Two

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La reina Frigga Odinson fue una de las primeras en levantarse, por lo que decidió pasear por el castillo hasta la hora del desayuno.

Miró a su alrededor, asintiendo con la cabeza en forma de saludo a los sirvientes y guardias que se le cruzaban y se inclinaban ante ella.

Hasta que algo le llamó la atención.

Su hijo Thor se encontraba mirando a través de un puerta semiabierta, aún con su ropa de dormir puesta.

La curiosidad la invitó a averiguar que hacía, por lo que se acercó con sigilo hasta detenerse a sus espaldas, donde al parecer no notaba su presencia.

-Buenos días, cariño- Thor dió un brinco en su lugar y se volteó de manera inmediata, cerrando sus ojos al saber que no era nadie más que su madre.

-Buenos días, madre.

-¿Está todo bien?- preguntó al verlo ansioso por seguir viendo la puerta.

El rubio pareció tener un debate en su mente, pensando si decirle o no sobre los pequeños que dormían en la habitación.
Pero tarde o temprano lo sabría, por lo que accedió a contarle.

-¿Recuerdas que ayer fuí a ver lo que quedaba de Vüllcán?- la reina asistió, haciéndole un ademán para continuar -Bueno, al llegar estaba todo hecho un matadero, pero me encontré con...- dejó las palabras en el aire para poder abrir más la puerta.

En la cama, los gemelos se encontraba abrazados en posición de cucharita, respirando calmadamente y teniendo algunos cabellos alborotados.

Frigga no ocultó su sorpresa, por lo que se llevó ambas manos abiertas a la boca, evitando soltar algún ruido que alerte al palacio.

-Ellos son Iri y Astigar Hellarsottir....parte de la familia real de Vüllcán- en ningún momento el Dios apartó la mirada de los niños, viéndolos detalladamente.

-No me imagino todo lo que debieron haber sufrido- Frigga se llevó una mano a su pecho, sintiendo una opresión en su corazón- déjame ayudarte con ellos.

Thor la observó seriamente, pensando si sería lo correcto o no.

-Tu tranquilo, Thor. Yo no muerdo- la rubia le regaló una sonrisa calmada y tranquila.

El asgardiano observó por última vez a los gemelos antes de asentir a su madre, quién tenía una chispa en sus ojos azules.

-Vendré más tarde a ver cómo están.

Mientras que Thor cerraba por completo la puerta viendo como su madre iba por ropa, la pequeña fue despertando.

Abrió sus ojos lentamente, sintiendo el agarre de su hermano gemelo.

Cuando los abrió completamente se sentó en la cama, viendo a todos lados con su seño fruncido, sintiendo su corazón latir más rápido.

-Astigar...-susurró sacudiendo levemente el cuerpo del nombrado -Astigar, despierta- habló algo más fuerte, recibiendo en respuesta un pequeño gruñido del castaño.

El solo abrió uno de sus ojos marrones, viéndola con pereza y sueño, a diferencia de su hermana, quién tenía una expresión preocupada y asustada.

-¿Dónde estamos?

-Estamos en una de las habitaciones del castillo de oro- Astigar se estiró en la cama, haciendo que accidentalmente las ventanas que daban al balcón sean abiertas abruptamente, producto de su manos.

-Deberías mejorar tu elemento, hermano- y antes de que pudiera terminar, la puerta principal fue abierta.

La reina Frigga entró con sus manos cargadas de ropa, viendo a los niños con una sonrisa enorme.

-Hola, pequeños. Mi nombre es Frigga- se presentó dejando el tumulto en el tocador.

Caminó hasta detenerse en la punta de la cama, viendo como los gemelos tomaban fuertemente de sus manos.

-Tu eres...Astigar-adivinó su nombra, aunque ya lo sabía desde un principio -y tu debes ser...Iri- ambos nombrados le sonriendo con un deje sorpresivo.

-¿Cómo sabe mi nombre?- preguntaron al unísono, haciendo reír a la reina, quién los miraba con ternura.

-Les contaré un secreto-ambos asienten acercándose rápidamente a ella -crecí con un grupo de brujas.

Los gemelos se sorprendieron, y mientras ellos murmuraban cosas sin sentido, Frigga se levantó y tomó ropa para ellos.

-tienen que bañarse, vamos- Astigar fue el primero en levantarse, aunque Iri estaba algo asustada, terminó por levantarse para acompañar a su hermano.

En algún momento ya se encontraban en la bañera, cada uno en una bañera diferente, Astigar lavándose con agua tibia mientras que la de Iri era caliente, casi hirviendo y evaporando.

-¿No crees que está muy caliente?

-No puedo quemarme -la pequeña observó a la mayor, quien se sentó en frente de ella para poder prestarle atención, sin ignorar al castaño.

»Cuando nacemos se nos da un poder, como madre nos decía- se sentó en la bañera, sintiendo los recuerdos borrosos y dolorosos -pero yo fui la única rara entre ellos.

-¿Por qué lo dices, linda? -Astigar, al ver la incomodidad de su hermana, decide hablar por ella.

-Ella es la única con el poder del fuego -la rubia la miró son sorpresa -mi poder es el aire, pero según nuestra madre solo pueden tener el fuego los que sean dignos, y ella lo fue.

La castaña de reflejos rubios agachó la mirada hacia el agua, sintiendo nuevamente el dolor crecer en su pecho.
Ya había perdido todo, y lo único que le quedaba era su hermano.

-¿Saben? Thor quiere verlos después -cambió de tema Frigga, obteniendo como respuesta una sonrisa de ambos.

-¿Enserio? - preguntaron con emoción.

-Si- respondió lavando el cabello de la niña, humedeciendo sus manos en el agua y tomando jabón especial asgardiano para el cabello.

Frigga se sumergió un momento en sus pensamientos, recordando el rostro de Thor al ver a los gemelos. Una mirada que reflejaba amor.

Ella lo sabía por ella lo había sentido con el y con Loki al tenerlos en sus brazos, sintió el amor hacia ellos apenas los cargó entre sus manos.

Ella sabía que su hijo era orgulloso, pero no sabía que dos gemelos podían derrumbar aunque sea un poco aquel muro de orgullo.

Después de secarlos y vestirlos llamaron a la puerta, la cual fue abierta milisegundos después de haberla tocado, revelando al Dios del Trueno.

-Buenos días, gemelos- ambos inmediatamente corren en su dirección rodeando cada uno una de sus piernas, provocando reír al rubio.

Frigga los observaba feliz, viendo a Thor jugar con los pequeños y viéndolos a ellos reír.
Sabía que era decisión de Odín el si se quedaban o no.

Y su decía que no, ella lucharía para que ellos se pudieran quedar.

Y así crecer la familia Odinson.

La hija de Thor #marvelawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora