capítulo 11

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―Dios mío Lisa, eres tan idiota.

―Cállate Rosé, tú eres la idiota aquí. No entiendo, ¿Por qué no me lo dices?

―Es porque eres muy tonta y me encanta jugar contigo.

(...)

Estaba en clase de matemáticas junto a Rosé, cuando la alarma de incendios empezó a sonar. Según el protocolo de la escuela, todos tenemos que esperar aquí mientras esté desprotegido.

Seguí mirando alrededor para ver dónde estaba Jennie, no miré hacia su clase, así que probablemente debe estar dentro todavía... ¡Oh! Ahí está. Una sonrisa apareció en mi cara después de verla y la vi dispararme una sonrisa también. Rosé nos estaba mirando con una sonrisa en su cara, no sé por qué.

―Dejame intentar algo― Dijo Rosé y me apretó el trasero.

―¿Pero qué caraj...?

―Shhh― Me giró para que yo quedara de espalda hacia el resto de los estudiantes y profesores, puso un brazo alrededor de mi cintura, mientras que el otro todavía seguía apretando mi trasero.

―Rosé, todo el mundo está mirando. ¿No te importa?

―No todo el mundo. Quédate quieta― ¿Quién no estaba mirando? Traté de dar la vuelta, pero Rosé me sostuvo y me mantuvo en el lugar― Aah, bingo.

Rosé deslizó la mano que estaba en mi cintura para agarrar un puñado de mi pelo. Después quitó la mano de mi trasero y la comenzó a mover alrededor de mi frente. Yo estaba segura de que atrás estaba... ¡Sí!

―Alguien no está feliz― Rosé se rió antes de besar mi mejilla y soltarme.

Me di la vuelta y vi a Jungkook viniendo hacia nosotras, llegó y empujó a Rosé lejos de mí.

―Detente, Kook― Fruncí el ceño. Siempre estaba celoso de todo el mundo y se estaba convirtiendo en un pequeño problema.― Estamos simplemente aquí.

―Tú detente, no necesito rumores de personas diciendo que ustedes dos son lesbianas y hacerme quedar como un idiota― Gruñó. Imbécil.

―Vete a la mierda, Jungkook. Esto es una conversación privada― Rosé le advirtió con su sello característico. La bestia se estaba apoderando de ella.

―Bebé, podemos vernos después de la escuela, ¿Si?― Le dije y por supuesto que se conformaría con eso. Sonrió, me besó y regresó a donde estaban sus amigos.― ¿Hiciste eso para hacerlo enojar?― Le pregunté a Rosé confundida.

―Él no era de quien yo estaba hablando― Rosé me sonrió antes de dirigir su mirada a otro lugar, pero fue perdiendo su sonrisa.― Mierda...

―¿Qué?

Miré hacia donde ella estaba mirando y vi a Jennie con nuestro profesor de educación física. Él estaba susurrándole algo en el oído y ella se reía y golpeaba su brazo, como si estuviera coqueteando. Entonces se acercó mucho más y ella se inclinó para besar su mejilla. Estaba tan cerca que no sabía que hacer, mi corazón podría salirse de mi pecho en cualquier momento.

―Lisa...― Dijo Rosé tocando mi mano. Estaba segura que se sentía culpable, tal vez quería darme alguna esperanza. Gracias a Dios no me había dicho nada acerca de lo que había descubierto, ella había sido testigo de esto. Porque si ella estaba mal y me decía lo contrario de lo que en realidad era... Estoy segura de que mi corazón se habría roto en mil pedazos.

―Estoy bien― En realidad no lo estaba. Mi voz quebrada hizo que Rosé se diera cuenta de ello. Me quedé pensando: Como una persona tan demente como Jennie podía poner su mano sobre su pecho mientras él hacía fuerza para que sus pectorales se marcaran, tratando de impresionarla, sin duda. Había visto su sonrisa hacia a mí muchas veces. Me limpié una lágrima, yo no necesitaba ver más.

―Ella coquetea muy bien, Lisa. Apuesto a que tiene un enorme ego y lo necesita para alimentarse. Es una serpiente― Rosé dijo tratando de hacerme sentir mejor.

Todo el mundo tuvo que volver a sus clases, Rosé tuvo que regresar a la suya, así que agaché la cabeza para decirle adiós y me acerqué a Jungkook. Él me vio un poco molesta y puso su brazo alrededor de mí para irnos a nuestra próxima clase, inglés.

(...)

―Buenas tardes, chicos― Ella incluso sonaba diferente.― Hoy tenemos que ver un documental, y también algunas hojas de trabajo. Vamos a ver el documental y a dar respuestas a las preguntas que hay en sus hojas, ¿Lalisa, quieres hacer este trabajo o uno distinto?― Ella sonaba amable, para nada coqueta. Todo estaba en mi maldita cabeza. Asentí, mirando el suelo. No la había mirado ni una vez desde que la había visto con ese tipo.

Recorrió el salón de clases y empezó a entregar las hojas de trabajo. Rezaba para que ella no se detuviera en mi mesa, pero lo hizo. Y entonces, me tocó. Tenía su mano apoyaba en mi espalda, no quería eso, así que giré mi cuerpo torpemente tratando de dejar su mano fuera, por suerte captó mi indirecta y la retiró.

―¿Te sientes bien, cariño?― Preguntó. No me digas cariño, apuesto que lo llamaste así a él. Asentí y decidí agacharme para verla por una fracción de segundo, antes de cambiar mi mirada a otra parte. Pude ver su ceño fruncido por la esquina de mi ojo y finalmente se fue.

Alcé los ojos para mirar la pantalla digital interactiva, en la que nos mostraría el DVD y me pregunté por qué nos hizo ver Romeo y Julieta en el televisor cuando ella tenía eso. Tal vez fue porque la película estaba en VHS y no en DVD, no lo sé, no soy buena con la tecnología.

Desde la pantalla que estaba justo encima de su escritorio, vi su figura. Yo estaba segura de que me estaba mirando. Me aventuré en mirarla y no me equivoqué, tenía la mirada fija en mí. Probablemente se preguntaba si en realidad me encontraba bien... No, yo no estaba bien y tampoco me iba a quedar para la tutoría.

Cuando terminé mi hoja y el documental, Jennie comenzó a juntar los trabajos y, como esperaba, se detuvo para preguntarme si estaba bien. Le dije 'Sí' en el tono más frío posible. Ella entendió nuevamente la indirecta y se fue.

(...)

Llegó el momento de irnos e inmediatamente me pegué a Jungkook, que puso su brazo alrededor de mí. Al menos era bueno para algo en este momento. Agarró mi mochila y salimos.

Estábamos en la mitad del pasillo, cuando oí a Jennie gritar mi nombre. Jungkook me miró y probablemente vio que no estaba de ánimo, así que seguimos caminando. Él me había dicho que no podía llevarme a casa, ya que tenía que buscar a su hermana menor de la escuela.

Me dirigí a la parada del autobús y me encontré con que no había mucha gente ahí, solo unas pocas personas, que segundos más tardes se fueron y me quedé sola. Ah, y si mi día no podía ser mejor, empezó a llover y no tenía mi campera. Sólo una remera y unos jeans ajustados. Perfecto.

Pasaron unos 10 minutos y yo seguía esperando el autobús. De pronto vi llegar un auto. La lluvia rebotaba en el capó, mojandome aún más. Sabía quién estaba dentro del mismo, y no quería ver.

Lujuria Oculta [Jenlisa; adaptación]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora