Por una inquietante razón, sentía que le conocía...

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— ¿Cómo sabes mi nombre?—

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— ¿Cómo sabes mi nombre?—

El había preguntado, esperando una respuesta que aclarara sus dudas, el azabache no pudo discutir cuando el chico más alto, tan solo dijo:

—Mi hermano solo te confundió con nuestro primo—

Y por absurdo que parezca, Yoongi no quería ser visto como un familiar por aquel joven de sonrisa dulce.

***

Las cosas se volvieron extrañas entre ellos desde ese momento.

A pesar de que Yoongi se había interesado mucho de donde es que habían salido aquellos nuevos chicos- que al parecer iban al mismo colegio que él- y quería preguntarles hasta que supiera todo, interrogarlos de forma concisa, pero para pena de todos Yoongi no pudo hacerlo.

Y no es por qué no lo haya intentado.

¡Enserio que lo hizo! pero su lengua hizo su tarea pesada, ya que esta se trababa en su boca con cada oración que quería formular, trataba de tranquilizar su respiración para que el latido de su corazón no fuera escuchado, evitaba que el sonrojo de sus mejillas creciera con cada roce que sus brazos tenían mientras tocaban apenas perceptiblemente a los del chico castaño; Yoongi trabajó duramente pero sus nervios ganaron y carcomieron sus entrañas.

¡Y eso que Min Yoongi no era un chico timido!

Ellos habían caminado junto a él durante todo el camino que llevaba a la escuela y a pesar de que los extraños se mostraron muy amables con él; Yoongi no pudo cambiar su cara de seriedad.

No pudo decir siquiera un "Gracias" y "Adiós" cuando vio el portón de la escuela; Tan solo había caminado más rápido y se había pegado como garrapata a Kihyun, su amigo, el cual le dio un abrazo tan cálido apenas había llegado a su costado.

Yoongi solo pudo asentir, cuando el joven castaño se había despedido de él, con aquella gruesa voz que enviaba un escalofrío por todo su cuerpo. —Nos vemos luego, Yoongi—

El azabache quiso creerle, pero que significaba para el otro chico el "Nos vemos luego"

¿Era más tarde? ¿De camino a casa? ¿En el receso? ¿Cuándo es que se verían de nuevo?

Yoongi dejó salir el aire que inconscientemente había estado aguantando y miró con ojos de ensoñación al castaño que se alejaba.

El omega podría decirse que se había enamorado a primera vista, pero era tan tímido que solo su interés por el chico se había quedado en un platónico.

¿Tan rápido se dio por vencido? Pues si, ¿como no lo haría?

Yoongi tenía autoestima, pero no para acercarse al nuevo joven guapo del instituto.

¿Cómo supo que las cosa sería así?

Es una pregunta fácil de contestar, ya que fue bastante notorio en el instante que ambos jóvenes entraron al patio delantero de la escuela y en unos cuantos pasos que dieron ya habían sido rodeados por muchas hermosas y hermosos omegas.

Ambos ofreciéndose para guiarlos hasta la dirección de la escuela; Yoongi se sintió incómodo cuando miraba como se acercaban al más alto de los dos jóvenes.

— ¿Quiénes eran aquellos dos chicos?— pregunto Kihyun, quien al igual que él, miraba a la misma dirección. Observando como el tumulto que rodeaba a los dos nuevos alumnos, desaparecía junto con ellos. — ¿Yoongi?

Y fue en ese momento que Yoongi se dio cuenta, que no le había preguntado sus nombres.

« ¡Que estúpido soy!»


(...)


Ese día, sus ojos no pararon de buscarlo, sus pies no pararon de buscarlo en la primera hora del descanso, y a pesar de que dirigió rezos a la diosa Luna para que el alfa castaño quedara en su clase; Yoongi se vio decepcionado y con sus anhelos rotos y lanzados lejos cuando no miro al castaño entrar por la puerta de su salón.

Al parecer, por lo que le había mencionado su mejor amigo Kihyun, el alfa había quedado en una clase distinta a la suya, y eso, por una extraña razón lo puso triste. Sin embargo una pequeña luz de esperanza paso por el umbral de la puerta y se presentó con su profesora con el nombre de "Kim Jimin"

Siendo esté el extraño joven que le había confundido con su primo y sabía su nombre.

Yoongi había pensado que el chico lo había olvidado después de tantas caras nuevas, pero por increíble que parezca, el platino buscó su mirada y al encontrarla le sonrió con amabilidad mientras sus lindas mejillas se abultaban y provocaban que sus ojos se escondieran formando pequeñas medias lunas.

Su corazón palpitó con emoción y Yoongi tuvo la sensación de que le conocía de alguna parte.

Pero de nuevo todo era tan confuso...Quería divagar entre su memoria para ver si encontraba un recuerdo que le hiciera quitar esa duda. No obstante lo único que tenía eran imágenes borrosas, que causaban que su cabeza doliera.

Había estado tan distraído en su intento de recordar, que dio un brinco de susto en el momento que Jimin tomó asiento en la silla que estaba al lado de él.

—Yoongi, muéstrale a Jimin el tema que estamos viendo— dijo su profesora con seriedad. El omega asintió mientras giraba a mirar al platino que le observaba en silencio.

—Es bueno verte— dijo él.




Y Yoongi pensó que quizás tenerlo de compañero de asiento no estaba tan mal.



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Pollito-pan.

Me pregunto si esta historia tendrá final feliz :(

Hace tanto que la escribí que ya no me acuerdo jajaja

"El Hilo Rojo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora