One

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Astigar se encontraba sobrevolando todo el reino en busca alguna cosa que no encajara bien, viendo detalladamente a cada asgardiano y cada casa desde los aires.

En cambio, Iri se encontraba en su habitación con un libro entre sus manos, estudiando las costumbres midgardianas de aquel planeta, que para ella, era increíble.
A su vez acariciaba la cabeza de su tritón Vüllcaniano, el cual se encontraba transformado en serpiente y tenía los ojos cerrados, disfrutando los toques de su dueña.

Le parecía interesante que ella en años midgardianos tuviese 15 mientras que en realidad tiene 200 años recién cumplidos, increíblemente extraño para muchos, pero para la princesa de Asgard, era fascinante en todo sentido.

Llevaba algunas horas esperando a que su padre llegara para poder celebrar seguramente una nueva victoria junto con su hermano.

Pasó la página para continuar leyendo sobre la evolución de Midgard, planeta que tiene planeado conocer en persona y quedarse allí por un tiempo indefinido, eso sí, con el permiso de su padre y el de su abuelo.

En una de esas el animal en sus piernas volvió a su forma original, lo cual causó un pequeño destello color fuego que atrajo la atención de Iri, que ya sabía de antemano que su mascota podía producir aquello desde el día en el que Thor se la trajo de las cenizas de su antíguo hogar.

Hogar que ya no recordaba.

El ruido de la puerta siendo abierta la hizo desconectarse de la lectura, y logró asustar a su mascota, la cual volvió a su forma normal y se ocultó en el cuello de su dueña, teniendo de escudo el cabello de la chica.

El príncipe Loki entró cuidadosamente observando a su sobrina, viendo con una mueca el libro que se hallaba reposando en su regazo.

—¿Sigues leyendo sobre la cultura midgardiana?—preguntó una vez que cerró la puerta detrás de sí, acercándose a la chica.

—Así es, tío Loki. Es muy interesante y entretenido—respondió Iri con una sonrisa, tomando delicadamente entre sus dedos el pequeño cuerpo de Hellar de su cuello.

—Si tu lo dices, ¿Y tú hermano?

—Salió a vigilar el pueblo—se encogió de hombros y se levantó del borde de la ventana donde se encontraba sentada y tomó camino hacia su tío, quién no se había movido de su lugar—¿Necesitas algo, tío Loki?

—Esta noche será la coronación de Thor—lo último lo dijo a regañadientes, sintiendo la envidia crecer en su interior—y quería mandarte un lindo vestido que te quedaría fantástico.

—¿Quieres que me ponga un vestido que tú escogiste?—Iri no se molestó en ocultar su sorpresa, aunque sabía a qué se debía eso.

Ella y Loki eran conocidos por ser los causantes de varias bromas a los guardias, a Frigga, a su padre y a Astigar, y ya sabía que es lo que el pelinegro le pediría a continuación.

—¿A quién le jugaremos una broma esta vez?

(…)

¡Llegué, hermanita!—Astigar hizo acto de presencia en la habitación, dejando caer sus hombros al ver qué nadie se encontraba en ella.

Sin embargo, Iri estaba roja de tanto aguantar la risa al ver desde su escondite como su hermano gemelo estaba apunto de caer en una de las tantas bromas que tenía planeadas hacer junto con Loki.

El castaño sin previo aviso fue víctima de varios pies de calabaza que le cayeron encima, bañando todo su cuerpo de aquel fuerte olor y de una fruta pegajosa.
Su cabello se pegó en su rostro que era cubierto del relleno de calabaza.

Cerró sus ojos y se maldijo a sí mismo, pensando diferentes maneras de matar, en sentido figurado, a su hermana gemela.

Iri sin poder evitarlo soltó varias carcajadas que atrajeron la atención de Astigar, el cual estaba que se reía de lo ridículo que se veía y estaba que hecha a humo por las orejas al ver su cabello dañado.

La chica de cabello castaño y con reflejos rubios paró de reírse, cambiando su expresión de diversión a una de miedo cuando su hermano gemelo se acercaba lentamente a ella.

Ahora sí que iba a morir.

De un rápido movimiento se elevó en el aire con sus manos destellando fuego y cruzó la puerta de su habitación volando desesperadamente, con Astigar persiguiéndola y gritándole por su nombre.

Pero sin poder aguantar la risa al verse como dos niños pequeños.

Los sirvientes se agachaban para evitar que su cabello se quemara y algunas de las mujeres reía, la mayoría los había visto crecer y ya habían experimentado ese tipo de juegos y situaciones.

Cómo es el caso de Frandal, Lady Sif, Hogun y Volstagg.

La reina Frigga caminaba por los pasillos en busca de su hijo Loki, pero tuvo que obligarse a esconderse en una columna cuando los gemelos pasaron volando casi queriendo chocar con ella, ambos riendo pero Iri con el objetivo de escapar de las garras de Astigar y este intentando no perderla de vista.

Aunque todo el Reino de Asgard estaba acostumbrado a verlos volando y persiguiéndose por alguna de sus tantas bromas, a algunos les molestaba ser participe de ellas.

—¡Gemelos, su padre llegará pronto!

—¿Qué?—Iri no notó que estaba frenando hasta sentir al castaño chocar contra ella, haciéndolos rodar por el suelo y quejándose del dolor.

—Mira por dónde vas, enana.

—Yo no fui quien chocó contigo, genio.

Astigar se levantó tambaleante, ayudando a su hermana y limpiando un poco su cabello pegajoso y con olor a calabaza, con Iri intentando no reírse muy fuerte.

La rubia se acercó a ellos, teniendo una sonrisa divertida en su rostro al saber que su nieta había hecho otra de sus bromas.

La chica sacó a su mascota de su bolsillo, colocándolo delicadamente en su hombro derecho, donde se quedó sentado observando todo.

—¿Padre ya viene en camino?—le preguntó con emoción, de los gemelos era ella la más apegada a Thor.

Porque anteriormente nunca tuvo un padre.

—Así es, por lo que deben ir a asearse—lo último lo dijo mirando a Astigar, y este le lanzó una mirada fulminante a su gemela—y cambiarse para su llegada.

Iri asintió contenta, corriendo sin necesidad de utilizar sus poderes a su habitación, chocando los cinco con el pelinegro que pasó por su lado.

Otra broma terminaba.

Volví. :D

La hija de Thor #marvelawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora