"El hilo que unirá a las almas gemelas que se llaman, corazones entrelazados con una o varias eternidades por vivir."
No importa la dimensión, ni el tu del pasado, tan solo los remolinos de sentimientos que se dispararon.
Aquella historia que por f...
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Una hora completa es la que transcurrió escuchando los reclamos que le hacia su joven papá.
Yoongi mantenía la cabeza baja mientras aceptaba el regaño del omega, miraba solo de reojo a su otro padre quien sostenía entre sus brazos a su hermanito y miraba asombrado la colorida habitación que había sido adornada por hermosas flores naturales de distintas formas y especies..
— ¿Cómo es esto, siquiera posible? —mencionó el alfa, tomando en su mano una margarita rosada, mostrándosela prontamente al bebé que estiraba sus manitas, pidiéndola.
Namjoon estaba fascinado con el cuarto floreado.
—¿Jungkook no le dirás nada a tu hijo?— dijo el omega frustrado al ver que su esposo no le ayudaba con el regaño hacia la rebeldía de su hijo mayor.
Siendo sinceros Yoongi sentía que su papá exageraba solo un poquito. Además no es como si él hubiera querido cambiarse el color de cabello. Había despertado de esa manera.
—Oh mi sol, deja en paz al niño, o es que no recuerdas cuando tú también eras joven y te pintabas el pelo casi siempre. — Mencionó el alfa con burla mezclada en sus palabras — Recuerdo igual, que los pobres de tus padres ya no sabían qué hacer.
—Eso es diferente — diría con enfado Hoseok. .
—No es nada diferente y tú lo sabes. — Jungkook respondería acercándose a su pareja — Además, mi niño se ve hermoso con aquel color menta—
— ¡Jeon Jungkook!— dijo enojado Hoseok.
Y de nuevo la joven pareja, empezaría una discusión mientras salían de la habitación del omega con cabello color menta, solo escuchándose a su ida el llanto del pequeño Namjoon que quería seguir oliendo la variedad de flores que llenaban el cuarto de su hermano.
(...)
—Y recuerda que no le debes dar tanta azúcar a Nammie—
Yoongi escuchaba con atención todas las indicaciones que su padre pelinaranja le decía antes de partir al supermercado que se hallaba al otro lado del pueblo; Si bien no estaba muy lejos, Yoongi sabía que los instintos de omega siempre reinarían en su papá y harían que esté siempre estuviera preocupados por ellos.
— ¿Haz entendido Yoonie?—
Con sus mejillas rosadas por el frío viento de la mañana y Namjoon pellizcándolas igualmente, el omega asintió en silencio.
—Muy bien, te quiero mi niño — dijo Hoseok mientras ponía un cálido beso sobre la frente de su hijo mayor y muchos sobre las regordetas mejillas del bebé que le veía partir.
Yoongi miró como su padre subía a la camioneta familiar y despidiéndose de ellos con un "Los amo" el joven padre se perdería en la lejanía de los caminos. El omega miraría a su hermanito y este le regresaría la mirada; ambos permanecieron callados mientras se miraban, y a su vez, poco a poco una traviesa sonrisa adornaba sus labios.
