¡Perderás La Cabeza!<Karnaland>

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Todo el pueblo de Karmaland había entrado en caos total.
Las llamas se expandía a cada segundo dificultando las misiones de busqueda y rescate de la policía y guardia personal del alcalde el humo hacia insoportable respirar entre las ruinas del, alguna vez, alegre pueblo que ahora se hundía entre las el fuego y los gritos de sus habitantes que trataban de sobrevivir entre la destrucción de lo que conocían como su vida cotidiana, la policía guiaban a los aldeanos a un bunker subterráneo debajo del ayuntamiento, tan fuerte que podía resistir dos bombas nucleares y seguir en pie muchos ya eran atendidos bajo tierra.

Las bajas no se hicieron esperar, cuando un aproximado de más de treinta muertos y cincuenta y cinco desaparecidos en tiempo récord, lo peor aún no había pasado. Una orda de zombies y esqueletos chetados aparecieron bajando la colina liderados por Auron quien con espada en mano mataba a quien se le apareciese las ordenes la policía tubo que huir con las últimas personas que habían podido rescatar de los escombros escondiéndose y dejando atrás tantas personas que clamaban por ayuda, ellos no podían arriesgar más vidas 6 es por eso que habían decidido huir con la conciencia intranquila escuchando tras de ellos las súplicas de piedad al ser masacrados por las tropas de moustros que no tuvieron reparo al clavarles las flechas y espadas acabando haci su suplicio.

Las vidas de los habitantes de Karmaland se le escurria de los dedos a Lolito que trataba de pensar una solución para el problema. Según la descripción de los últimos evacuados parecía como si el infierno se hubiera desatado en medio del fuego y la muerte. El estaba reunido con todo su comité de emergencia Alexby, Willy, Vegetta y un apurado Rubius que había podido sacar a la mayoria de la iglesia casi ilesos en el que ofrecía una misa de media tarde.

Willy y Alex insistieron en un contraataque  cegados por querer vengar a Fargan que se encontraba siendo atendido por los doctores tratando de extraer la flecha que se alojaba en su cuello sedado hasta la médula para que este inmóvil casi muerto. Antes de poder dar un veredicto apareció Rubius y Vegetta exigiendo que pensara con la cabeza, como iba a enfrentar a Luzu que tenía un ejército bien equipado contra una decena de soldados heridos y moribundos. Tenían que estar suficientemente equipados para amenos pensar en encarar al rey de las pesadillas.

Pero el no lo podía hacer solo tenía que ver la manera de proteger al pueblo a la vez que invertía tiempo en una estrategia para vencer a Luzu y a su espantoso ejército. Nadie estaría a salvo mientras que esos dos siguieran libres por el mundo. Levantándose en medio de gritos en la sala, salió para integrar a alguien más a la reunión. No vería a su Mangel en mucho tiempo haci que no tenía otra opción, el era la única persona que podía ayudarlo. Todos los siguieron tratando de descubrir que era lo que estaba pensando.

Lolito no se había comportado así jamás, se escucho un bullicio en medio de la emergencia, un grupo de aldeanos habían acorralado a Raulito acusado lo de traición igual que su padre tratando de linchar lo culpando lo además de los muertos y la destrucción del pueblo. Lolito salto a su rescate, poniéndose en medio como un escudo y evitar que estos le hicieran algún daño.

Había estado en una relación con el después de la ida de Mangel, Raulito había llegado a su vida como un remolino de emociones, el era sabio y se había instruido en las artes marciales para controlar su ira, era un chico rebelde que sacó de sus casillas muchas veces a Auron. Ellos empezaron a convivir más cuando de castigo tendría que ir con su padre a la alcaldía, ahí ninguno puedo quitarse los ojos de encima una conexión instantánea, con la escuza de darle una lección logro que Auron los dejara solos. Y las cosas pasaron se habían vuelto confidentes y ahora era la única persona que tenía de soporte emocional.

— ¡¿PORQUE TANTO ESCANDALOOO?! — les grito enfurecido tomando de la mano el joven chico de ojos verdes — ¡COMO SE ATREVEN A HABLARLE DE ESA FORMA A SU PRIMERA DAMA!

Todo el mundo quedo en silencio por esa declaración, para todos era bien sabido que el alcalde adoraba al joven de vestimenta militar que había partidos hace ya tanto,que haya elegido casarse con otra persona era una gran sorpresa. Lolo se inco en una pierna y tomó la mano de Raulito diciéndole que los últimos meses juntos habían sido inolvidables tanto que ahora ya no quería esperar más para estar juntos además de necesitar ayuda para manejar el estado de emergencia este acepto sin dudar mirando como ahora se posaba un anillo dorado sobre su dedo anular que significaba su alianza eterna con su alcalde.

— Padre Rubén... Podría casarnos... — eso había sido demasiado rápido, aún confundido el hombre de Dios se acercó a la pareja empezando asi la extraña y rápida ceremonia de bodas, todos volvieron a la sala de reuniones con un integrante más.

— Ahora que Raulito el mi marido mis deberes de alcalde se dividen... — tomó su mano — Amor necesito tu ayuda para mantener a nuestro pueblo en pie quiero que te encargues de los suministros y la salud de los aldeanos Vegetta y Rubius te ayudarán... ¿Puedo contar contigo?

— Dalo por hecho Lolo, necesito el inventario, ¿Vege puedes hacerlo?

— Voy a ello...— se levantó directo a los almacenes, además de comida necesitarían semillas por si se quedaban un largo período, suplicaba tener polvo de huesos en ese mismo almacén.

— Rubius acompáñame tenemos que ver en las habitaciones y cuantos poden entrar...

Ambos hombres salieron de la entrada, tenían que ver cuantas personas habían logrado salir.

Lolito convenció a Alex y Willy de la pésima idea de contraatacar sin un ejército, que lo primero era salir del bunker y lograr volver al pueblo. Las ideas eran unas enormes morañas para defender y resguardar a los habitantes de Karmaland cuanto antes se recuperaba más rápido podrían acabar con Auron y Luzu.

La tarea de Willy era quedarse con los heridos para ayudar en su recuperación mientras que Lely y Lolo hacia una revisión exhaustiva de las armaduras y armas que estaban en el reducto como última línea de defensa para el pueblo.

No había tiempo que perder...