"¡MAMÁÁÁÁÁÁÁÁ!"
El desesperado grito de Julian me hizo correr hacia la puerta de salida de mi habitación de manera rápida. Recién despertaba, y qué manera tan rara de despertar.
Cuando estuve en el pasillo, me dirigí hacia su recámara al compás de Cynthia que salía de su habitación envuelta en su uniforme de enfermera y con el cabello húmedo. Por lo visto, John estaba duchándose.
—¡Jules!, ¿¡qué sucede!?
Aquello lo dijo cuando estuvimos dentro de la habitación del niño. Ahí, sobre su cama, yacía Julian envuelto en su cobija de autitos, con su pijama de pollitos y con un semblante lloroso. La luz estaba encendida, cosa que me dio a entender que Cynthia lo había hecho minutos antes para que el niño fuese despertándose poco a poco.
—¡MIRA MI CARA, MAMÁ! ¡ESTÁ FEA!
Y sí: tenía rosetones en su rostro, cuello y manos. Eso, sin dudas, nos alarmó a ambos y a John que estaba entrando en la habitación con la toalla envuelta en su cintura. Su cuerpo estaba empapado.
—¡Oh Dios mío! —Alarmada, Cynthia se acercó a la cama y sostuvo la carita de su hijo entre sus manos—. ¿Cómo no me di cuenta antes? ¿Te pica?
Gimoteando, Jules asintió.
—Estás intoxicado. ¿Qué comiste ayer?
—Comida.
Cynthia suspiró, y John se reprimió una risita. Le di un codazo para que se comportara y este me lo devolvió: luego yo le di otro codazo, el otro y así unas siete u ocho veces.
—¿Qué clase de comida? —ella volvió a preguntarle.
—La que tú me preparaste, mami.
—Pero aparte de esa, Julian.
—¡HELADOOO! Y en la noche bebí los jugos en polvo que papá me preparó.
La mirada que Cynthia le lanzó a John denotó molestia. Su rostro se enrojeció y, al parecer, no le importó que yo estuviera ahí para reclamarle.
—¿Cuántas veces te voy a decir que el niño no puede tomar esos polvos para hacer jugos?
—Yo creí que era nada más el de uva...
—¡NO, JOHN! ¡TODOS! ¿Por qué le das a Julian eso, ah? ¿Tanto te cuesta prepararle algo natural? ¿Te cuesta mucho licuarle frutas y hacerle un jugo de verdad?
Él se quedó en silencio, mirándola y apretando sus labios. Seguidamente —y sosteniendo el nudo de la toalla— se dirigió hacia la cama, se sentó al lado de Julian y le dio un beso en la mejilla llena de rosetones.
—Lo siento, Jules —le susurró, revolviendo su cabello con ayuda de su rostro—. Papá fue un tonto y no debió hacer eso, ¿sí?
—Tranquilo, papá. Ya estoy acostumbrado a tus tonterías. —Soltó una risita y le dio un beso en la mejilla—. Te quiero mucho.
—Agh —Powell rodó los ojos—. Está intoxicado.
—¡AH, NO! —John se separó rápidamente de su hijo—. ¡No quiero gente tóxica en mi vida!
Su hijo estuvo a punto de llorar, pero él, riéndose, volvió a abrazarlo rápidamente y le dio besitos en la frente.
—Mentira, mi Jules. Estaba bromeando.
—No puedes ir al colegio así...
—¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ! —Julian no tardó en celebrar: se colocó pie sobre el colchón y comenzó a dar saltos. En eso, me miró—. ¿¡PUEDO IR A TU TRABAJO, PAUL!?

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He's Perfect for Me ➳ McLennon
FanfictionPintaba mis uñas, mi cabello y aplicaba gloss en mis labios. Era hombre y me gustaban las mujeres. O al menos eso creía... Está prohibida y penada la reproducción total o parcial de esta obra (texto, ilustraciones, diagramación), su tratamiento i...