"El hilo que unirá a las almas gemelas que se llaman, corazones entrelazados con una o varias eternidades por vivir."
No importa la dimensión, ni el tu del pasado, tan solo los remolinos de sentimientos que se dispararon.
Aquella historia que por f...
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«Es increíble la manera en la que el destino juega con uno.»
Aquella frase inundaba mi mente, mientras miraba al pequeño niño que protegía entre mis brazos inconscientemente.
¿Quién me diría a mí, que esto fuera a suceder?
¿Quién podría decirme que mi futuro estaba atado a este niño?
Quizás nadie...
No obstante cuando me dedico una sonrisa que hacía aparecer dos pequeños hoyuelos sobre sus mejillas y esos ojos rasgaditos que tenía le hicieron ver tan tierno cuando estos desaparecen una vez mostraba su alegría; aquello creo estragos en mi corazón y de alguna manera yo pensé en protegerlo.
Si hubiera sido en otro momento, en aquel donde me veía a mí mismo, enlazado al chico que estado a mi costado, probablemente me hubiera reído y no lo hubiera aceptado.
Quizás habría maldecido a la luna, de nueva manera por jugarme tan suciamente otra vez, pero...
Pero... ahora... es diferente.
La sensación de tener a esta cosa pequeñita, sonriéndome, me hace pensar que tal vez el tiempo que pase buscándolo, no le hace justicia a la belleza que me a dado como recompensa,
Y eso a su vez, me hace tener miedo.
¿Por qué? ¿Qué podría darle yo? ¿Como existiría amor, si el es tan pequeño? ¿Podría esperarlo?
Siendo yo alguien que toda su vida estuvo acostumbrado a solo servir y cuidar a la dulce dama plateada.
¿Como quererlo?
Si siempre me vi amando solo a un chico que era una ilusión de otra dimensión.
Aterrado deje a lo que era mi destino, sobre los brazos de su hermano. Y corrí.
Corrí dejando el lugar que me mostró la alegría y a su vez el miedo. Detuve mi andar cuando Taehyung me alcanzo y me detuvo tomándome de los hombros.
Girando al verle, note que había corrido demasiado, alejándome bastante de la casa de Yoongi.
Mi amigo y ahora hermano, me vio preocupado y me pregunto qué es lo que había sucedido y yo con un nudo cruzando mi garganta le dije:
—He encontrado a mi pareja.
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