Capítulo 5

30 2 0
                                    

—¿No te cansas de aparecer por cada jodido rincón? —

Venga porfa, quiero quedar con él, pero es que me da vergüenza estar sola. — Meghan.

Suspiro e ignoro el decimosexto mensaje de mi mejor amiga mientras dejo caer mi espalda sobre el frío suelo de parqué. Meghan lleva toda la mañana intentando convencerme de que le acompañe a una cafetería con Ian, y yo, por supuesto, me había negado; primero diciendo que los domingos eran de los pocos días de descanso que tenía y prefería no perderlo y después de que ella me recordara que siempre digo lo mismo, simplemente diciendo que no tenía ganas. Por supuesto esto no ha hecho que mi amiga deje de insistir.

Miro la hora en el móvil y veo que si no salgo de aquí ya, voy a tener que dar muchas explicaciones. Me pongo la sudadera sobre la camiseta de tirantes y me pongo los botines antes de meter la botella de agua y el pequeño altavoz que había traído conmigo en el gran bolso negro que tengo a mi lado.

Acelero el paso y, tras cerrar la puerta del local con llave, empiezo a rehacer mi cola, ya que mi pelo está más rebelde que de costumbre. Una vez que lo tengo controlado, me giro y suspiro cansada por lo que tengo frente a mí.

—¿Enserio? —Alzo la voz y niego con la cabeza con frustración.

Frente a mí estaba Meghan junto a Ian, ambos apoyados en el que supongo que es el coche de él. La morena me sonríe inocente y el chico se encoge de hombros dejándome saber que él es inocente. Pero, por supuesto, yo sé que todo esto es cosa de ella.

—Meghan, no. ¿Cuántas veces quieres que te lo diga? —Me doy la vuelta y empiezo a caminar en dirección a mi casa.

—Rachel, joder, ven aquí.

Obviamente, ignoro lo que ha dicho y sigo caminando, pero ella me alcanza y se pone frente a mi cortándome el paso.

—Hemos venido a recogerte.

Entrecierro mis ojos mientras la observo detenidamente.

—Por supuesto, habéis venido a recogerme para que te acompañe a la maldita cafetería a la que llevo diciéndote toda la mañana que no iba a ir.

—Bueno, pues si quieres vamos a otra, no te preocupes. —Me sonríe con gracia.

—Solo me voy a montar en ese coche si es para que me acerquéis a casa. —Alzo la voz mirando a Ian con una sonrisa de lado.

Veo como él asiente riendo y sin prestar atención a mi amiga, voy hacia el coche y me siento en la parte de atrás. Segundos después ella se monta en el asiento del copiloto y da un pequeño portazo dejando saber que está molesta. Suspiro preparándome mentalmente para lo que voy a decir a continuación.

—Entonces, ¿a qué bar vamos a ir exactamente? —Me echo hacia delante y apoyo mis brazos en los asientos.

Meghan me mira sonriendo ampliamente y deja un beso en mi mejilla.

Durante el camino solo he estado mirando por la ventana mientras ellos tienen una conversación bastante animada. Al llegar al bar nos sentamos en la mesa más próxima a la ventana, yo pegada a esta y mi amiga a mi lado mientras el chico había optado por sentarse frente a ella. Y tras pedir unas cervezas a la camarera, decido iniciar una conversación.

—Y bien, ¿cómo sabías que iba a estar en el local? —Miro a mi amiga mientras doy un pequeño sorbo a mi bebida.

—Siempre vas allí los domingos, y, como llevas ignorándome una semana, pues decidí pasar a recogerte con Ian. Porque, obviamente si te hubiese preguntado me habrías dicho que no. —Se encoge de hombros y repite mi acción.

D E M O N SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora