He's Perfect for Me ➳ McLennon

Capítulo XVI

   John y yo nos reímos al escuchar la cantaleta que Julian dijo hasta llegar a la puerta. Una vez ahí, se detuvo a mirarnos.

   —Pero, papá, ¿mamá sabe que Paul te gusta?

   —Julian, estás confundiendo las cosas —su padre le extendió la mochila—. A mí Paul no me gusta. Le lanzo besitos nada más para bromear.

   Lo miró incrédulo, y luego se rió a carcajadas.

   —Yo no pedí explicaciones, papá. ¡Y LE VOY A DECIR A MAMÁ!

   —Y yo le voy a decir que tú dijiste una mala palabra.

   Julian frunció el ceño.

   —¿Cuál mala palabra, papá?

   —'Mierda'. —Le recordó—. Dijiste esa fea palabra.

   —¡Pero eso no es una mala palabra, papá, es Stuart!

   —Julian...

   —¡Bueno, está bien! Pero tampoco es una mala palabra porque es lo que hacemos todos los seres humanos. Deberías normalizar el hacer mierda, papá.

   —¡Julian! —volvió a regañarlo, haciéndonos reír a él y a mí; pero John permanecía serio—. No digas esas palabras. Ni aquí, ni en la escuela, ni en ningún otro lado.

   —Sólo si tú dejas de ser amigo de Stuart.

   Era muy evidente que quien le ponía carácter a Julian era Cynthia. John no podía con él, y apenas lo tomaba en serio.

   —Se nos hará tarde para ir a la escuela. Y tu maestra no te va a poner el sticker de puntualidad. ¿Eso es lo que quieres?

   —No. En realidad quiero que Stuart salga de tu vida.

   Me reí, y John sólo se molestó más.

   —¡Julian, hablo en serio! Hay que irnos.

   —Iré a buscar mi bolso —hablé, dirigiéndome hacia las escaleras—. ¡Lo olvidé!

   —Está bien, te esperamos...

   John se sonrió un podo, mientras me seguía con la mirada hasta que yo desaparecí de sus ojos al estar en el segundo piso. Transité el corto pasillo, entré a mi habitación y cuando tomé la mochila que yacía sobre la cama, escuché el timbre de la casa.

   Y cuando escuché el: "¡AYYYY, QUÉ FASTIDIO!" de Julian, supe que se trataba de Stuart, la mierda seca que más detestada en todo el mundo.

   Resignado a estar en segundo plato, tomé aire y me dispuse a salir de mi recámara para estar de nuevo en la sala. Estaba decidido a irme solo.

   "... y por eso pasé por aquí", lo escuché decir mientras me acercaba cada vez más a su nauseabunda presencia. "¿Entonces nos vamos ya para llegar temprano a la cafetería? Por cierto, ese color durazno de tu camisa te queda de ma-ra-vi-lla."

   Qué rabiaaaaa, pensé. Y eso que John y yo íbamos a tomarnos algo de camino a nuestros trabajos.

   Stuart me miró cuando yo estuve en la sala, y yo, en vez de ignorarlo como quería hacerlo, le sostuve la mirada y alcé una ceja. Él llevaba puesto un suéter blanco, que era de una tela bastante bonita y con pelusitas; aquello lo había combinado con un pantalón lycra de color negro y zapatos bastante extravagantes de plataforma que eran de color plateado.

   Además, su maquillaje no era para nada sencillo: sus cejas estaban bien delineadas y maquilladas, al igual que sus ojos que lucían un smokey eyes entre plateado y negro, que complementaban un delineado fucsia que combinaba con su bolso del mismo color. En su cabello violeta se había hecho rulos, así que el mismo lucía ligeramente alborotado.