capítulo 34

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―¿Puedes quitarme estas cosas ahora?― le pedí amablemente después de nuestra intensa sesión de hacer el amor. Ahora estaba empezando a amanecer, habíamos durado toda la noche.

Jennie cumplió inmediatamente con mi petición, sacó una llave de su mesa de noche y desbloqueó las esposas que estaban alrededor de mis dos muñecas. Yo tenía razón al pensar que se adaptaron perfectamente a la atmósfera en el sexo, pero aún así, era una tortura no poder tocarla durante nuestros momentos.

Una vez que mis muñecas estaban libres, se acostó con la cabeza apoyada en mi pecho desnudo y me abrazó con fuerza.
―¿Cómo estuvo?― preguntó, trazando círculos con su dedo alrededor de mi pezón. Ella tenía la costumbre de hacer eso después de que hacíamos el amor.

―Wow― fue todo lo que pude decir. Sí, había sido agravante pero era probablemente la primera y mejor experiencia que he tenido.

Jennie sonrió y se acercó más, besé la cima de su cabeza y ella agarró una de mis muñeca, miró y masajeo las marcas rojas que estaban allí, supuse que se estaba sintiendo mal por ello, así que traté de tranquilizarla.

―Hey, estoy bien― sonreí.

―¿Te duelen?

―No― mentí.

―Está bien― no quería que ella se sintiera culpable por algo tonto como estas marcas que básicamente me había hecho yo misma luchando, inútilmente, debo añadir.

Hubo un silencio, uno que no podía describir. No era ni torpe ni cómodo, era extraño.

―¿Como estuvo la fiesta?― preguntó, con un tono firme.

―Rosé se divirtió arrastrándome por todo el lugar, toda la noche― me reí, con la esperanza de aligerar el estado de ánimo un poco, pero no fue el caso.

―¿Ella intentó hacer algo contigo?― preguntó, su voz sonó con un matiz de hostilidad. Eso era algo que no me gustaba.

―No, por supuesto que no lo hizo― fuuncí el ceño y me moví un poco, no me gustaba por dónde iba esta conversación.

―Yo quiero que seas honesta conmigo, Lalisa― dijo mientras se sentaba.

―Estoy siendo honesta.

―Si me entero de que estás mintiendo para proteger a tu amiga, no me va a gustar para nada.

Mientras trataba de ocultar mi ceño fruncido por el tonito de su voz, traté de recordar si Rosé había hecho algo. Finalmente recordé, pero me pregunté si debía decirle ya que realmente no era un gran problema.

Cuando miré a Jennie me paralizó con la mirada, al igual que hace semanas en el baño de la escuela cuando yo había acorralado a Rosé contra la pared. Su mirada me decía que fuera honesta, y yo no quería sacar su lado malo.

―Bueno... no fue una gran cosa, así que no hay nada de qué preocuparse― me encogí de hombros. Jennie no hizo ningún movimiento en absoluto, pero su cara reflejaba un poco de rabia. ―Tuve que mantener mi teléfono en mi top porque el traje no tenía bolsillos...― me detuve un momento, para ver cuál era su reacción.

―¿Y...?

―Bueno, cuando ella me esposó no podía agarrar mi teléfono, y en ese momento había vibrado, era un mensaje tuyo. Jungkook me preguntó si yo necesitaba ayuda para sacarlo de allí, pero antes de que él lo hiciera, lo hizo Rosé. Como te dije, no fue nada importante.

Miré a Jennie, y tenía la mandíbula tensa. ―Está bien. No voy a mentir y decir que no me molesta, realmente no me gusta que ella te toque en absoluto. Por lo menos te salvó de Jungkook. Sin embargo, si no lo hubiera hecho creo que me habría enojado.

―Jennie...― Está bien, esto hay que decirlo. ―No quiero ofenderte, pero... creo que quizás tenemos algunos problemas de confianza aquí, y los celos no se quedan afuera.

Ella siguió mirándome. Parecía herida, como si yo la hubiera insultado, o algo así.

―Ouch― respondió. Trató de levantarse, pero yo no se lo permití.

―Como he dicho, no lo digo para ofenderte, pero espero que si algún día yo actuara de esa manera me lo dijeras.

―No creo que esté actuando de alguna "manera", Lisa― bueno... alguien estaba en modo de negación.

―Muy bien, en primer lugar respóndeme a esto, ¿por qué tenías problemas si yo iba a la fiesta?

Ella abrió la boca para hablar, pero no salió nada. Frunció el ceño y pensó durante un rato antes de contestar.

―Nunca dije que no podías ir.

―No, pero no eras aficionada a la idea de que fuera, ¿y por qué fue eso?

Sin respuesta.

―Tú no querías que yo fuera porque no confías en mí, si hay alcohol o está Jungkook, el chico con el que tenía una relación, la cual terminé para estar contigo, el chico que le rompí el corazón, por ti. Tú significas el mundo para mí, ¿y piensas que lo tiraría todo por la borda por un par de besos? Ese es mi problema, no confías en mí y me duele.

―Oh bueno, y si nuestros papeles se invirtieran y tuviera un ex novio como él a mi alrededor, ¿no te importaría que me hablara, como lo hace Jungkook contigo? Ah, también mencionemos que estoy con alcohol en la mano― argumento.

―¡Yo confío en ti! Te guste o no, Jennie. No puedo ser tu "prisionera" las veinticuatro horas, ¡no puedes vigilarme a cada momento del día para asegurarte de si hablo o no con Jungkook, Rosé o cualquier otra persona! Estás siendo un poco posesiva y tienes que aprender a confiar en mí de todo corazón, Jennie.

Ella inclinó la cabeza.

―La cuestión es que no confías en mí. Si una persona apenas me toca, te enojas, ¿creés que no me negaría si alguien intenta algo conmigo? ¿Así es como tú piensas de mí?

Jennie parpadeo y unas lágrimas se cayeron de sus ojos, y aunque sentía que estaba siendo dura, ella necesitaba oírlo. Sí, tuvo un pasado de mierda, y unas malditas personas la trataron terriblemente pero esto no podía seguir así, esos celos, la posesividad... simplemente no era saludable para una relación. Para nuestra relación.

―Sería muy feliz si olvidaramos este incidente, Jennie. ¿Ves este collar?―
usé mi dedo para levantar su barbilla para que mirara el collar que me había regalado. ―Soy tuya, y no voy a ninguna parte sin ti.

La envolví en un fuerte abrazo y sentí que mi hombro se humedecio. ―Lo siento― susurró.

―Está bien, amor― apreté nuestro agarre, tratando de calmar su cuerpo tembloroso. ―Sé que esta no eres tú, solamente es una parte del pasado que te juega en contra, pero te prometo que yo nunca te engañaría, yo nunca abusaria de ti, yo nunca te haría daño, ¿y sabes por qué?

Me eché hacia atrás y tomé su rostro en mis manos, obligándola a mirarme con esos ojos color chocolate, ahora llorosos. Ella negó con la cabeza como pudo.

―Porque te amo, ¡maldición!

Jennie me miró fijamente durante lo que pareció un año, hasta que una sonrisa comenzó a extenderse por su rostro, dudé en sonreír también, pero fue inevitable.

Ella se apartó y se apoyó su frente en la mía, mi visión empezó a ponerse borrosa y la de ella igual, ya que ambas estábamos tratando de mantener a raya lo inevitable.

―Yo también te amo― sonrió y nuestras lágrimas cayeron. No tengo idea de por qué esto era emocional, pero el amor que sentí por esas cuatro palabras se apoderó de mí, no era como la corriente eléctrica que sentía cada vez que me tocaba, esta vez fue diferente. Este sentimiento era simplemente increíble, era perfecto.

La atraje para un beso y la abracé con todas mis fuerzas, no quería que me dejara nunca.

Lujuria Oculta [Jenlisa; adaptación]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora