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Muñeco pero no juguete

"¿Voy por ti? Supongo que
tus padres ya se han ido al
aeropuerto."

"Espera, ya mismo preparo
mis cosas."

"Bebé, solo prepara tu uniforme
y tu mochila con cuadernos.
Te quiero en mi casa desnudo
todo el día."

"Pero puede surgir algo
y...no sé."

"He dicho que solo traigas eso.
Yo me encargaré del resto."

Jinyoung dejó su móvil a un lado y vio sus cosas. ¿Debería hacer lo que dijo el mayor? Sonaba algo absurdo. Pero no le quedaba más que obedecer si el mayor le decía que se haría cargo. Se sonrojó al imaginarse a él mismo diambulando por el hogar del mayor estando completamente desnudo mientras éste lo observaba. Si hacían haciendo eso, probablemente, ninguno podría resistirse demasiado, sería estar buscando constantemente que el otro lo ataque. ¿Cómo haría para contenerse alguna noche sin pedir como perra en celo que su papi lo tome? ¿Qué pasará cuando desobezca? ¿Mark lo castigaría durante el día o la noche? ¿Tendría permiso de darle besos de buenas noches y de buenos días? De algo estaba seguro, estaba ansioso por estar todos los días con ese hombre que había hecho su corazón latir desenfrenadamente solo con existir y que había logrado que su cuerpo se sintiera sensual y deseado. De su mente había hecho un caos pero eso era también un encanto. Se convirtió en su muñeco, en parte de la colección pero estaba seguro que se había dado su lugar porque no era usado como un juguete. Era una pieza importante en la vida del mayor. Era adorado.

"Está bien, seré un buen
niño y haré todo lo que
papi diga."

"Recuerda lo que has
dicho, bebé."

Su cuerpo entero tembló. Se estaba metiendo en la boca del lobo, lo sabía. Se estaba yendo por el lado peligroso, caminando hacia el mismísimo diablo con total seguridad y no le importaba. Porque el infierno tiene para Jinyoung toda la calidez que necesita su cuerpo y su corazón.

Mark llegó a su casa a las nueve de la noche. Era la segunda vez que lo buscaba en su casa desde que se habían conocido. Pero era mejor que sea durante la noche, de otra forma sus vecinos podrían notar que era extraño que él se fuera apenas sus padres viajaban. No quería correr riesgos por lo que tiempo antes de que el mayor llegara, le pidió si podría quedarse en el auto mientras él iba directo a él. Ahora lo observaba desde el pórtico de su casa con total desesperación porque Mark se negó y le dijo que pasaría por él literalmente. Hasta dijo que entraría a su casa. El menor no podía evitar sentirse ahora nervioso aunque algo en estas acciones de Mark le hacían bien.

—¿Me vas a invitar a pasar?—Jinyoung lo miraba con la boca entreabierta no pudiendo creer que tenía a su papi en su casa.

—Si, pasa...p-por favor.—dijo Jinyoung dando un paso al costado para que el mayor ingresara a su casa. Mark al fin se adentró, no mirando demasiado la casa, a sus espaldas oyó como la puerta era cerrada y cómo Jinyoung suspiraba volteó y besó a su chico en los labios estampado su cuerpo contra la superficie de la puerta.

—No sabes las ganas que tengo de besarte todo el tiempo posible ahora que estarás más tiempo conmigo.—Jinyoung llevó sus brazos alrededor del cuello del mayor mientras este lo sostenía posesivamente contra su cuerpo contra la puerta.—Enséñame tu habitación.—Jinyoung asintió y lo guió hasta su habitación. Mark no perdió detalle en el lugar viendo los posters de bandas que a Jinyoung le gustaban, viendo algunos cuadros con pinturas y otros con fotos de Jinyoung con su familia y con sus amigos, una sonrisa se plantó en sus labios al ver a un pequeño Jinyoung quizás de unos cinco años en una de las fotos. Era adorable. Luego vio la cama de plaza y media del menor, donde estaban los peluches de felpa que él acostumbraba regalarle. Vio hacia la repisa sorprendiéndose de la cantidad de libros que poseía Jinyoung, había algunos relacionados con la psicología, la antropología, entre otros, también había una biblia. Los colores de la habitación parecían infantiles pero a Mark le parecía algo muy Jinyoung, era como la personalidad misma del menor. Siendo todo un chico inteligente e imponente, con un lado dócil, infantil y adorable.

»Call me baby boy when we're behind the four walls«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora