Capítulo 18: "Me despido de tí con una sonrisa"

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26 de diciembre

Me desperté por los rayos de sol que atravesaban mi ventana, anoche estuve escribiendo la carta de Daniel y envolviendo su obsequio, ni siquiera me dí cuenta cuándo caí dormida.
Sin más me levanté, escondí todo y bajé a la sala a preparar el desayuno, éste sería el último que tomaría y prepararía.
Cuándo terminé de desayunar, le escribí una nota a Daniel dónde le escribí que saldría a caminar un rato, tomé mi abrigo y salí sin más.
Después de un buen rato caminando, llegué al Río Han, se veía tan pacífico.
He venido aquí muchas veces y es porque éste lugar tiene un gran significado para mí, aquí fue dónde mi padre me trajo por primera vez, en mi cumpleaños número 5, mi padre y yo estuvimos aquí, hablando. Aquí fue dónde él me contó su sueño, también fue dónde me dijo unas palabras que nunca voy a olvidar...
"Amelie, tú eres una niña muy valiente e importante, no importa lo que pase más adelante, se que tú lograrás todo lo que te propongas".

Papá era alguien increíble, él no merecía lo que le sucedió, él era quién siempre levantaba mi ánimo y me cuidaba, no me importaba nada si estaba con él, pasar tiempo junto a papá era lo que más feliz me hacía, pero desde que él se fue, lo único que hice fue sufrir.

Había llegado el medio día, así que volví a la casa de Daniel, cuándo llegué me recibió con pasta, mi comida favorita, en ese momento quería llorar, no porque estaba triste, sino que antes de morir iba a comer por última vez mi comida favorita. Retuve todas mis ganas de llorar y fuí a la cocina, allí estaba él, con un delantal de color rosa, que fue el que Sook lo obligó a comprar, se veía chistoso usando eso, porque generalmente él usa ropa con colores oscuros. Mientras lo estaba mirando, se dió media vuelta brindándome una sonrisa, una que imite rápidamente, sus pasos se dirigieron a la mesa, sirvió la comida y nos sentamos a comer.
Mientras comíamos no hablábamos, estábamos en silencio, pero era cómodo.
Terminamos de comer y yo lavé los platos.

Eran las 19:35pm, ya tenía todo listo para dejarle la carta y el obsequio a Daniel, para así irme al Río Han por última vez.
Le dije a Daniel que hacían falta cosas y que si podía ir a comprarlas, así no tendríamos que ir mañana, sonará cobarde, pero no puedo verlo a la cara y entregarle todo antes de suicidarme.
Cuándo él salió por la puerta, rápidamente fuí a la habitación a buscar las cosas y dejarlas en la mesita de la sala.
Después de eso simplemente salí corriendo de allí hasta el Río, hoy hacía frío así que las personas no salen de sus casas, por lo que el Río estará vacío y nadie podrá impedir lo que voy a hacer.
Corrí lo más rápido que pude, llegué agotada pero aún así estaba decidida, tomé valor y me subí a la barandilla de seguridad que tiene ésta, sentí el aire frío chocar con mi rostro por última vez y finalmente lo hice, estaba cayendo mientras las lágrimas salían descontroladamente de mis ojos, me sentía tan ligera como una pluma, hasta que sentí el impacto, el agua fría hacía que me doliera la piel, me estaba congelando ahí dentro, pero no hice esfuerzo alguno por salir de allí, dejé que mi cuerpo se hundiera hasta cerrar mis ojos completamente.
En el momento que estaba perdiendo la conciencia por completo, mi vida pasó delante mis ojos...

Cuándo era pequeña, los momentos que pasaba junto a mi padre, las risas y las sonrisas que él me sacaba, cuando me lastimaba, el curaba mis heridas y me cantaba para que me calme.
Cuándo conocí a Sook, ella era la única amiga que tenía, la única persona a la que le confíe todo.
Cuándo mi padre se suicidó gracias a ella y el infierno en el que se convirtió mi vida después de ello.
Cuándo choque con Daniel la noche en la que me violaron y como el me brindó ayuda sin conocerme completamente.
Cuándo Daniel me defendió de mi madre y me dejó vivir en su casa.
Cuándo fuimos a la playa por primera vez y vimos juntos la puesta de sol, amé cada momento junto a él.

Mi vida en éstos últimos meses cambió por completo y me siento agradecida por ello, porque por primera vez, esos cambios fueron buenos, me voy habiendo experimentado la felicidad luego de la muerte de mi padre, me voy sabiendo que alguna vez le importé a alguien, y a ese alguien lo voy a cuidar dónde sea que esté, junto a mi padre.
En mis labios se formó la última sonrisa antes de perderme por siempre, antes de que todo lo que conozco, desaparezca ante mis ojos y así caer en un sueño profundo, un sueño del que jamás voy a despertar, porque aquí es dónde termina mi vida, aquí es dónde por fin encuentro la paz que tanto buscaba.

DEPRESSION→ [Kang Daniel y tú] «Terminada»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora