III; May we meet again

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"Soy solo un producto del sistema, 
de una catástrofe. Aún así, una obra maestra. Y aún así, estoy medio enfermo y cuando haya fallecido, por lo menos descenderé a la tumba y moriré feliz.
Y dejaré el cuerpo de mi alma 
para que sea una parte de ti.''

Whatever It Takes,
Imagine Dragons''

Aún no puedo creer que hayas tomado la vida de uno y no de los trecientos. Tiene que haber un porqué.

—Ya te lo dije, Vinie. Hubiese reducido a casi la mitad del clan.

No te creo.

Todo había vuelvo a la normalidad luego de dos largos meses. Bueno, casi todo.
Clarke había ganado en Monte Weather llevando consigo más de quinientas muertes, consiguiendo así el apodo de Wanheda, la comandante de la muerte. Se había borrado del mapa hacía dos meses, y aunque tanto Skaikru -como se denominaba al clan de los caídos-  como el resto de clanes la habían buscado, no habían dado con ella.
El mandato de Lexa se había visto perjudicado por esto.
La creencia de los terrestres decía que cuando tomabas la vida de alguien, tomabas su poder. Clarke había matado a muchas personas esa noche. Era simple, matas a Wanheda, dominas la muerte.
Los clanes comenzaron a pensar que Lexa no era tan poderosa, la cual no se lo tomaba a la ligera y demostraba sus capacidades cuando era necesario.
Ivyanna se había dedicado a mejorar en combate, retando incluso a personas del doble de edad. Indra había enseñado nuevas técnicas cuando ella estaba en Monte Weather y tenía un nivel más bajo que los otros, nivel el cual su maestra no paraba de recordarle. Podía ser su maestra, pero nadie se burlaba de ella tan descaradamente e iba a demostrarle que era muchísimo mejor que el resto. Sus compañeros no le caían ni bien ni mal -excepto Aden, por su puesto-, así que no se molestaría si tenía que dejarlos con la nariz sangrando para demostrarte a Indra que ella podía ser la mejor guerrera de su generación si se lo proponía. 
Aden la ayudaba a practicar luego de las clases mientras Phoenix, ya recuperada, miraba y los animaba. Los tres tenían una muy bonita amistad desde que los Natblidas llegaron a Polis.
Luego de un tiempo había aprendido todos correctamente, pero se había obsesionado tanto con demostrarle a Indra todo su potencial que no paraba de buscar oponentes. Lexa la convenció de que se calmara, que si Indra no pensaba que era buena guerrera su pensamiento era incorrecto.
Aunque eso la calmó un poco, aún quería más y más. Y así es cómo terminó retando a un guardia experimentado de la comandante, salvándose solo por ser muy ágil.

—¿Interrumpo momento madre-hija?— preguntó Anya entrando en la habitación de la niña. Había vuelto, Skaikru le había disparado accidentalmente cuando llegaba con Clarke al Campamento de Jaha. Ya se había recuperado por completo, aunque Abby, una de las doctoras, le recomendó reposo.

Ivyanna miró el suelo mientras aparecía un rubor en sus mejillas y la comandante la miró con una cara la cual Anya podía interpretar como un "cállate".

Bueno, perdón ¿Qué comemos?— preguntó al ver el cuenco entre Lexa e Ivyanna. Se sentó junto a la niña en la cama y se robó una fresa de la mano de la menor—Umm... Delicioso.

—¡Seda!— protestó. A Vinie le encantaba que su mentora favorita podía pasar de ser una mujer cruel que no duda en matarte si no confía en ti a una maestra divertida y luego a ser su amiga.

—Es la que estaba más cerca, no te vas a morir por estirar el brazo y agarrar otra.

Vinie se hizo la ofendida y tomó otra fresa mientras Lexa reía. Era raro escuchar reír a la comandante últimamente.

Our Little Natblida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora