Recuerdos;

80 19 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



¿Cómo es que empecé a quererlo?

Bueno, no es algo que se me haga realmente fácil explicar.

Si bien era muy sabido en mi familia y amigos que yo amaba a Hoseok hyung, y le detestaba a él por pensar que era alguien que se interpondría en mi camino. Sin embargo hubo un día en el que decidí darme la oportunidad en conocerlo, tal cual era.

Abrí mi manera de ser, al chico pálido que era tan frágil y tranquilo.

Yoongi no era alguien que compartiera tan fácilmente sus pensamientos y sentimientos; Yoongi no era un chico que le gustara hablar mucho; Yoongi era tan curioso y alegre cuando todo se relacionaba a la naturaleza.

Exploraba los riachuelos, correteaba a las ranas que de estos salían, acariciaba a los cachorros de lobo que le seguían como si fuera su mamá omega.

Yoongi era único y él no tuvo algún resentimiento a mi manera de tratarlo. Incluso no tuvo miedo de volverse mi amigo, él en cambio quiso ayudarme de una manera tan linda en que me acercara a mi hyung, pero eso no pudo hacer cambiar mi manera de verlo, pues aún le veía como un amigo.

Pero hubo un día...Un día entre muchos que él siendo ajeno a lo que decía me confesó lo que sentía por mí.

Recuerdo con exactitud cómo sus ojos miraban un punto fijo en el suelo, analizando profundamente la planta que pronto daría sus frutos, sus labios rosados abriéndose en asombro cuando una brisa pasaba y movía las hojas de las misma, él sonreía porque pensaba que esa era la manera en que la naturaleza se comunicaba con él, en cómo el alma de la flor se mostraba contenta ante su presencia. Y entonces él empezó a hablar, casi puedo asegurar que había olvidado que yo estaba a su lado, mirando su suave y pálida piel.

—Las fresas me gustan mucho — había dicho, mostrando una sonrisa de felicidad plena — pero supongo que no más que Taehyung—

Y entonces él había cayado, sus mejillas tomando un ligero color rosado; Yoongi salió de su ensoñación y giró a verme asustado-

— ¡Olvida lo que dije! — Posó sus manos en su rostro, ocultándose como si de verdad de esa manera él pudiera huir de allí — Hablaba de otro Taehyung— decía en susurros entrecortados.

Pero sabía que mentía, pues éramos los únicos que él conocía sobre la tierra.

—Ya veo, ¡no te preocupes!— mencionaba tranquilo para hacer menos su pena.

Pero lo cierto, es que... en aquel momento mi corazón latió tan rápido como nunca en mi corta vida lo había hecho, mis manos temblaban y no podía pararlas por eso tuve que esconderlas detrás de mi espalda, mientras mis mejillas eran cubiertas por un rojo incandescente casi como la flama roja del fuego de una fogata.

Yo experimente cosas que nunca había creído y mucho menos que el causante de aquella nueva sensación, fuera ese chico delgado y pálido con una sonrisa que mostraba sus rosadas encías.

Desde ese día Yoongi estuvo más presente en mis días,

Ya no podía a salir a ningún lugar sin que él me acompañara; No podía pasar mis celos con Hoseok, pues mi lobo y yo lo único que queríamos era los mimos y caricias que dejaba en nuestros cabellos, Yoongi.

Ese olor especial que tenía tan único me arrullaba tan deliciosamente que a mí me gustaba quedarme dormido en sobre sus suaves muslos.

No obstante mi mente y mi corazón, llevaban una lucha campal. Mi corazón peleaba a muerte para que me quedara con él y mi mente con su escudo y espada me hacía aferrarme a Hoseok,

Entonces no supe qué hacer y solo conocí mi error hasta que le vi ser apartado de mí.

Comprendí hasta que se desvaneció de mis manos, con un último suspiro que se convirtió en mariposas azules, las cuales simbolizaban la esperanza para este amor.

Esperanza de que le volvería a ver.

Nuestro destino entrelazado no se equivocó, pues ahora la vida me daba una nueva oportunidad.

Su pelo era de otro color, sus mejillas estaban sonrojadas y aquellos hermosos ojos que tanto extrañaba me miraban mientras mi mano sujetaba con fuerza la suya.

Había viajado por dimensiones buscándolo y por fin lo encontré, en este mundo que nos haría ser felices por primera vez.

No importa si no me recuerda.

No importa si no tiene sentimientos por mí.

Yo lucharé por ganarme un lugar a su lado y haré que esté dulce sueño valga la pena.

Ahora lo tenía frente a mí. Yo sujetando con fuerza aquella mano que era tan delgada y un poco más pequeña a la mía.

Mi corazón, mi lobo, todo dentro de mi irradiaba felicidad. Pues después de dos años que pasé en esta dimensión, después de tantas búsquedas sin éxito, de tantas horas de sueño perdido, lo había encontrado.

Siendo tan lindo como la última vez que le recuerdo.

Deje de tomarle la mano, cuando Jimin con lágrimas en sus ojos empezó a llorar y llamarlo:

—¿Yoo-Yoongi?

Observe el asombro en el rostro del más bajo y tuve que girar y decirle a Jimin que parara, sin embargo el azabache tuvo dudas y su curiosidad fue mayor por lo que él preguntó:

— ¿Cómo es que sabes mi nombre? —




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Pollito-pan.

He tenido mucha tarea, perdón por el retraso.

"El Hilo Rojo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora