DEPRESSION→ [Kang Daniel y tú] «Terminada»

Capítulo 5: "Te sacaré de ahí"

—Hola, ¿Cómo estás guapo?— Agh escucharla hablar, es algo realmente asqueroso e irritante
—Ni se le ocurra acercarse con sus sucias intenciones, tenga un poco de dignidad por una vez en su vida— Le dije mirándola con una expresión de asco
—Tú cállate que no te pedí tú opinión, estoy hablando con el muchacho atractivo, no contigo mocosa insolente— Levanta la mano para golpearme, yo cierro mis ojos esperando el impacto, pero nunca llegó, al abrir mis ojos, ví a Daniel sosteniendo su mano, las venas de sus brazos se notaban, la cara de mi madre estaba roja y con una mueca de dolor, de seguro le estaba apretando fuerte la muñeca
—¿Qué te pasa? Ya suéltame que me lastimas— Pidió ella, pero Daniel no aflojaba su agarre, en su rostro se veía furia, estaba enojado y mucho
—¿Le duele? No me interesa, debería de sufrir más por todo el daño que le ha causado a su hija, debería darle vergüenza, una mujer como usted no se merece ser madre, no se merece nada, así que le diré un par de cositas y espero que le queden claras, porque no las volveré a repetir— Por dios, enserio está enojado, ví que aflojó un poco su agarre, pero no la soltó— No vuelva a poner un dedo encima de Amelie, aléjese de nosotros, si me entero de que usted intenta lastimar de nuevo a su hija, se las verá conmigo y créame, no seré nada amable y no tendré piedad de usted, ahora vámonos Amelie— Soltó a mi madre, quién estaba en el suelo llorando del dolor, la miré por un segundo al igual que ella a mí, rápidamente desvíe mi mirada y me dispuse a seguir a Daniel, quién había avanzado un par de pasos, nos dirigimos a la puerta y salimos de esa casa sin mirar atrás.

—

Estar en su casa es algo raro, es muy bonita y cómoda, pero no estoy acostumbrada a ésto, supongo que con el tiempo lo haré, pero por el momento me siento ajena, la habitación que me dió, se asemeja mucho a mi estilo, es de colores oscuros, la cama es grande, en sí, la habitación es grande.
No entiendo en que momento mi vida dió éste giro, jamás hubiera pensado que viviría con alguien que conocí hace un par de semanas, que me alejaría de la persona que más daño me ha hecho, que más ha oscurecido mi vida, es algo nuevo, pero siento que en parte es una buena decisión, no sé que otras cosas me traerá la vida, tal vez aquí comience mi cambio, tal vez logre encontrar un poco de felicidad, pero quizá eso nunca suceda, de todos modos, estoy tan sumergida en éste mar de sufrimiento y oscuridad que se me hará difícil poder ver las cosas, cuando solamente veo todo de color negro, con tristeza y no le  encuentro sentido a nada.

—¿Estás bien Amelie?— Me preguntó al verme callada y notar que estaba tan sumida en mis pensamientos
—Si, lo estoy, por cierto, gracias por lo de hace un rato, nunca antes me había atrevido a enfrentarme a ella— Dije sincerandome por completo, era la verdad, antes no tuve las agallas para detenerla y enfrentarla
—Me dí cuenta, pero todo debe tener un fin, trataré de ayudarte a ser más fuerte, no te prometo nada, porque de todos modos, quién tendrá la decisión final sobre las cosas serás tú— ¿Que hice para merecer a alguien así? Ojalá hubiera llegado antes a mi vida, pero las cosas pasan por algo.
—Gracias, daré lo mejor de mí, pero como tú dijiste, no prometo nada— Le dije, la verdad es que no soy tan fuerte como aparento.
—Bueno, entonces será mejor que termines de desempacar y luego baja a cenar— Simplemente asentí, terminé de guardar mi ropa en el armario, tomé una ducha, me vestí con algo cómodo y luego bajé, había un lindo aroma.
—Mmm, huele bien— Dije entrando a la cocina, cosa que le sorprendió a Daniel, pues dió un pequeño salto, solté una pequeña risita en respuesta a eso
—No te rías, casi me matas del susto, no puedes aparecer así como sí nada— Dijo con sus ojos entrecerrados, es un exagerado
—Exageras todo, pero bueno, ahora a comer que me muero del hambre— Dije sobando mi estómago, lo que provocó que Daniel riera, me alegra verlo así.