Bajo los efectos de Chanyeol (CHANHUN) Erótica

6- Muy Ardiente

Escena sexuales, vocabulario fuerte... leer está bajo tu exclusiva responsabilidad.

-¡Buenas noches! - Chanyeol me ve con una sonrisa socarrona en los labios

-¿Q-qué haces aquí? - pregunto nervioso.

Muerde la parte interna de su mejilla antes de contestar - Mientras conducía hasta acá, intenté inventar una buena excusa de porque estoy aquí, pero no se me ocurrió nada - dice sincero con una enorme sonrisa mostrando sus perfectos dientes.

-Dijiste que me querías alejado de ti. - no pude evitar quejarme.

-Dije que debes alejarte... pero si me preguntas lo que quiero... - murmuró en tono sugerente.

-¿Qué quieres? - La ansiedad se cuela en mi voz. Y no se por qué le pregunto, después de las confesiones de Kai, debería cerrarle la puerta en las narices pero no soy capaz. Mis manos junto con el resto de mi cuerpo tiemblan al tenerlo frente a mí.

-Por el momento, entrar - ¿Entrar ?, ¿Qué le digo ?, obvio no, claro que no lo dejaré pasar, lo miro nervioso y me percato de las miradas que le lanza descaradamente a mi cuerpo. Me siento expuesto ante él, Mi suéter que me llega a menos de la mitad de mis muslos, no me cubre lo suficiente.

-Pasa - susurro, retrocediendo y abriendo la puerta para él, espero que pase, cierro sin apartar mi vista de su espalda, echo una inocente miradita a su trasero enfundado en pantalones apretados y negros e instintivamente muerdo mi labio inferior ¡Dios! Es que ¿por qué lo hiciste tan bueno?

¿Quieres tomar algo? - Pregunto. Toma asiento en el sofá sin que se lo ofrezca y estira sus piernas.

-Agua - dice recorriendo la casa con la vista.

-Ponte cómodo, ya vengo - murmuro antes de escapar de su presencia.

Estoy completamente loco, ¿Qué parte de tengo que alejarme de él fue la que no entendí?. No debí dejarlo pasar, no debí. Mis manos apuñan dolorosamente la encimera y respiro hondo intentando controlarme.

-¿Y tus padres? -Su voz ronca demasiado cerca me sobresalta, me giro de golpe y lo veo cruzado de brazos mientras recuesta su hombro en el marco de la puerta.

-N-no están - me reprendo mentalmente por la información - Pero regresarán pronto - miento tratando de sonar lo más tranquilo posible.

Le doy la espalda un momento y abro la repisa; tomo el primer vaso que encuentro, abro el grifo y prosigo a llenarlo con agua. Soy consciente de sus pasos acercándose aún más, me giro, levanto el vaso y se lo ofrezco haciendo mí más grande esfuerzo por que no tiemble mi mano.