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[Ahora el día sangra hasta el anochecer y no estas aquí para que me ayudes a superar todo]

Gulf sonrió al recordar su juventud. El sentimiento de nostalgia le invadió pero esta vez acompañado de una sensación muy cálida.

Ahora entiende el porqué ese instituto le transmite tanta pertenencia.

Descubrió a la vez que en su vida cargó con esa enfermedad la cual no recordaba anteriormente.

Pero lo más relevante para él, es poder recordar la primera vez que conoció a Mew. Ese chico alegre y comprensivo con el que se casó. La misma persona que le hizo disfrutar cada uno de sus días, quien le hizo sentir libre de las cadenas que se había puesto asimismo. Su alma gemela.

Las inseguridades que tuvo cuando huyó de aquel departamento se desvanecieron. Gulf entendió que nunca importarían las circunstancias, Mew jamás lo rechazaría. El está seguro de eso porque en cada uno de sus días el pelinegro se encargó de repetírselo. Además era una promesa.

Pero aún hay una cosa que le falta por recordar, y está seguro de que necesita a Mew para poder hacerlo.

Teniendo eso cuenta, volvió a sentirse seguro y con ese sentimiento fue que se dirigió de nuevo hacía su hogar a buscar a la persona con la que debería estar.

El tenue resplandor del sol al amanecer se cuela por la cortina que cubre la puerta de vidrio que da al balcón. Los sonidos de una ciudad despierta se hacen notar entre el silencioso y reconfortante interior de aquel apartamento.

Dentro de esa habitación específica, dos hombres en sus treintas se encuentran cómodamente dormidos.
El castaño sostiene cariñosamente al pelinegro entre sus brazos. Su torso desnudo roza contra la tela de pijama que el menor porta. Entonces el sonido de una alarma matutina resonó, haciendo que Mew se despertarse. Aún adormilado y sin poder abrir los ojos, se deslizó por el colchón y desactivó aquel recordatorio de que un nuevo día y junto con él una nueva semana, comenzaba.

Talló un poco sus ojos en busca de poder despertarse por completo. Cuando la tenue luz matutina ya no le fue molesta, dirigió su vista hacia la persona que aún sigue dormida. Sonrió mientras comenzaba a acariciar los lizos cabellos que ahora se encuentran desordenados, la sensación cálida de observarlo en las mañanas era inigualable e indescriptible.

Sin poder darse el lujo de permanecer en esa posición durante más tiempo, se levantó y antes de dirigirse al baño dejó un beso en la frente de su compañero a la ves que cariñosamente le dedicaba dos pequeñas pero cariñosas palabras:

—Te amo.

Después de darse una ducha rápida se reincorporó en el dormitorio, donde Gulf yace sentado sobre el colchón, con su cara adormilada y cabellos desordenados. Sonrió al verlo con ese aspecto tan tierno.

—¿Qué quieres desayunar hoy?. — Preguntó furtivamente la persona que frota sus ojos.

—No tengo algo específico en mente. Pero lo que hay frente a mi se ve muy apetitoso. — El castaño respondió mientras se ponía su pantalón de vestir negro.

Aquel comentario juguetón tomó por sorpresa a Gulf, que fue abrazado provocando que volviese a caer de espaldas sobre la cama y que quedase acorralado bajo del cuerpo de su esposo.

I Feel You | MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora