Bajo los efectos de Chanyeol (CHANHUN) Erótica

4- Soy Prohibido

Gimo desesperado, producto de las embestidas de su lengua en mi cavidad bucal. Me estremezco y me retuerzo bajo cada toque de su palma sobre mi caliente piel. Él me hace desearlo; me hace querer más, el deseo me consume pero no me aparto, quiero saciarme.

1 hora antes.

-¡Déjalo ya, Kris! - Por fin la voz de Chanyeol se escucha y el sentimiento de alivio es inexplicable. El tal Kris finge no escuchar y se acerca más a mí con feroces ojos de cazador. - DIJE QUE LO DEJARAS DE UNA PUTA VEZ, ¡JODER! - Grita enojado.

Chanyeol da una última calada a su cigarrillo y lo avienta lejos de él. Se para lentamente de la motocicleta y camina despacio encorvando levemente sus hombros, descubro que me encanta su forma de caminar.

-¡Oh, vamos amigo, yo lo vi primero - Kris se aleja de mí - Siempre te llevas los mejores, Joder - murmura como niño pequeño.

-El no me interesa - Su voz es fría, inexpresiva. Intento que mi cara no refleje las heridas que me dejan sus palabras - Te dije que no quiero líos en la escuela, así que déjalo en paz, imbécil.

-Bien - Resopla el aludido rodando sus ojos. Se aleja a regañadientes del lugar y por fin vuelvo a respirar.

-Gracias!- murmuro

-Eres un idiota - Me mira con enojo. ¿Pero qué coños le pasa?, casi soy violado por sus jodidos amigos y el sólo me insulta. El enojo se filtra en mi sistema, tengo ganas de estallar y golpear su cara tantas veces que quede desfigurado.

-Y tú eres un imbécil, Yo no necesito tu ayuda, así que lárgate - El enojo habla por mí.

- Si... noté que tenías todo bajo control - su mandíbula se endurece, se queda mirándome para luego apartar la vista y girar sobre eje - ¡Muévete... nos vamos! - me dice pero mis pies están sellados al suelo, no comprendo lo que me quiere decir, ni siquiera estoy seguro de que sea a mi, a quién se refiere.

-¿Es que también eres sordo? - Espeta girando su cabeza sobre su hombro.

-¿A-a dónde? - Tartamudeo.

-Te llevaré a tu casa - me informa abriendo la puerta de copiloto del único auto estacionado. Mis ojos van de la puerta abierta para mí, a su cara enojada. No pienso subir allí. Ni muerto.

-No quiero que me lleves, puedo andar. - Mascullo inquieto.

-Entra, no tengo tiempo para esto. Haré mi obra de caridad del día y te dejaré en la maldita puerta de tu casa - Vocifera aún más molesto.

-No iré contigo a ningún lado - Me armo de valor, quito mis ojos de él y cruzo mis brazos en señal de que no pienso moverme.