IX; The petition

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Los momentos solitarios se vuelven más solitarios. Cuanto más tiempo estés enamorado que si estuvieras solo. Los recuerdos se convierten en ensoñaciones, se convierten en un tabú.

No quiero tener miedo. Cuanto más profundo voy, me deja sin aliento.
Almas eléctricas de corazones suaves, corazón a corazón y ojos a ojos
¿Es esto tabú?

—House of Memories,
Panic! At The Disco

I

vyanna despertó sobresaltada. Su cabeza dolía, como si se hubiese pegado muy fuerte con algo.

Ivy... Estoy aquí, recuéstate...— dijo una voz que no pudo reconocer; le hizo caso.

Le costó abrir los ojos nuevamente; el blanco era cegador. Sin embargo, esta vez se encontraba en el laboratorio verdadero. Anya, Clarke y Aden se encontraban allí junto a ella, no Becca. Balbuceó algo incomprensible hasta para ella misma.

—¿Qué le pasa?¿Se pondrá bien?— preguntó otra voz algo quebrada.

—¿Amnesia?— preguntó la primera voz en un susurro— No, no creo. —se respondió a ella misma. La Natblida comenzaba a distinguir voces; esa le pertenecía a Clarke.

—¿Se pondrá bien, no?

—Eres tú el que sabe cómo funciona todo esto. —dijo una nueva voz. Anya, esa voz era de Anya. La segunda y anterior voz debía pertenecer a Aden.

—Pero no había nada escrito sobre desmayarse. Decía "ayadesmarse". Creí que era algún término Skaikru. —se defendió el rubio.

Vinie escuchó los pasos de Anya cerca suyo, de ida y de vuelta.

—¡¡DICE DESMAYARSE, ADEN!! —gritó la jefa Trikru.

—¡Pero también me pones a leer a mí que sabes que no leo bien! —volvió a defenderse Aden. Era cierto, tenía dificultades para leer desde que aprendió. Ningún terrestre sabía el porqué, así que confiaron en que en algún momento se le pasaría.

—¡Me hubieses esperado!

A Ivyanna la situación le hubiese parecido graciosa de no ser porque su cabeza la estaba matando. Comenzó a distinguir figuras luego de un repetido parpadeo, hasta que recuperó su visión por completo.
Clarke estaba junto a ella mirándola preocupada mientras le acariciaba el rostro. Un poco más a la izquierda, Anya y Aden discutían sobre la nueva palabra.

—A VER, ¿CÓMO ES QUE NO PUEDES LEER? DE UN NIÑO PEQUEÑO LO ENTIENDO, PERO TÚ VAS A CUMPLIR TRECE.

—¡No lo sé!

—¡Basta ya! —frenó Clarke levantándose. Parecía furiosa, muy furiosa— Ivyanna acaba de despertar y ustedes peleándose los una palabra.

—Clarke, es imposible que no sepa leer aún.

—Si, Anya, es posible y doy la discusión por finalizada. —Clarke volvió hacia Ivyanna, la cual se había sentado, intentando asimilar todo lo que había en su mente —Ivy, ¿Estás bien?

—Sí... No.

—¿Sí o no? —preguntó Aden pero Anya le sacudió un poco el hombro.

La Natblida sonrió ampliamente y miró a Clarke, la cual puso notar un nuevo brillo en sus ojos.

—Recuerdo a mi madre, Clarke. Recuerdo a mi padre, a mi aldea... —su sonrisa se desvaneció, al igual que ese nuevo brillo. Desvió su mirada—¿Y si los olvidé porque ellos me olvidaron a mí?¿Acaso no me quieren y por eso se desvanecieron? —su labio inferior comenzó a temblar. Miró a Clarke nuevamente con ojos humedecidos— Y cuando yo no me acuerde de ti, ¿Será porque ya no me quieres?¿Me olvidarás?

Our Little Natblida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora