Capítulo uno

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Hola!
Empiezo con la publicación de este AU spamano.
Realmente espero que lo disfrutes.
Cualquier comentario me hará feliz.
Nos leemos :D

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Capítulo uno.

Esa noche la fatiga y el hartazgo lo habían llevado a su límite de tolerancia. Había momentos como aquel en el que las dudas y la molesta moral lo acosaban pero no había lugar para arrepentidos ni para débiles en el submundo en el que se movían. Si alguien lo veía dudar, si percibían tan sólo un momento de debilidad en él, estaría acabado, él y su hermano junto a todo el imperio criminal que habían heredado. Después de todo lo que habían hecho era cínico pensar que para ellos había otro camino apartado de las sombras, ese había sido su destino y llorar por ello era perder el tiempo.

Una fina llovizna había caído sin pausa desde la mañana, humedeciendo el asfalto y calando el frío hasta los huesos. Decidió que necesitaba fumar y, cerrando la puerta tras de sí con un golpe, salió a la oscuridad de la calle. Aspiró una larga bocanada de tabaco y una vez que se sintió más calmado y que la adrenalina comenzaba a bajar ocultó el arma en su espalda sujetándola con su cinturón.

No pasó mucho tiempo hasta que la canción española acompañada por las notas de una desafinada guitarra llamaran su atención. Era tanto el contraste con los gritos suplicando clemencia que podía oír detrás de la puerta que la melodía le pareció algo surreal en medio de la noche cerrada.

Apagó el cigarrillo contra el asfalto y caminó abrazándose a sí mismo para protegerse del frío y la interminable llovizna hacia el origen de aquella voz que resonaba más fuerte en la soledad de las calles desiertas de la zona portuaria. No tuvo que caminar demasiado para encontrarse con el cantante callejero. Con el río de fondo, rasgaba la guitarra con los ojos cerrados y una sonrisa algo triste en el rostro empapado. Apenas vestía un suéter que se pegaba a su cuerpo y delataba una espalda ancha y brazos fuertes. El cabello castaño oscuro goteaba sobre el atractivo rostro de piel olivácea.

Se quedó observándolo con el ceño fruncido ¿Acaso no se daba cuenta que estaba lloviendo? ¿No sentía el endemoniado frío? Lo escuchó en silencio tratando de entender las palabras en español sin mucho éxito. Había pasado la medianoche hacía tiempo ¿Esperaba que alguien pasara por esa zona en medio de la noche? Probablemente no estaba mentalmente bien.

El cantante abrió los ojos recién cuando terminó la canción y pareció sorprendido de encontrarse con un espectador. Bajó la guitarra y le hizo una reverencia pomposa extendiendo una sonrisa boba en el rostro. Había pensado que estaba resignado y se había abandonado a sí mismo pero aquella sonrisa iluminaba su rostro de una manera poco coherente para la situación en la que estaba. Era una persona extraña.

—Bienvenido a mi humilde concierto, caballero ¿Qué puedo interpretar para usted? Será un placer complacerlo.

—Estás jodidamente mal de la cabeza.

—Esa no me la sé, lo siento —se llevó una mano a la nuca riendo avergonzado—. Pero puedo interpretar alguna otra —rasgó las cuerdas a la expectativa.

Siguió observándolo con el ceño fruncido intentando entender lo que pasaba por su cabeza mientras la llovizna seguía mojando su rostro y empezaba a sentir su aliento helándose.

El eco de unos pasos sobre el asfalto a su espalda rompieron el silencio que se había creado entre ellos. Feliciano lo tomó del brazo con una sonrisa inocente en el rostro.

—Aquí estabas, fratello, te dije que nadie se me resiste mucho tiempo. Te conseguí los nombres y la dirección veee~ —cayó en la cuenta del cantante callejero y sonrió de lado de forma amistosa analizándolo de arriba a abajo— Buenas noches, veee~.

A pesar del tono infantil y despreocupado de su hermano, Lovino sabía que estaba estudiando la situación para saber si aquel cantante español representaba algún tipo de amenaza. Podía sentir la repentina tensión en el aire.

—Bueno, si ya los tienes vamos al maldito auto. Tenemos trabajo y me estoy empapando ¡Maldición! —resopló molesto y Feliciano asintió con la cabeza olvidándose del cantante.

Esperó un instante a que su hermano se alejara dando pequeños saltos en dirección al auto antes de volverse y dejar en la funda de la guitarra todo el cambio que llevaba en uno de sus bolsillos. Él lo observó con las cejas en alto, genuinamente sorprendido. Sus miradas se cruzaron y pudo entender que estaba buscando alguna razón para tanta generosidad.

—Búscate un lugar cubierto, bastardo, perderás la voz si sigues bajo la lluvia como un imbécil.

Gra... Gracias ¡De verdad, muchas gracias! —dio un paso hacia adelante para tomar su mano en un gesto involuntario pero Lovino se dio la vuelta alejándose por la calle oscura hasta el automóvil donde lo esperaba su hermano.

El lenguaje de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora