Our Little Natblida

VII; Messiah is a liar

"Cuando el último árbol ah caído, el animal no puede esconderse. El dinero no lo resolverá. ¿Cuál es tu coartada?¿Qué vas a hacer cuando haya sangre en el
¿Sangre en el agua?

—Blood // Water,
Grandson"

∞

Dieron un último vistazo más a fondo sobre los árboles y entraron en el bosque nevado, caminando en cuatro patas por si venía alguien de repente. Azgeda llevaba muy bien su nombre. Hacía mucho frío en esa zona y las pieles que llevaban no eran lo suficiente. La sangre-nocturna tampoco ayudaba mucho con ese frío.

Cruzaron todo el bosque lo más rápido que pudieron hasta llegar a la parte más alta de la colina, dónde aparecieron el Palacio de Azgeda durante unos segundos. Era majestuoso, digno de un cuento de hadas. Sus torres, sus murallas, la bandera con el signo de Azgeda... Todo era increíble.
Ninguno había ido a Azgeda nunca, pero se lo imaginaba todo como el cuento de "La reina de las Nieves", el cual habían oído de un anciano en Trikru.

—Vamos a deslizarnos por la colina como si fuera un tobogán. — ambos se sentaron en el borde, se tomaron la mano y se miraron a los ojos—¿Podemos hacerlo?

—Podemos hacerlo.

Sin previo aviso, al terminar de pronunciar sus palabras Aden se dio un empujón con el pie para que comenzaran a bajar por la colina de espaldas; Ivyanna se dio un empujón con el pie y quedó bajando al mismo nivel que su amigo. Era la única forma que encontraron para bajar sin lastimarse y les pareció divertido de cierto modo.

Tardaron unos cuantos segundos en bajar. Luego de eso, siguieron avanzando por detrás de caballos, piedras, montañas de leña y algunas otras cosas más hasta llegar al Palacio.
Si el mapa que Anya les había dado era correcto, en la parte de atrás del castillo había un conducto lo bastante amplio para que ambos pudieran pasar arrastrándose. Había sido creado por si el enemigo atacaba el palacio en tiempos de guerra; ese conducto les permitiría huir si era necesario.

—Debemos encontrar la compuerta escondida...— susurró Aden tratando de averiguar cómo encontrarla.

Pero Ivyanna tenía experiencia en encontrar compuertas escondidas, así que lo único que hizo fue pasar su mano sobre la capa de nieve acumulada en una parte hasta encontrar un relieve por el donde abrió la compuerta, hecha de un material parecido a la madera.

—Son astutos. Utilizaron la nieve a su favor pero es raro ver nieve en paredes, ¿No crees? —preguntó la Natblida.

—¿Cómo lo averiguaste tan rápido?

«Es que en la Torre de Polis hay una parecida por dónde ayudé a salir a Lexa» — Lógica, supongo.

—Entremos, mientras más rápido sea más rápido nos iremos.

Vinie se deslizó por el conducto. No era muy estrecho pero tampoco muy amplio; cabían perfectamente los dos, uno detrás del otro.

—Recuerda poner los cuchillos en tu espalda, podemos lastimarnos al arrastrarnos y lo que menos queremos es dejar rastros. —recordó Aden en un susurro. Ivyanna asintió y comprobó con el tacto los cuchillos en su espalda. Monty les había dicho que no era necesario que llevaran armas, solo debían buscar el diario y listo, pero los Natblidas no confiaban en lo absoluto en Azgeda y habían llevado armas rápidas por si las cosas se salían de control.

Se arrastraron entre los conductos, olvidando algo importante; cerrar la compuerta.

Luego de arrastrarse por un tiempo entre los conductos llegaron a la primera división. El conducto se dividía en dos lados, izquierda y derecha. Vinie sacó el mapa de uno de sus bolsillos mientras Aden prendía algo llamado linterna que Monty les había dado. Según él, los conductos estarían muy oscuro y para ver bien necesitarían una linterna para alumbrar.