Hilo Rojo.

64 19 4
                                    


Después de aquel día, las cosas se fueron tornando de una manera diferente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de aquel día, las cosas se fueron tornando de una manera diferente.

Había pensado que quizás las cosas cambiarían y que la brecha que me había encargado en crear entre aquel alfa y yo, se habría disminuido; Sin embargo era gracioso que pensara de esa manera, porque yo no tuve -ni busque he de admitir- una oportunidad más para hablar con Kim Taehyung.

"Creo que es aquí donde detesto esta parte de mí."

Era cierto que podía verlo de reojo, cuando venía a casa y hacia unos cuantos mandados que mi papá Hoseok le pedía. También podía verlo cuando paseaba por los pasillos al lado de Jimin, quien para mi gracia seguía huyendo del destino que tenía con mi pequeño Namjonnie; O incluso le veía cuando iba a hacer las pruebas del club del basquetbol y para suerte quien debería enseñarlo o cuidarlo era el capitán del equipo, pero no era tanto de la buena suerte porque eso no existía para mí.

Ya que era gracioso...pues yo era esa persona.

Pero mi pena era mayor y acercarme a él no era una opción. En esos momentos cuando le tenía frente a mí, parecía como si yo quisiera ahuyentarlo y en vez de decir cosas agradables, terminaba diciendo:

— ¿Qué es lo que vez Kim? —

No era la mejor de las frases, pero funcionaba para que él terminara riendo, y puede que su sonrisa fuera la cosa más bonita que haya visto en toda mi vida.

—Eres gracioso— diría, mientras terminaba cualquiera de sus labores.

No obstante sus ojos me analizarían de pies a cabeza, pero por alguna extraña razón, siempre terminaban deteniéndose en mi frente. Con su vista esperaba encontrar algo, pero aquella curiosidad que mostraban sus castaños ojos, era suplantada por una nostalgia. Una nostalgia que provocaba que dentro de mí algo se quebrara y quisiera gritar de pronto:

—¡Aquí estoy, Me has encontrado!—

Raro... Ninguna palabra me podría definir mejor que eso.

Soltaba un suspiro mientras comía aquel almuerzo que había comprado. Al parecer a mi padre se le había olvidado, quizás porque estuvo más preocupado en darme otro hermano.

Kihyun a mi lado, me contaba la película que había visto la noche anterior, y en un momento yo lo escuchaba, pero mi atención fue desviada, cuando a lo lejos, cerca del campo de futbol y la pista de atletismo, una pequeña figura platina llamo mi atención.

No habría hecho caso hasta que un helado viento helo mi cuerpo, enviándome un terrible escalofrió y fue mucho más extraño cuando alguien me hablo al oído en un susurro:

«Yoongi,mi pequeño hijo»

Me quede helado, completamente estático. La voz era dulce, encantadora pero a la vez tenía cierta amargura.

«No puedes deshacer un lazo que te une a mi»

—¿Escuchaste eso?— le pregunte a mi amigo, pero Kihyun me miro extrañado y tan solo hizo una señal de negación, mientras se encogía de hombros y continuaba hablando ahora de un joven alfa que lo estaba cortejando. Pero yo estaba tan confundido y distraído que lo único que pude hacer fue ponerme de pie y disculparme con él.

Salí corriendo de la cafetería, buscando con mi mirada aquella silueta plateada, que se desvanecía con cada suspiro helado el cual proporcionaba el cielo con su clima nublado.

«Eres y siempre serás mi hijo. ¿Cómo se te ocurrió que podrías abandonarme?»

Caminaba siguiéndola, mis pies temblando con cada susurro que el viento me daba.

Me detuve cuando tuve a aquella figura frente a mí. No podía ver su rostro, pues solo era un montón de motas doradas y plateadas; A nuestro alrededor una neblina se acrecentó y nos encerró para llevarnos a otra dimensión.

Ella con aquella delgada figura camino hasta mí, mientras estiraba su brazo y me señalaba. En lo que parecía ser la punta de su dedo, una luz creció y ella la dirigió a mi frente.

«Con esta marca yo te sello y te uno a una vida junto a mí, a las dimensiones que creare siempre para ti y solo por ti»

Yo no podía entender lo que decía, pero de alguna manera mi cuerpo parecía saber la respuesta y él utilizo lo poco que yo tenía. De un manotazo alejo aquella delgada mano de mi frente y sin poder creer lo que hacía deje libre aquel poder que siempre escondí.

Con mis manos y con hechizos que desconocía, empecé a defenderme.

"Un ser se defendía dentro de mí, su alma me rogaba luchar. "

Suplicaba poder ser libre ante la tiranía de esta silueta que con cada avanzar hacia que yo perdiera aquella voluntad.

Cree un muro de rosas negras donde sus raíces llenas de espinas puntiagudas me protegerían y evite a toda costa que aquel ser se me acercara, pero fue inútil porque mi fuerza era escasa y los pocos hechizos que conocía se llevaban toda mi energía.

Mi frente se empapaba con el sudor del sobre esfuerzo, de mi mano donde salían las flores que me protegían, le escurrió un hilo rojo de sangre. Estaba al límite de mi magia.

Caí rendido al suelo y creí que aquello que había estado evitando por fin me alcanzaría. Sin embargo, no fue así.

Pues frente a mí, ya hacia Taehyung encerrándome en sus brazos.

La vista se me nublaba, mis sentidos fallaban pero pude sonreír antes de caer dormido, Cuando él dijo:

—No importa la dimensión, yo siempre te encontrare y te protegeré, Mi pequeño corazón. Aunque esa divinidad proclame ser tu madre.



Pollito-pan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pollito-pan.

"El Hilo Rojo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora