Capítulo 2: "Un mundo de dolor"

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—Ya basta, éste jueguito absurdo me está aburriendo, ¿Porque le interesaría a usted lo que me suceda? No me conoce, no finja interés— Dije aguantando mis ganas de llorar, no me sentía bien y lo que menos quería en éste momento era lidiar con éste ...

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—Ya basta, éste jueguito absurdo me está aburriendo, ¿Porque le interesaría a usted lo que me suceda? No me conoce, no finja interés— Dije aguantando mis ganas de llorar, no me sentía bien y lo que menos quería en éste momento era lidiar con éste tipo extraño
—Bien, me presento, mi nombre es Daniel, tal vez no nos conozcamos, pero no estoy fingiendo interés— Dice tranquilo, esperando a que yo haga la siguiente acción
—Mi nombre es Amelie, ahora sí me disculpa, de verdad quiero ir a casa— Dije soltando un suspiro, la verdad no quería llegar a casa, sabía que estaría mi "madre" teniendo relaciones con alguien o simplemente esperándome para así poder golpearme, siempre es igual.
—Muy bien, entonces te acompañaré y no aceptaré una respuesta negativa— Dijo firme, quise insistir en que no era necesario, que podía llegar sola, pero su mirada además de mostrar tristeza denotaba determinación, como respuesta a lo que dijo, simplemente me encogí de hombros y comencé a caminar, el sin chistar siguió mi paso.

Caminamos a mi casa, todo estaba en silencio, la ciudad, nosotros, no transcurría ningún automóvil a ésta hora, de seguro todos ya se encontraban durmiendo, desearía que mi "madre" también lo estuviera, pero sé que no será así, cuándo llegue a casa el infierno volverá, el dolor se apoderará de mí nuevamente, ese dolor que no se irá hasta que ni corazón deje de latir, porque mi vida es así, solamente se basa en sufrir, quisiera que ésto sea una pesadilla solamente o que ésto sea una fantasía mostrando como sería mi vida sufriendo, pero por desgracia, no es así, ésta es la jodida realidad, dónde muchos fingen felicidad cuándo están muriendo por dentro, a algunos nos toca estar muertos en vida mientras otros gozan y tienen felicidad, ¿Podría yo tener una pizca de felicidad alguna vez? Ya no lo creo posible, estoy destruida por dentro tanto como lo estoy por fuera, pero ¿Que más da? A nadie le interesa lo que le suceda a la "chica con depresión que solamente quiere llamar la atención" cuando no es así, solo busco que alguien me salve, que me ayude a vivir, pero no lo veo posible, mi vida es una mierda desde el momento que nací.

—Bien, llegamos— Dije despidiendo me de Daniel, quién estaba ahí parado viéndome fijamente
—Okey, será mejor que entres— Dijo de una forma tranquila
—Está bien, vuelve con cuidado— Dije entrando en mi casa y después de ello, cerrando la puerta

Cuándo encendí la luz, ahí estaba ella, sentada tan tranquila en el sofá, mirándome de pies a cabeza con cara de desagrado, cuándo quién debería de darle asco es ella misma, quién mete todos los días un hombre nuevo a su habitación, es una maldita fácil, pero según ella, es una "reina" por tener a todos a sus pies, debería de darle vergüenza, pero no, a ella le interesa más tener sexo que su hija, alguien de su sangre, es una hipócrita cuándo intenta actuar como una "buena madre" queriendo castigarme por llegar a altas horas de la noche, en realidad no le interesa lo que haga de mi vida, solamente le gusta la satisfacción que obtiene al golpearme y escuchar mi llanto, pero no le daré el lujo. Se levantó del sofá y me agarró fuertemente del bazo, me tiró sobre éste y comenzó a darme puñetazos, no sentía nada, ya no lo hacía, estaba tan dolida que sus golpes los sentía como picaduras de mosquitos, no me afectan en nada, solo dejarían unos pequeños granos, en éste caso, serían moretones que cubriría con la ropa, al terminar de golpearme, me dedicó una última mirada antes de dirigirse a su habitación, a dormir plácidamente como todas las noches, en cambio yo, solamente puedo mirar el techo de mi habitación, esperando a que el insomnio de apiade de mi y pueda lograr dormir, aunque sea un poco, pocas veces son las que eso sucede y trato de dormir lo más posible, pero claro, a mi "madre" no le gusta que me levante tarde, sino ¿Quién podría hacerle el desayuno? Por qué la infeliz ni siquiera eso sabe hacer, solo sabe tener sexo a todas horas, como la perra que es.

DEPRESSION→ [Kang Daniel y tú] «Terminada»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora