Capítulo 11 Alegría Infinita

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Dedicación : Lizbeth♥️ y TheAutumnCat 💕

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—te amo— esa palabra aunque sea tan corta, expresa demasiadas cosas que ocultamos o no logramos expresar. Pero, ¿Porque sólo esa palabra puede describirlo todo?.
Antonio tal vez estaba un poco molesto conmigo pero no era del tipo que me golpeará en cualquier momento.

—Elías — llamé.

Este no contestó, me enderece de donde estaba y salí a buscarlo por detrás de la casa, ahí estaba mirando a la nada.

— ¿sigues haciendo eso? —pregunte.

Solo un brinco soltó. Mis manos estaba al aire así que aproveche para atraerlo más a mi, rodé mis brazos a su cintura pequeña y lo apreté con todas mis fuerzas soltando un te amo en el aire.

—¿tu cuerpo está bien? —pregunto tomándolo de las manos.

Su roce era frío, y di un pequeño beso en la frente.

Asistió — tu.... ¿Estas bien? —su voz me era muy placentera escuchar, aun si estaba nervioso, me era muy tierno.

—estoy bien, te amo Elías —después de que nuestras miradas conectarán lo besé tiernamente que incluso el mínimo toque me hacía saltar de felicidad.

— no... No hay nadie... ¿Verdad?.... Sabes que no pueden vernos, aun....

Asistí — no hay nadie, solo tu y yo en esta enorme casa —sonreí.

Las cosas podrían complicarse si nos vieran mis padres, ellos habían salido en la mañana para ir a ver a mi hermana, así que en el tiempo que ellos estaban fueras, Elías y yo aprovechabamos para estar juntos.

—¿salimos?

—¿a dónde? —pregunto.

—al kiosco — sugerí.

Ese era uno de nuestros lugares preferidos para pasar el rato. Este asistió y nos encaminamos a aquel jardín.

🚶

— llegamos — dije.

No dijo nada y nos sentamos en una de las bancas vacías que estaban ahí, primeras horas de la mañana, sentando nos en un lugar donde la gente ya está más que despierta, niños corriendo jugando a esconderse, uno se cae, se levanta y sigue jugando.

Estar con él era tan pacífico, había recostado su cabeza a un lado de mi hombro y entonces hable.

—ayer, te veías muy bien, tanto que no quería que salieras.... —confesé.

El traje que llevaba puesto Elías era perfecto para él, no fue tan elegante, era negro y llevaba una camisa por debajo blanca.

—.... gracias....

—ha—suspiré — ¿comemos algo? —pregunte.

—... Si...

—volvamos a casa, seguramente ya regresaron... — el vibrar de mi celular se hacía presente.

Era una llamada de mi madre, conteste y después de un rato me aparte.

—¿quien era?

—mi madre, dijo que compramos comida, al parecer los padres de mi cuñado los invitaron a comer, así que ellos se quedaran allá.... Que fastidio...

No me gustaba estar solo, pero ahora es diferente, estoy con Elías. Volvimos y en el transcurso del camino tome desprevenidamente la meno de Elías. Al principio fue un Rose después quise ir acercando más y más hasta quedarse entrelazadas.



Ojos y Mundos CerradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora