Capítulo 5: Una fiesta a la antigua (parte 2)

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La pareja dejo de bailar, la música paro por un momento, pero se reanudo rápidamente y Alastor siguió cantando, la fiesta seguía. Charlie y Vaggie bailaban juntas, Angel estaba sentado en el sofá, incomodo, tal vez porque ahora llevaba unos largos pantalones, y Alastor cantaba a todo pulmón. Mary decidió alejarse de todo eso y fue junto con el barman, que se encontraba viendo la escena desde lejos en su bar, donde aquel demonio pasaba gran parte de su tiempo. Al acercarse, Mary notó que el barman, que tenía la barbilla apoyada en su mano derecha, no estaba viendo la escena que tenía enfrente, o por lo menos no prestándole atención. Su mirada estaba perdida y su mente estaba de llena pensamientos, parecía estar aturdido por algo.

Un escalofrió recorrió toda la espalda de Husk, el presentimiento de que alguien lo estaba mirando lo saco, de un golpe, de sus pensamientos. Buscó con la mirada a alguien que lo estuviera mirando, sus sospechas fueron comprobadas al ver que Mary estaba sentada en uno de los bancos enfrente de la barra, a un lado de donde estaba mirando, por alguna razón no la había notado hasta ese momento, quien sabe cuánto tiempo estuvo allí, eso lo puso nervioso, haciendo que otro escalofrió le recorriera la espalda y su pelaje se erizara. Mary puso todo su esfuerzo para que no se notara que se estaba aguantando la risa, pero se notaba a leguas que estaba a punto de reventar a carcajadas. Husk volvió a fruncir el ceño.

-¿Qué me miras tanto? –alzo una ceja y miro a la chica esperando una respuesta.

-Es que, tu pelaje esta esponjado –dijo mientras lo apuntaba con su dedo índice y soltaba una risita. El contrario alzo ambas cejas, pero rápidamente volvió a fruncir el ceño e intento aplacar su pelaje, que se había esponjado por los escalofríos que habían recorrido su espalda, soltando a su vez un leve gruñido.

-Y ¿Qué quieres? –dijo tosco y algo irritado, los ojos ámbar del cantinero se posaron de nuevo en la pequeña.

-No lo sé... -desvió la mirada, su mirada por alguna la ponía nerviosa. Le daba vergüenza admitir que solo quería hablar con él.

-Si lo que quieres es alcohol, olvídalo, no pien –fue interrumpido por la voz de Mary.

-Oh no, no, no es eso –dijo sonriendo avergonzada –quería... quería –balbuceo. Husk rodo los ojos en respuesta.

-¿Hablar? –completó, haciendo que la pequeña lo volviera a mirar.

-S-si –tartamudeo, aunque no estaba nerviosa. Su sonrisa dejo ver un poco de sus pequeños colmillos blancos, sus mejillas se tiñeron de rosa. Era un poco embarazosa la situación, en especial para ella. El mayor soltó un suspiro y asintió.

-Y ¿me quieres preguntar algo? o ¿Qué? –dijo con tosquedad para que se apresurara a hablar.

-Bueno, ¿de qué época eres? –pregunto lo primero que le vino a la mente, su cuerpo se inclinó en dirección a Husk, sonriendo suavemente, con ojos expectantes.

-Tuve una vida muy larga, -dijo, mientras tomaba una botella y bebió directamente de ella– si lo que quieres saber es en que década fue mi juventud, entonces viví en las década de los 20's y los 30's, pero si te refieres a la última década en la que viví, fueron los 70's. –Concluyo, para después dar otro largo trago a su bebida. Hablaba y se comportaba como un viejo en ese momento, aunque con lo que había dicho, en verdad lo era, ahora tenia sentido su actitud de viejo cascarrabias. Su sonrisa se hizo más grande.

-Wuo –exclamo sorprendida por lo mucho que había vivido, ella hubiera deseado vivir tanto como él lo había hecho. -¿Podrías contarme como fue tu vida? –Preguntó sin pensar y de inmediato se arrepintió –p-per –su voz, junto con su disculpa, fueron opacadas por aquella voz grave y ronca del mayor.

-Fue buena, hasta cierto punto. Pasé gran parte de mi niñez y adolescencia en un casino, ahí aprendí a apostar –su mirada estaba perdida en el la botella que tenía en su mano derecha, poco a poco se fue dibujando lentamente una sonrisa de aspecto cansado en el rostro de Husk. No era común verlo sonreír, y mucho menos cuando no tenía un motivo aparente, como haber ganado una apuesta o jugando a las cartas. –Pero también tuve experiencias que todo mocoso ha vivido o va a vivir. Ya en mi adultez empecé a viajar, quería conocer el mundo, nuevas culturas, idiomas y esas cosas, gran parte de mi vida la dedique a eso. Pero siempre llega un punto en el que tienes que sentar cabeza, o eso dicen, termine por quedarme en Estados Unidos y vivir de forma más pacífica o eso era lo que quería, hasta que empezó la maldita guerra –su voz se quebró al mencionar la guerra. Husk no sabía por qué le había contado su vida a aquella mocosa, solo empezó a hablar y no pudo parar, una parte de él quería guardarse sus traumas para sí, pero otra parte de él quería abrirse con Mary.

Una mano se posó suavemente en la del barman, una mano suave y cálida envolvió aquella mano fría que reposaba en la barra, no había palabras, solo ese simple gesto que tenía tanto significado. El mayor no soportaba que le mostraran compasión, lo hacía sentir como una mierda miserable y débil, pero esto no era compasión, esto era un "estoy aquí". Aquel gesto tan simple hizo que lo azotara una enorme ola de tranquilidad, pero hizo que despertara otra cosa en su interior. 


Nota del autor: Oh por el dios de la pizza con piña, no se como, pero llegue a las 90 vistas. Estoy realmente feliz, gracias a todos ustedes que leen mi fanfic pedorro, los jamo a todos ;u; <3

Bye Bye <3

Fragile DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora