Capítulo 6.

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Hubo más silencio incómodo después de ese arrebato de parte del villano, pero ya no hubo tanta presión para que la conversación continuara. Se dedicaron a beber en silencio. 

El científico con prisa apuro varios tragos, esperando que los nervios se desvanecieran un poco por los efectos de la bebida.

Pasaron las horas y una calma peculiar invadió la oficina, subordinado y jefe tuvieron una extraña, pero armónica conversación. El joven científico parloteaba, con la lengua suelta por el alcohol, sobre cientos de ideas diferentes: armas de destrucción masiva, maneras más efectivas de torturar héroes y villanos, sin matarlos, alargando su agonía indefinidamente, una seguridad más poderosa para la mansión y aparatos de control mental, tenía tantas ideas en mente que sus balbuceos no le alcanzaban para mencionarlas todas. Black Hat se dedicaba solo a escuchar con una perversa sonrisa, imaginándome los nuevos videos para promocionar sus nuevos productos.

—¿Señor, puedo hacerle una pregunta?

—Ya la hiciste —gruñó el demonio mirando su copa.

—Otra, señor— el de negro asintió y lo hizo señas para que continuará — ¿Por qué me escogió a mí de entre todos los científicos que hay en este mundo? ¿Por qué? Estoy seguro que hay mejores.

—Ya hizo tres preguntas, solo le di permiso para una, doctor. Como veo que le gustan tanto las preguntas le responderé con más preguntas —Black Hay hizo un breve ademán de servirse más de ese exquisito veneno, pero terminó regresando la mano para ver fijamente a los ojos del humano— ¿Que acaso ya no quiere trabajar conmigo, doctor? ¿O es su insana curiosidad alimentada por el alcohol que corre en sus venas el que habla por usted? ¿Le apetecería escuchar una historia?

—¿Una historia? Señor, sus preguntas no tienen mucho sentido, ¿no sería un buen momento para dejar la botella?

—Cállese y escuche. El veneno me dejó tranquilo y tengo ganas de hablar, aproveche ahora, que tal vez le puedo responder algunas dudas, pero formule bien sus preguntas ya que no podrá volver a hacerlo. Le responderé ahora una que ya formuló, pero a mi manera, con enredos y misterios. ¿Por qué lo escogí? ¿Por qué usted entre tantos científicos, no solo de esta era sino de todas las eras en esta tierra?

>>Simple, muchos científicos antiguos me sirvieron y murieron, así es la vida mortal. Podría revivir a grandes científicos como el famoso Albert Einstein, los podría atraer a mis garras de muchas formas, pero eso no asegura que me obedecerán al pie de la letra, tal vez deseen revelarse y termine torturándolos o matándolos, eso no me sirve. El revivir personas tampoco es tan efectivo, entre más tiempo lleva muerto más va desapareciendo su conciencia, lo que lo hace un ser consciente y pensante está demasiado opaco y apagado. ¿De qué me sirve un cascarón que ni siquiera puede parpadear de manera correcta? Mucho menos me va a servir para construir armas. Por muchos años estuve buscando un buen científico, me topé con algunos, pero no me convencieron y duraron poco. Un día muy aburrido decidí salir a explorar el mundo, me topé con varios héroes, y villanos, con humanos sin gran importancia, deambulé por horas, quizá tal vez días, solo continuaba esperando algo, o tal vez buscando. Hasta que llegué a una casa, que de cierta forma me llamaba, me invitaba a observar en la oscuridad. Entré en la casa convertido en sombras, una débil voz se escuchaba en uno de los pasillos, una voz infantil. Era un niño que jugaba en la oscuridad del pasillo, era tan frágil y pequeño que apenas y destacaba en el oscuro cuarto, pude haberlo matado y no se hubieran dado cuenta hasta muy entrada la noche, podría divertirme un rato viendo llorar a sus padres mientras veían los pedazos de lo que alguna vez fue su hijo, pero solo me quede ahí plantado observándolo armar un extraño aparato.

 Cuando estoy oculto entre las sombras nadie puede verme, algunos logran sentir un frío extraño, pero nada más, ese niño volteo a donde yo me encontraba, me miró fijamente como si supiera que yo estaba ahí, dejó de lado con lo que estaba jugando, solo concentrándose en mí, lentamente se paró y se acercó con cautela extendiendo poco a poco su brazo como si tratara de tocarme, pude haberme quedado en las sombras y simplemente dejarlo pasar, pero la curiosidad ganó y mostré mis ojos, que brillaron en la oscuridad iluminando levemente el pasillo, el niño solo dio un breve saltito de sorpresa pero siguió mirando fijamente a mis ojos tratando de comprender esas extrañas luces. Le sonreí con la intención de asustarlo y que saliera huyendo, pero hizo algo que me sorprendió, sacó una pequeña arma de su espalda y me apunto, le temblaban las manos. “No quiero hacerte daño, solo que no se si tú me quieres hacer daño, ¿me entiendes? Primero va mi protección, luego la tuya. Muéstrate o disparo” Pude haberme esfumado o degollado al crio por su impertinencia, pero solo adquirí su forma y salí de las sombras mostrando el delgado cuerpo del niño como si fuera mí propia piel, solo bastó decir “Buh” para que saliera corriendo y su aparente valentía se esfumara como una vela al apagarse. No soportó verse a sí mismo. Me sorprendió un poco su aparente valentía, estaba dispuesto a disparar, estaba dispuesto a atacar para salvarse, estaba dispuesto a matar.

La voz del demonio se había apagado poco a poco durante el relato, ahora solo era un susurro que no sería audible de no ser por el propio silencio del lugar, dio otro trago y continuó con su relato, consiente que el humano estaría los suficientemente ebrio al día siguiente como para recordar algo, él mismo sentía esa somnolencia cubriendo su cuerpo, debió haber dado tragos más lentos.

>>Terminé visitando a ese niño varias veces, el niño terminó por acostumbrarse a mi presencia constante, pensando que solo era alguna paranoia suya, algún producto de su imaginación. Poco a poco me di cuenta de la locura que albergaba aquel joven humano, disfrutaba de lastimar a los de su alrededor de manera oculta. Todos pensaban que era un debilucho nerd, pero quien realizaba muchas cosas peligrosas y extrañas en su escuela no era nadie más que él. Prefería estar encerrado que salir y tener que convivir, lo único que realmente le importaba aparte de estudiar y sus modelos a escala de aviones era su pequeño perrito, lo cuidaba como jamás cuidaba a ningún ser vivo, era su adoración, lo único que le hacía sonreír en lo que era su vida. Que lástima lo que le paso, hubiera sido una buena mascota.

"Bello rostro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora