— ¡Bakugo! ¡Mierd-..!
El rubio cenizo corría rápidamente hasta el lugar de dónde provenían los gritos, lanzó su mochila al suelo y con velocidad de acercó a los jovenes que golpeaban a su amigo para darles un fuerte puñetazo a cada uno.
— ¡Kirishima, corre, sal de aquí!
Gritó a su amigo quien rápidamente se levantaba para correr y esconderse un poco más alejado del lugar mientras el rubio cenizo pateaba y golpeaba a cada uno de los abusivos, recibiendo pocos golpes y logrando dejarlos a todos en el suelo. Con su mano quitó la sangre de su nariz y caminó hasta donde estaba su amigo.
— ¿Son los mismos de siempre?
Asintió rápidamente dándole su mochila, la cual había recogido antes de correr. El rubio la colgó en su espalda y quitó la de su acompañante para también ponerla en su propia espalda.
— Vamos, te compraré un helado.
...
El joven había despertado en el baño aún encerrado, su rostro comenzaba a mostrar ojeras y demacración, además de que estaba morado y rojo debido a los golpes recibidos por su mayor.
Se levantó con cuidado, enredando la correa a su cuello para que no le molestase y lavó su rostro para luego secarlo.— Joder...
Observó a su alrededor intentando deducir la hora pero fue imposible pues no habían ventanas en el lugar. Tomó asiento una vez más en el suelo y comenzó a jugar con sus dedos, su mente estaba en blanco respecto a las ideas sobre cómo podría escapar, en ella sólo rondaban pensamientos sobre su amigo, aquel agradable pelirrojo. ≼¿Me extrañará? ¿Sabrá que estoy desaparecido? ¿Se preguntará qué me sucedió? ¿Recordará el último y extraño momento que pasamos juntos?≽ Esos eran los pensamientos que no dejaban de presentarse pues había algo que sucedió entre ellos y decidieron no hablarlo pero la verdad es que, Katsuki si quería hacerlo...
Llevó su mano hasta su miembro comenzando a hacer círculos con uno de sus dedos sobre el con levedad, no buscaba hacer mucho ruido, pues si el mayor lo escuchaba, se formaría un problema. Definitivamente no era homosexual por lo que no quería tener nada que ver con él, pero en éstos momentos era una necesidad de su cuerpo. Bajó un poco su pantalón y dejó a la vista su miembro mientras que lo tomaba para masturbarse rápidamente hasta que sintió su límite y puso un poco de confort sobre su falo para correrse sin manchar nada. Botó el papel a la basura y subió sus pantalones para luego lavar sus manos, volviendo a tomar asiento en el suelo y seguir durmiendo.
...
— Katsuki, despierta.
Una suave mano se posaba en su mejilla para acariciarla mientras el nombrado abría sus ojos con lentitud topándose con el azabache.
— ¿Dormiste aquí? Tienes una cama, si sigues durmiendo en el suelo solo empeorará tu lindo cuerpo.
Lo tomó entre sus brazos mientras el estudiante pataleaba pero era inútil. El mayor lo recostó sobre la cama y le dejó la bandeja a una orilla. Ésta vez era jugo natural de naranja y diferentes frutas picadas. El azabache tomó asiento en el suelo observándole mientras el otro comía.
— ¿Cuál es tu comida favorita?
No obtuvo respuesta alguna por el de cabello claro, estaba realmente agotado mentalmente y sin duda alguna se sentía algo triste. El mayor lo notó y suspiró rascando su nuca, aveces se sentía culpable pero es que si lo suelta, el joven jamás volverá y su mayor deseo, es pasar el resto de su vida con él.
— La mía es la pasta.. Realmente me gustaría saber la tuya, quizás puedo prepararla.
— Me gusta la carne picante.
Suspiró terminando el tazón de frutas para así beber rápidamente el jugo y recostarse dándole la espalda al azabache.
— Tú... ¿Tú no quieres estar conmigo hoy..?
— Al fin lo entiendes, ahora ve joder a otro puto lado.
El pelinegro se levantó del suelo con molestia y tomó la bandeja para lanzarla lejos, haciendo que se rompiera el tazón y el vaso, dejando el piso repleto de vidrios. Tomó la correa del rubio cenizo y le jaló haciendo que le mirara.
— ¿Con quién crees que hablas? Tú me obedeces a mí.
Apretó más el collar y le jaló logrando ahorcarle un poco para luego darle unos cuantos puñetazos en el rostro, jalándolo una vez más para hacer que cayera al piso.
— En cuatro. Obedéceme o te mato aquí mismo.
Prontamente el estudiante estaba en cuatro gateando por el piso enterrándose bastante vidrios en sus rodillas y palmas. Dolían como la mierda, pero no quería morir aún, asi que simplemente obedecía al más alto intentando quejarse lo más mínimo posible.
— Vamos, ladra. Te estás divirtiendo.
— ¡Guau, guau! ¡Guau!
Burlesco comenzó a reír con algo de locura, le encantaba ver al menor obedecerle tan atentamente y que hiciera exactamente todo lo que le pedía. Le calentaba jodidamente mucho verle tan sumiso ante su presencia.
— ¿Ves que puedes ser un buen chico? Aún así, tu castigo no ha terminado.
Le jaló arrastrándolo hasta la cama para levantarlo y lanzarlo bruscamente a ella mientras esposaba sus manos a la misma dejándole sin movilidad alguna. Tomó un pedazo de vidrio y rompió todas las prendas del menor dejándole completamente desnudo.
— N-No... Por favor.. Haré lo que pidas, todo menos ésto, por favor..
Apretó sus ojos atemorizado al verse sin ropa frente a aquel lunático. Mientras que el mayor llevaba sus manos a su pantalón para quitarse el cinturón doblándolo un poco para transformarlo en una especie de "fusta".
— Quédate quieto, aunque dudo puedas moverte mucho. Supuse que ya habías notado que debes obedecerme y tratarme bien. Después de todo puedo dejarte morir aquí mismo si quiero.
Alejó su mano con el cinturón y con un poco de impulso golpeó fuertemente el torso del menor dejándole una leve marca, fue entonces cuando su mente se iluminó y decidió llenar al pequeño de ellas. Golpeaba su cuerpo una y otra vez con el cinturón, dejándolo completamente marcado en el estudiante, quien ya se encontraba ensangrentado en todos los lugares posibles. Sus mejillas sangraban, su torso, sus piernas, su pelvis, su cuello, sus brazos, su cuerpo completo estaba herido. Sus lloriqueos se escuchaban fuertemente, al igual que algunos gritos desesperados de ayuda que lo único que lograban era que el azabache se emocionara más y más.
Una vez que terminó de golpearlo, se acercó a su rostro para besar su frente y sonrió.— Creo que ya aprendiste la lección, perrito. Iré a preparar tu carne y pobre de ti, que no la comas.
Le dejó un último golpe con el cinturón en su mejilla y salió de la habitación mientras volvía a ponerlo en su pantalón. Por otro lado, el rubio cenizo dejaba caer lágrimas de sus ojos mientras observaba su ahora destrozado cuerpo, el cual apenas podía mover debido al dolor.
Katsuki Bakugo cree que ésto es lo peor que puede pasarle.
Aizawa Shota tiene demasiadas cosas preparadas para hacer con él.
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Insane. [AizaBaku] -EDITANDO
FanfictionEl azabache ha secuestrado a un estudiante, aquel que robó su corazón desde la primera vez que lo vió. Sus pensamientos de lo que es el amor están incorrectos, y hará que el menor se vea envuelto en múltiples escenas de violencia y cosas que jamás s...