And if you're in love, then you are the lucky one
'Cause most of us are bitter over someone
Setting fire to our insides for fun
To distract our hearts from ever missing them
But I'm forever missing himYouth, Daughter
Llega a Puerto Yuei preguntando dónde estaba el hombre pájaro. La isla donde han establecido el puerto es una isla casi vacía que ninguno de los trece reinos ha reclamado para sí. Es tierra y territorio de nadie. Casi todas las naves piratas anclan allí para hacer intercambios y negocios, pero también está lleno de refugiados y perseguidos por los trece reinos.
El hombre pájaro es uno de ellos.
Katsuki lo conoció hacía años, porque le pidió un favor para salvarle la vida a Eijiro y pagó el precio de sobra.
Le dicen que tendrá que adentrarse más allá del puerto, hacia el campo de la isla. Deja a la tripulación atrás, les advierte que no quería peleas y se dispone a partir. Eijiro lo detiene.
—Voy contigo.
Se invita él solo. Katsuki sólo gruñe y no dice nada. Lo deja ir.
La guarida de Tokoyami es una cabaña de mierda entre los árboles con un montón de ventanas —hoyos por donde entra la luz, en realidad— y es evidente a simple vista que la construyó él mismo. Katsuki llama a la puerta.
—¡Dijeron que estabas aquí!
—¿Nadie te ha enseñado a no tocar como si fueras a tirar la puerta? —pregunta Eijiro.
Katsuki toca más fuerte.
—Este es un ermitaño —dice.
Tokoyami es raro. Le dicen el hombre pájaro porque tiene la cabeza de un cuervo. Esconde el resto del cuerpo en una capa negra y nadie sabe si tiene más partes de pájaro. Su cuello siempre está cubierto por vendas rojas y Katsuki se ha preguntado más de una vez qué es lo que esconde debajo de él.
—Bueno, pero...
Katsuki nunca se entera de lo que Eijiro está a punto de decir porque la puerta se abre y el hombre pájaro les dirige la mirada.
—Necesito de tus servicios —dice Katsuki antes de decir «hola» o «buenas» o cualquier saludo. Remarca la primera persona del singular.
—Tú otra vez —dice Tokoyami—. ¿Qué demonios quieres?
—Ayuda con algo. Te lo explicaré si me dejas pasar. —Allí, de nuevo, la primera persona del singular. No quiere que Eijiro se entere tan pronto de qué es lo que planea.
—Pasen —dice Tokoyami y se hace a un lado. Katsuki lo ve entornar los ojos y no se le escapa el plural.
Entra el primero e intenta detener a Eijiro.
—No —espeta el dragón—. Vengo contigo. Hasta el fin del mundo, Katsuki, ¿o no lo recuerdas?
Bufa.
Ojalá pudiera esconderle lo que quiere hacer, porque sabe que Eijiro se va a oponer. La única manera en la que va a estar de acuerdo es si le cuenta sobre las raíces de su pecho, que amenazan con parar su corazón.
«Ya veremos», se dice.
Quizá, si no le queda ninguna otra opción.
La cabaña del hombre pájaro está llena de lámparas de aceite y velas, todas prendidas. Siempre hay luz en ese lugar. Katsuki nunca pregunta por qué.
—¿Y bien? —pregunta Tokoyami—. ¿A qué has venido está bien? Veo que tu dragón está vivo.
—¡No soy su...!
—Está vivo —interrumpe Katsuki—. No es mío.
La mirada que ambos le lanzan a Tokoyami basta para que el tema no siga.
—Quiero llegar a un lugar —empieza Katsuki. Le dirige una mirada de reojo a Eijiro, no sabe como seguir—. Las brujas no pueden ayudarme y, de todos modos, la mayoría no saben llegar. Creí que un hechicero como tú quizá...
—¿A dónde? —pregunta Tokoyami.
Katsuki le vuelve a dirigir una mirada de reojo a Eijiro. Suspira, pero más bien le sale como un gruñido.
—Quiero ir al fin del mundo.
Tokoyami abre el pico y lo deja así, abierto. Katsuki supone que es su manera de mostrar sorpresa. Eijiro tampoco puede ocultar su expresión con los ojos como platos.
—¡Katsuki...!
Le dirige una mirada para que no diga más. No quiere discutir enfrente de Tokoyami. No en ese momento.
—Creí que sabías como llegar —dice Tokoyami—. Las leyendas dicen muchas cosas sobre ti, Bakugo.
—¿De verdad? —pregunta, alzando una ceja, fingiendo ignoracia.
Por supuesto que sabe las leyendas. Todas empiezan contando que el capital del Lay Pólvora llegó al fin del mundo; todas terminan contando que regresó vivo. El contenido de en medio siempre varía. Casi nadie sabe la verdad sobre su relación con Izuku.
—Ya estuviste allí una vez.
—Necesito ayuda para volver. Quiero saber si sabes el camino.
—Puede.
—¿Puede?
—De si quieres pagar el precio.
—¿Cuál es?
—Katsuki... —interviene Eijiro. Vuelve a dirigirle una mirada que dice «cállate».
—Un recuerdo del fin del mundo —dice Tokoyami.
—¿Qué harás con él? —pregunta Katsuki—. Los recuerdos pueden ser peligrosos.
—Eso no te incumbe. Si no tienes ningún recuerdo sobre cómo llegar al archipiélago, ¿para qué te preocupas? —dice Tokoyami.
Katsuki suspira.
—Bien.
Tiene muchos. Todos involucran a Izuku. Puede sacrificar uno. Quizá lo pueda recuperar después.
Extiende la mano. Sabe cómo funciona el intercambio. Tokoyami se inclina un poco hacia adelante para que pueda tocar su pico. Katsuki cierra los ojos y se concentra en una de las veces que Izuku cantó para él y sólo para él. No la primera o la última, porque no soportaría perder esas. Elige una. Vuelve a oír su voz en su mente. Dulce, melódica, como si fuera la voz del mar entero.
Siente una corriente en sus dedos y luego un toque.
Y después, nada. No está la voz de Izuku.
—Bien —dice Tokoyami. Si tuviera cabeza humana, Katsuki juraría que está sonriendo—. Existe un mapa que muestra cómo llegar al archipiélago del fin del mundo. Cuenta la leyenda que sólo aquellos que ya han estado en tierras tan lejanas serán capaces de descifrarlo. Para ti no será un problema.
—¿Y bien?
—Lo vi una vez. La emperatriz de los mares intentó intercambiármelo por un hechizo. Pero tenía cosas mucho más valiosas. —Tokoyami se encoje de hombros—. Creo que sabes que tienes que hacer.
La emperatriz de los mares.
Katsuki tuerce la sonrisa. Podría ser peor.
—Gracias.
Ya no tienen nada que tratar con el hombre pájaro. No tardan demasiado en despedirse y en dejar la cabaña atrás. En el camino de vuelta, Eijiro no puede ocultar su el disgusto. Lo sigue en silencio la mayor parte del camino.
Hasta que no puede más.
—Katsuki —empieza—, ¿por qué quieres volver? Después de lo que te hizo. Después de cómo te apartó...
Katsuki desvía la mirada.
—Son mis asuntos.
—¡Pero no lo entiendo! ¡Yo tuve que encargarme de tus pedazos rotos! ¡¿Por qué quieres volver?! ¡¿A qué te vuelva a destrozar?!
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Until I Breathe This Life [Katsudeku]
Fanfiction"Sólo hay alguien que puede salvarte, Katsuki". Y así es como su vida, otra vez, vuelve a estar en las manos de Izuku. Fantasy AU: Pirate!Bakugo y Merman!Midoriya. Bakudeku/Katsudeku Dekubaku/Dekukatsu Portada por @YukarietD (en tuiter) o Yukariet...