual el demonio fue y sacó dos del mini refrigerador, le dio una a la chica y se quedó otra para sí.

Mientras le quitaba el envoltorio a su paleta el demonio, que ahora estaba sentado en el sofá, le pidió que se sentara con él, le parecían agradables todos, algo no muy común en un lugar donde abundan asesinos, violadores, estafadores, psicópatas y pare de contar. Era como no estar en el infierno, podía relajarse y no pensar que iba a ser acosada, asesinada o violada por alguien de los alrededores –Mary, tienes una muy linda figura- escucho decir al que se encontraba sentado a su lado.

Sorprendida por el comentario la chica no pudo evitar reír de forma nerviosa –gracias- fue lo único que salió de sus labios, notó que la miraba de arriba abajo, era extraño, pero al mirarlo con un poco más de atención se percató que se trataba de una broma y así una risa más natural pudo hacerse paso para salir de sus labios, él solo quería molestarle un poco.

-Oye, Charlie- dijo alzando un poco la voz, desviando la vista de la recién llegada y posándola en la rubia de mejillas perpetuamente sonrojadas.

-¿Qué sucede, Angel?- Pregunto la rubia deteniendo la conversación que tenía con Vaggie.

-¿Sabes dónde carajos se metieron Alastor y Husk?- preguntó el demonio que ahora tenía nombre y ese era Angel (raro nombre para un demonio), mirando a Charlie esperando su respuesta con uno de sus múltiples codos en el reposa brazos del mueble mientras posaba su cabeza en su mano,-aparte de en mí, claro- soltó Angel con una sonrisa pícara, claramente era un chiste aunque nadie se rió, a todas les resulto un poco incomoda la situación que se había creado.

-Eso quisieras-mascullo Vaggie, lo suficientemente alto como para que todos lo escucháramos, dejando a la vista un sonrisa socarrona.

-OYE!- alzo la voz Angel mirando a Vaggie molesto, con el ceño fruncido y haciendo un pequeño mohín, definitivamente no le gusto ese comentario de la chica. Aquella reacción del demonio fue el remate perfecto.

A todos en la sala, exceptuando a Angel, se les escapo una risa un poco burlona. La de Charlie era rápida y ligera, como su andar, la de Mary al principio era más una risa ahogada, pero después termino por reír con naturalidad, era una risa enérgica y llena de vida, la de Vaggie era la más sonora de todas y la que más sonaba a burla ciertamente. Angel se quedó de brazos cruzados con el ceño fruncido ante las risas de las chicas, a él le gustaba que se rieran de sus chistes no de él, se sentía como un niño pequeño que se había equivocado en algo frente a un grupo de adultos, era frustrante. Esa situación fue interrumpida por el chirrido de la puerta, alguien había llegado, todos miraron en dirección a la gran puerta, dos figuras altas habían entrado en el Happy Hotel o mejor dicho al Hazbin Hotel.                             



Nota del autor: bueno este es el primer capitulo de este fanfic, me esforcé mucho para que quedara bien, bueno, espero que les guste.

Bye Bye <3

Fragile DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora