Capítulo 8.
Demencia está aburrida. El oso no estaba, Flug no estaba, su amorcito no estaba. No había nadie en todo el maldito edificio, no había ruidos de algún disparo lejano hecho por Flug o el sonido de los motores de los hat-bots, no se escuchaba la aspiradora por ningún lado, incluso los pasos o gruñidos del oso. Simplemente no se escuchaba nada.
La dejaron sola en su jaula durante más de un día, pasaron los meses, los años, poco a poco muriéndose de hambre, envejeciendo conforme el tiempo avanzaba, la electricidad aún funcionaba dejándola encerrada a la merced del aburrimiento y solo pudiendo ver los mismo cuatro muros una y otra vez...
—¿Demencia? ¿Qué haces rayando las paredes de nuevo? Ya Black Hat te dijo que te dejara sin comer si lo sigues haciendo— Ni bien terminó de hablar, Demencia ya había escalado los muros de su jaula y lo había golpeado en su frenesí por huir.
—Maldita loca, siempre salgo herido por sus tonterías. Ojalá algún día le pueda poner un collar con sedantes o algo para controlarla, eso sí que ayudaría, tengo que decirle esa idea al jefecito
El doctor siguió divagando mientras trataba de recoger los destrozos que había dejado Demencia, finalmente se rindió y llamó a los Hat-bots de repuesto para que le ayudarán.
*
Estaba feliz, después de varios días ya podía estirar las piernas y correr todo lo que quisiera, tenía tanto que hacer, tantos robots que destruir; tantas misiones acumuladas. Iba saltando, caminando por las paredes, manchando y rompiendo todo a su paso. Era el caos encarnado volviendo a la vida después de un breve descanso.
Tenía que visitar a sus mascotas y ver qué premios le habían traído, sus pobres bebés, deben estar hambrientos. Normalmente les daba las sobras de su propia comida, pero los últimos días no le habían dado a probar ni un bocado así que tendrían que buscar por su cuenta que comer.
No entendía el encierro, no recordaba haber hecho algo realmente malo, y esa palabra era bastante relativa tomando en cuenta quien era y que hacía.
Dos años atrás las cosas eran menos extrañas, vivía su nueva vida y la disfrutaba y eso era lo único que le importaba. De la nada las cosas se empezaron a transformar en una maraña de situaciones inusuales que se volvieron tan comunes que se volvió normal y dejaron de llamar la atención, pero ella nunca dejo de ver los pequeños detalles, esos detalles que estaban en mayúsculas y subrayados.
Como su memoria, que se fragmentó desde que llegó a la mansión. A veces parecía que Black Hat y la organización fue lo único que hubo en su vida, realmente no se cuestionaba mucho eso sino recordaba entonces no era importante, a veces recordar duele.
Lo único que está arraigado en su mente es el hambre, siempre tiene hambre, es como si su cuerpo estuviera tan acostumbrado a está sensación que es lo único que puede emular, por eso mismo su castigo es privarla de alimento, saben que es lo único que la debilita lo suficiente como para quedarse tranquila, lo único que realmente la puede volver obediente. Y no hay nada más importante para Black Hat que la obediencia ciega.
Demencia tiene que buscar a sus mascotas, odia que pasen hambre, sus mapaches de seguro están llorando en su casa improvisada de cartón. Tal vez mate a la mascota del vecino frente a la mansión o le robe a Flug alguna persona que tiene guardada en su laboratorio, siempre que hace eso Flug le manda a traer una del continente, hubo un tiempo en que se empezaron a notar las desapariciones en la isla y eso hacía ver mal al negocio y nadie quiere eso.
Ya encontró a sus mapaches, están royendo unos huesos que aún están frescos, hay algo de pelo azul tirado alrededor. Demencia finge no verlo, finge que no le vacila la sonrisa y que no siente ese pesar en el fondo del estómago, pero este pesar es consumido por el hambre y si Flug le estaba hablando con tanta normalidad es que nada a pasado, solo es algún animal silvestre con el pelaje sorprendentemente azul, alguna criatura de la isla que ella no conoce.
Con eso en mente se pone a pelear con su roedores por los huesos que quedan, se nota que ellos están bien alimentados y es la carne o ellos, lo saben perfectamente y la dejan comer.

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"Bello rostro"
FanfictionUn dolor intenso en su espalda le hizo gritar, para cuando termino el grito ya se encontraba en la oficina de Black Hat. Él lo había llamado. Hermosa portada hecha por: @dumb_trash_ ♥️ Para los Desvelados. Los personajes no me pertenecen son de Alan...