Fin del mundo

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And they call me under
And I'm shaking like a leaf
And they call me under
And I wither underneath
In this storm I feel it

I of the Storm, Of Monsters and Men

Ocurre de noche.

La barrera se rompe en medio de una tormenta. Al principio, creen que sólo le pegó un rayo y que nada está mal. A veces ocurre una vez cada década, poco más. En la madrugada se dan cuenta de que esa es la primera vez que ocurrió con un barco del otro lado que cruzó sin querer —suponen—. Toda la gente del mar se arremolina cerca de la primera isla que se ve desde la barrera y ven el barco a lo lejos.

—¿Creen que alguien quede vivo? —pregunta Camie.

—Quien sabe. —Tsuyu saca la lengua—. Tiene el palo... ¿cómo se llama ese palo?

Mira a Izuku, porque Izuku es el que sabe de los palos de los barcos y de las velas y de todo eso, porque Yagi le cuenta cosas sobre ellos porque a él se las contaba Nana, cuando todavía vivía.

—Mástil.

—Lo tiene roto —hace notar Tsuyu.

Es una obviedad, todos pueden verlo.

Están congelados en su sitio, nadie se atreve a moverse. No hasta que cae otro rayo y ven empezar un incendio en una de las islas y la mayoría huye. Izuku se queda un momento más. No alcanza a ver hasta dónde está el barco. Podría haber supervivientes. Pero se queda congelado, sin atreverse a ir más allá. Quizá son cazadores. Quizá los buscaban por sus colas. Quizá es una buena noticia que hubieran tenido el accidente, porque podrían haber encontrado una manera de romper la barrera.

Quizá.

Se queda congelado un poco más.

Hay demasiados quizás volando en el aire.

Quizá no merecen morir.

Quizá.

Es entonces que lo ve. Ya medio inconsciente, aferrado a un pedazo de madera, luchando para no hundirse. No duda ni un segundo. Sale nadando hasta él e intenta hacer que le pase el brazo por la espalda.

—¿Qué...? No... Suelta... —Ni siquiera le queda voz.

—La orilla está cerca —dice Izuku—. Vamos...

—Los demás.... Pero... El resto...

Ambos se quedan callados cuando un rugido irrumpe en el cielo. Izuku voltea hacia el barco y alcanza a ver al dragón todavía transformándose. Rojo, impresionante. Lo ve salir volando hacia una de las montañas de las islas. Una vez. Y luego vuelve. Y otra vez. El hombre en la tabla también alcanza a verlo.

Izuku jura que lo ve sonreír antes de que pierda el conocimiento.

No pierde el tiempo después de eso. Lo lleva hasta la playa. Intenta despertarlo, pero lo único que logra es que tosa toda el agua de mar que se había tragado y luego vuelva a si estado de inconsciencia. Tiene un par de heridas. Izuku todavía se debate qué hacer. Es el primer humano que ha visto nunca. No entiende cómo le funcionan esas cosas que se llaman piernas —porque Yagi le ha dicho que así se llaman—, ni nada. No sabe si está bien.

Dentro de su cabeza todavía piensa que puede ser un peligro.

Pero quizá no merece morirse en un accidente.

Así que canta. Un hechizo curativo, para devolverle las fuerzas. Lo hace en el frío de la noche, la amparo de las estrellas. Le aparta el cabello de la cara. Intenta descifrar la expresión que tiene. No detiene su canto hasta que lo ve volver a respirar con normalidad. Y entonces se queda a su lado.

Until I Breathe This Life [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora