Ocho.

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Los ojos del rubio cenizo comenzaban a abrirse con dificultad, los sentía realmente pesados y su cuerpo se movía con lentitud debido al dolor de aquellos golpes que había recibido. La sangre que había estado sobre su rostro en algún momento había desaparecido, por lo que asumió que Aizawa lo había limpiado. Logró tomar asiento en el suelo mientras apegaba su espalda a la pared y rápidamente comenzó a buscar con su vista al pelirrojo, pero no había rastro de él.

— ¡Kirishima! ¡Dónde estás!

Gritaba con las pocas fuerzas que aún le quedaban, sabía que se metería en un lío por ello, pero no dejaría morir a su mejor amigo.

— Tsk.. Que molesto..

Escuchó la voz del pelinegro y su cuerpo quedó inmóvil al instante, tenía miedo. Se giró hacia el lugar de donde provenía la voz y con mucho cuidado se levantó del suelo observándole.

— ¿A dónde mierda lo llevaste? ¡Dímelo ahora!

— Deja de gritar... Realmente haces que mi cabeza duela.

Fue tomado fuertemente de la muñeca por el mayor y rápidamente estaba siendo arrastrado por el lugar. Intentaba ponerle atención a su alrededor, pues, jamás había salido de la habitación en la que estaban anteriormente.
Fue arrojado con brusquedad al lado del sangrante cuerpo del pelirrojo, comenzó a moverlo con rapidez pero no obtenía respuesta alguna.

— Lo mataste... Realmente lo hiciste..

Susurró apretando sus puños con fuerza y dándole un fuerte golpe a la pared, dejando así una grieta en ella.

— ¿Por qué mierda lo involucraste?

— ¿Piensas en mi como un asesino?

— ¡¿Y es que no lo eres?!

Gritó tomando el cuerpo del pelirrojo entre sus brazos, abrazándolo fuertemente. "Perdón... Esto es mi culpa.." Susurraba mientras pequeñas lágrimas caían sobre su amigo, quien poco a poco comenzó a reaccionar.

— Bakugo... E-Estás bien..

— Kiri... Mierda, estás vivo..

Apegó fuertemente el cuerpo al propio y lo hundió en él, abrazándolo.
Aquella escena era observada por el azabache, quien sonreía suavemente de una manera bastante maliciosa, disponiéndose a acercarse a ellos haciendo que se separaran. Alejó a Bakugo de una patada y rápidamente tomó a Eijiro en sus brazos, acercándolo a una de las paredes de la habitación. Arriba de aquella pared, en el techo, colgaban unas cadenas con esposas, rápidamente las puso en las muñecas del pelirrojo y amarró sus pies con unas cuerdas, dejándolo completamente crucificado.

— Sabes que haremos ahora, ¿no?

Preguntó acercándose al rubio cenizo, a quien tomó fuertemente por el cabello, dejándolo arrodillado frente a él.

— Déjalo ir... ¿Qué quieres de él?

— Nada.

Relamió sus labios mirando fijamente a los del contrario. Acercó su mano hasta la boca del menor e introdujo su dedo pulgar en esta, obligándolo a chuparlo. El menor aceptaba sin quejarse, su mente ya no estaba clara, simplemente quería sacar de allí al pelirrojo, pero si no obedecía sería imposible.

Insane. [AizaBaku] -EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora