"Bello rostro"

Capítulo 7.

—Flug, ¿Qué te estaba contando? — Estaba seguro de que estaba contando un relato, pero su mente estaba demasiado revuelta como para recordar incluso donde estaba.

—Me estaba respondiendo mis preguntas, me contó un cuento sobre un niño volador —respondió después de unos momentos tratando de ordenar sus pensamientos. El alcohol le hizo arrastrar un poco las palabras.

—¿Qué niño? — interrogó, no recordaba a ningún niño, ¿un niño se había metido a la mansión? ¿Qué era un niño? —Humano raro, dime de qué niño hablas. ¿Oye y dónde está Flug? Estaba aquí hablando de cosas raras y de repente se esfumó, ¿quién le dijo que se podía ir? ¡Maldito desgraciado!

—Yo soy Flug, no me he ido, pero ¿quién es usted? Mi jefecito se enojará mucho si se entera que alguien se metió a su oficina y se está tomando su veneno— Respondió nervioso, ¿Dónde estaba su arma? Si el tipo raro se movía le dispararía con lo primero que encontrara y seguramente recibiría felicitaciones de parte de Black Hat.

—Si te soy sincero, ya no se porque sigo con esto, todo es parte de un plan, pero ¿realmente vale la pena? Llevo años siguiendo el condenado plan y solo me ha llevado a aburrirme, estoy pensando en acabar con este planeta, sería rápido, pero aburrido y, ¿Por qué Flug no puede simplemente dejar de hacer el mismo invento? La primera vez fue una muy buena idea, pero sigue sucediendo, y yo, solo  dejo que suceda.

El demonio se removió en su asiento pensando en lo que acababa de decir, él sabía cómo acabar con todo, lo sabía muy bien.

 Movió su mano para agarrar una de las botellas que estaban sobre la mesa y servirse un poco más, quería dejar de pensar, ese pequeño movimiento fue suficiente para asustar al humano que solo estaba esperando cualquier cosa para atacar. Movió su cuerpo tanto como su embriaguez lo dejó y sacó algo de su bata, sin reparo de las consecuencias disparó. 

Directamente al rostro del ser enfrente suyo.

 *

La oscuridad era enorme y lo consumía todo, le hacía querer seguir dentro suyo hasta desaparecer, quería olvidarlo todo, sobre todo al maldito dolor de cabeza que sentía, por algo no tomaba. Se sentía humillado tan solo de recordar.

El “arma” que sacó ni siquiera era un arma, era un juguete de 5.0.5, se lo aventó a la cara y el demonio solo atinó a reír a carcajadas por tal acción. 

De un chasquido se quitó la embriaguez y arrastró al científico a una pista de baile en el fondo de su oficina, al parecer tenía ganas de bailar o de torturar a Flug. Sabía perfectamente que Flug solo bailaría para él.

La música sonó con unos ritmos tranquilos, invitando a Flug a danzar a su lado, lentamente agarro la mano de Black Hat y se dejó guiar sobre las olas de tan hermoso ritmo, con torpeza avanzaba y daba vueltas tratando de estar a la par del demonio. La música se adueñó de su ser haciéndolo sentir más fuerte su embriaguez y la bruma en su cabeza.

La música se intensificó, inundaba el cuarto, inundaba su ser. Quería detenerse, solo sentía vergüenza de sí mismo al tropezarse con sus propios pies, entre más danzaba más le dolía cada músculo en su cuerpo.

*
Una hermosa pista de baile era lo que había, un ser que con sombrero y un humano con bata blanca eran quienes bailaban, ambos metidos en su propia burbuja. Su alrededor había dejado de existir para convertirse en una distracción efímera.
Mientras que Flug trataba de evitar la mirada de Black Hat, este buscaba la manera de obligarlo a que lo vea a los ojos.

Solo bastó alargar mínimamente su brazo para alcanzar la bolsa en la cabeza de Flug y retirarla de su lugar. Mientras caía lentamente, y parecía congelarse el momento, finalmente, esos ojos le miraron.

De manera ligeramente retadora, Flug no rompió el contacto visual y trató de guiar el baile, un tropiezo y su valor se esfumó al igual que un susurro en el aire.
Quién sabe cuántas horas bailaron, pero por primera vez en su vida Flug sintió algo al escuchar una canción, por breves segundos entendió el porqué de este amor sin sentido a la música.