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[Cariño, nadie dijo que duraría para siempre, eso no significa que no hayamos intentando llegar ahí.]

Esa mañana perecía ser diferente.

Al abrir los ojos observó su alrededor. El cielo es de tono opaco, algunos árboles extienden sus grandes ramas secas, una que otra hoja continúa unida a ellas. La brisa de aire fresco llega a su rostro como un cosquilleo tenuemente frío.

Se levantó del piso cubierto de pasto húmedo. Frotó sus ojos. Siente como si hubiese dormido por mucho tiempo pero ahora su cuerpo es más ligero, no tiene aquellas molestias provocadas por dormir tanto, es como estar renovado en el aspecto físico. Por mera costumbre estiró sus brazos y los flexionó un poco. Luego sus manos tocaron de nuevo el césped debajo de él, volteó a los lados y observó la gran cantidad de lápidas que se extendían por todo el lugar. Está en un cementerio.

No recuerda absolutamente nada, más que su nombre y aspectos básicos de él, incluso ha perdido la noción del tiempo. No sabe la hora o el día en el que se encuentra. El sentimiento de estar perdido llegó. Gulf Kanawut está confundido.

Después de un pequeño tiempo intentando recordar en vano, se decidió a levantarse. Vagó por el lugar sin dirección aparente hasta que topó con un pequeño grupo de personas, todos ahí parecen lamentarse, algo bastante común al encontrarse en un cementerio.
Mantuvo una distancia considerable y se quedó en esa posición mientras observaba en silencio.

En primera instancia, la escena de una mujer de cabellera canosa llorando desconsoladamente le hizo tener empatía por ella, se ve realmente mal. Internamente tuvo la necesidad de consolarla.

Una gran cantidad de tiempo pasó y Gulf aún permanecía en ese lugar observando en la misma dirección. Por alguna circunstancia desconocida para él, tuvo un sentimiento de pertenencia hacia aquel grupo de personas que se ha disuelto poco a poco con el transcurso del tiempo. Pertenencia hacia la mujer que aún con negación y lágrimas en los ojos abandonó el lugar. Pertenencia por la lápida recién puesta. Pertenencia hacia la única persona que aún está ahí, sin importar que pequeñas gotas de agua comienzan a descender del cielo.
Entonces tomó la iniciativa de acortar la distancia que lo separa de aquel hombre. No lo hacía porque tuviese curiosidad, si no porque algo muy dentro de él le decía que ahí es el lugar y la persona con la que debería estar.

Cuando se detuvo, quedó a uno o dos metros de distancia entre él y aquella persona.

Al ver su rostro no puede saber con exactitud su edad, aparenta juventud. Su piel es casi del mismo tono que la suya. Con rasgos definidos y masculinos.
El cabello castaño cae sobre su frente, parece no haberse peinado correctamente, aún así eso no afecta su apariencia atractiva. En pocas palabras, se trata de un hombre realmente guapo.

A pesar de estar parado frente a él, es como si fuese invisible, no hay reacción de la otra persona ante su presencia.

Pasado unos minutos el hombre por fin levantó la vista de aquella lápida, Gulf se sobresaltó pensando que el castaño lo notaría pero en cambio siguió siendo ignorado.

La mirada del contrario se posó en el cielo casi oscuro lleno de nubes grises y gélidas. Aquella mirada refleja dolor, pérdida y ausencia completa de alegría.
Sus ojos parecen buscar consuelo, las ojeras debajo de estos exponen que la persona no ha dormido en forma por un tiempo. A Gulf le pareció una pena que un rostro como ese expresará tal nivel de dolor y cansancio.

I Feel You | MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora