Soledad y Amor;

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— ¿Por qué haces esto?—

Había preguntado el lobo alfa, quien con sus brazos encerraba en un fuerte abrazo al pequeño chico que ya hacia inconsciente y débil.

—Creí que no volverías a lastimarlo—

Le dijo a la dama que lo observaba a la lejanía cerca del muro de rosas que Yoongi había creado.

La plateada dama en su mente se decía que tal vez su hijo sabría que vendría y si él no lo sabía, por lo menos su subconsciente había hecho un buen trabajo. De otra manera no entendía como es que ella estuviera sangrando de sus manos por tocar las espinas de las rosas de aquel muro que su hijo había creado, además que aquellas cicatrices no desaparecieran y a su vez pequeñas hemorragias comenzaran a trazar hilos de sangre por ambos brazos.

Sonrió satisfecha, sin duda Yoongi había aprendido bien todo lo que le enseño aunque ella se preguntaba cómo es que había logrado encontrar aquel veneno celestial que podía herirla. ¿Ella tendría que averiguarlo? o quizás podría aceptar que de verdad su hijo no quería estar más con ella. Podría tomarlo pero entonces...

¿Qué sucedería con todas aquellas dimensiones que ansiaban una identidad en aquel universo infinito?

Además que su único sueño de no estar sola nunca más se perdería y por mucho que ella amara a Yoongi, ella no quería sentir de nuevo aquella soledad fría...Ella no quería, no quería...

Ignoro lo que el lobo le decía y tan solo dio media vuelta mientras se marcha, no sin antes decir...

"Volveré"

Es cierto que su rostro siempre se me hizo parecido, qué sus ojos castaños siempre parecieron estar presente en cada uno de mis sueños como si me vigilaran en cada uno de mis pasos

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Es cierto que su rostro siempre se me hizo parecido, qué sus ojos castaños siempre parecieron estar presente en cada uno de mis sueños como si me vigilaran en cada uno de mis pasos. Su cálida sonrisa siempre pareció ser exclusiva para mi persona, pero sobre todo parecía que él trataba de decirme algo con sus pensamientos.

No lo había entendido...

No me había dado cuenta...

Siempre la respuesta estuvo en aquellos recuerdos que había bloqueado y encerrado en lo más recóndito de mí ser; incapaz de poder procesar que lo perdería en esta dimensión.

Mi yo del pasado y de otra dimensión, temían que el de cabellos castaños no me pudiera amar, como lo hizo en otro lugar. Por eso había decidido enmascarar toda la verdad, reprimir cada momento que compartí con él en aquella cabaña en donde sus habitantes me habían querido como yo nunca pude hacerlo conmigo mismo.

Sin embargo, ese era otro mundo; el cual había quedado atrás, ¡Yo no soy más ese chico! ¡No soy más aquel que está marcado con una media luna!

Las pesadillas habían vuelto, era cierto. La mujer plateada parecía querer siempre aparecer en ellas, sin embargo siempre había logrado escapar de aquellas, pero ahora me había alcanzado e incluso algo que era solo ficticio había tomado un cuerpo verdadero, que incluso llego a querer herirme. ¿Qué podía hacer?

"El Hilo Rojo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora